Por Pablo Toblli |
Nuestra provincia hace arte, casi en su totalidad, a partir de gestiones independientes, por lo cual reflexionar sobre el costado autogestivo de este movimiento en nuestra región NOA es un tanto redundante. Sin embargo, más allá de los componentes políticos y de producción del Indie, lo más nítido de la discusión resulta en abordar su estética que se define con un sonido característico y una lírica propia.
Desde lo musical, es indudable que el Postpunk de la década de 1980 es una de las matrices desde la que se ramificaron distintas tendencias dentro de lo que se conoce como Indie, ya que en él encontramos algunos elementos que luego muchas agrupaciones amplificarían: sintetizadores, teclados ambientales, junto a letras que rompían con el hermetismo de la lírica rockera de los 70, ahora con trazos “tristemente alegres” de la vida urbana, de un gran espesor sentimental característico de una generación que comenzó como una alternativa al sistema industrial hegemónico que se resistían, desde la la libertad de su trabajo que es hija dilecta de la posmodernidad y la revolución digital, lo que les permitió ser productores y distribuidores de su propia música.
“Apolíticos”, experimentales, conectados a otros lenguajes artísticos como el arte visual, el cine y la moda; así, nacía una camada de músicos de una gran “refinación intelectual”, de ropas coloridas que reemplazaban a las remeras negras de la escena Heavy Metal o Hardcore-Punk, continuando el legado que había dado sus primeros pasos a comienzos de milenio en pubs como El Aleph, Rata Mahatta, La Pieza, Costumbres Argentinas, La Sodería, La Zona, Magic Music Box, Robert Nesta, entre otros. [1]
Mayormente, la década del 2000 en la música de Tucumán estuvo dominada por la escena Hardcore-Punk, sin embargo por aquellos años Los Chicles, una banda asociada inicialmente al movimiento punk, lanza su álbum homónimo que sería una piedra primigenia para el Indie del nuevo milenio y daría lugar a una nueva generación de artistas próximos a la canción Pop, con elementos del Folk, el Dance, el Tecno y la Psicodelia, que serían tan sólo algunos de los cimientos en donde el Indie comenzaría a definir su estilo, ramificándose en subgéneros como Shoegaze, Synthpop, Vaporwave, Pop ambiental, Dream pop, entre tantos.
Lo cierto es que el movimiento Indie en Tucumán lleva más de dos décadas de producción, y en La Papa lo celebramos con estos 20 discos:
Los Chicles (2000) — Los Chicles
Posavasos (2008) — Dfol
La Fábrica de Éxitos Cerró (2009) — Monoambiente
Intelligent Chabon (2010) — Alem
La B Nacional (2013) — Estación Experimental
Las Jóvenes Lechuzas (2013) — Las Jóvenes Lechuzas
Michael Stuar (2013) — Michael Stuar
Constante (2014) — Diosque
Diagonal Norte (2014) — Roadie
Kawaii (2015) — Luciana Tagliapietra
El amor y el Tiempo (2017) — La vida en Familia
7 p.m. (2018) — Maquillaje
Plutón (2018) — Johny Boy
Vera y las Bóvedas (2018) — Vera y Las Bóvedas
Paisaje Que Reviente (2018) — Natalia A.
Falso Sonido (2019) — Los Veranos
Concha Corazón (2020) — Gozh
Colores Modernos (2020) — El Estúpido Martes Sangriento
El Templo del Dios Solar (2022) — Fleko And the Trip
No Me Maten Aquí, Yo Quiero Morir en Hollywood (2022) — La Trampa De Fellini
[1] https://lapapa.online/indicios-del-indie-en-tucuman/
Es Licenciado en Letras por la UNT. Publicó los libros de poemas Nace en lo próximo (Ediciones Magna, 2015), Lucero de ruinas (Ediciones Último Reino, 2017) y el libro de ensayo Una lectura del imaginario poético de Tucumán (2000-2020) (Fundación Artes Tucumán, 2022). Es editor de La Papa Revista y redactor en Indie Hoy. Nació en Tucumán, en 1987. Su e-mail es pablotoblli@gmail.com, por cualquier contacto.