Suscribirme

ISSN 2684-0626

 

Aquí puede hacer su aporte para la revista La Papa: 

1/4 KILO
1/2 KILO
1 KILO
5 KILOS

«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

Libros Tucuman

libros tucuman

 

 

 

 

 

 

 

Página sobre página III

Por Verónica Juliano |

Cuenta alguna historia que las papas, nacidas en las profundidades del Altiplano andino, formaron parte del cuantioso botín que los conquistadores se hicieron en nuestras tierras. Al principio, las consideraron meras curiosidades botánicas. Luego, entrado el siglo XVIII, se impulsó su uso gastronómico, siendo hoy uno de los alimentos básicos más extendidos en todo el mundo.

Se sabe que la papa habita el suelo americano desde hace mucho, mucho, tiempo. Algunos estudios estiman que su primer cultivo aconteció miles de años antes de Cristo y que la variedad de papas era (y sigue siendo) considerable. De forma tal que la conquista constituye solo un acontecimiento más en la larga vida de la papa.

Además de constituir (junto al maíz) la base del consumo de los habitantes, su cosecha dirimía ciclos y marcaba finales y comienzos. La papa siempre tuvo una gran capacidad de adaptación al medio: ya sea en las alturas (hasta 4.000 m. sobre el nivel del mar) o en las planicies, la papa crecía silenciosa para ser sustento.

De todo esto se concluye que nuestros originarios tenían la papa. En forma literal y metafórica. Ellos supieron que se trataba de un noble tubérculo, de diversas maneras.

Me gusta pensar que, quizás, éste sea el mito de origen de la expresión “tener la papa”, cuyo uso encierra –como se sabe– más que alguna certeza, un ferviente deseo. Deseo de ser versátiles y diverses como la papa; deseo de tener el súper poder de la metamorfosis y la capacidad de florecer, sin importar las inclemencias del medio. Deseo de hacernos cosmos, como el zapallo macedoniano.

Tengan su papa semanal: cultivada y cosechada aquí, para ser alimento, curiosidad, abono, desecho o lo que mejor les parezca.

2 respuestas a “Página sobre página III”

  1. Marines dice:

    Estimada papista:
    Cuán larga y frondosa es la todavía no escrita historia de los alimentos americanos que enriquecieron al mundo….o al menos lo hicieron más feliz…

    • Vero dice:

      Cierto es… una historia nutricia de cuerpos e identidades que necesitamos. Un enorme abrazo, Marines!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *