Non scholae sed vitae discimus Por Gonzalo Roncedo | Estoy sentado en Mirasoles mientras la atención se pone perezosa, dejándome atravesar por mis propios pensamientos; acabo de salir por última vez del colegio al cual renunciaré la semana próxima. No lo sé todavía, estoy por solicitar un préstamo a un pariente, solicitud que fracasará pero tampoco lo sé todavía. Todo muy bien, gracias, hasta el mozo cobra propina. Así resumido,