Por Priscilla Hill | “Soñaba que nadaba en queso untable” […] “Lo que yo digo es que uno no se puede conformar con lo que hay, con lo puesto, con lo que le ha tocado en suerte, con el reparto de desigualdades” Lázaro en Cuatro lindos gatitos “Y maullaré por ti” La gata bajo la lluvia El universo de los gatos, por siglos reducido a las enfermedades y supersticiones, tuvo
Priscilla Hill
En la expansión suspendida[1]: notas sobre Inusual Insinuar, de Nacho Jurao
Por Priscilla Hill | La poesía de redes nos llega casi como las publicidades de Wish, como los avisos de todos los viajes que no podemos hacer porque hay cuarentena en la mitad del mundo y porque, de todas formas, son demasiado caros. Algunos poemas son maravillosos, otros dan un poco de pena, en cualquier caso, pareciera que hoy ser poeta es ser uno con las redes. Curioso es
‘Acá somos todos putos’: una entrevista imaginada con Fabricio Jiménez Osorio
Por Priscila Hill| – Cirilo se llamaba un tipo que vivía en mi misma cuadra en el Barrio Soeme. Tenía, extrañamente, un hijo discapacitado que salía a rondar la manzana durante horas. Es todo lo que hacía. Miraba el piso y caminaba. Tenían una casa muy pobre y una bolsa de consorcio negra cubría la ventanita de adelante. A Cirilo le faltaban todos los dientes, pero era amable y blando,
Salir a la nieve: sobre las fronteras, las ficciones y los engranajes de las lecturas
Por Priscilla Hill | La semana pasada le leía a alguien mi primera reseña sobre Salir a la nieve. Charlábamos justamente de todas esas obras geniales que nunca vamos a llegar a conocer y de lo necesario de ubicar a este autor en el campo de la literatura, para que lxs lectorxs sepan que, entre sus páginas, destellan mundos inquietantes y tensos, tiernos y fatales, y que, en última instancia,
Salir a la nieve
Por Priscilla Hill | El compendio de cuentos Salir a la nieve de Máximo Chehin obtuvo el Premio Literario de la Fundación El Libro en abril del 2017. Según el jurado, integrado por Castillo, Skármeta, Valenzuela, Divinsky y De Santis, la obra “se ha impuesto como ganadora por su alta conciencia de la estructura del cuento y por el nivel sostenido de los relatos que lo componen”. Además, los escritores
La vida interesante
Por Priscilla Hill | Máximo Chehin nació en la provincia de Tucumán, en una ciudad al sur que se llama Aguilares, en 1972. Es ingeniero, cuentista y novelista y vive actualmente en Buenos Aires. Su novela llegó a mí de una forma que menciono en estas líneas porque hay en ella una secuencia de sentidos que nos resultan fundamentales a quienes nos gusta pensar en las literaturas y sus circuitos
Entrevista a Sofía de La Vega
“Me gustar pensar Blancas y Plateadas como una antología de mi primera juventud” Sofía de La Vega Sofía tiene 25 años, nació en Tucumán, se recibió de Profesora en Letras en la UNT y reside actualmente en Buenos Aires. Es poeta, tallerista, gran lectora y organizadora del Festival Internacional de Literatura Tucumana (FILT). Aquí, algunas ideas sobre el proceso de edición y publicación de su libro de poemas, pero también
Gusto de vos
Por Priscilla Hill | Y además vos sos el sol. Luis Alberto Spinetta Micumán es el libro que más ha hecho enternecerse a mis estudiantes desde el 2016 hasta hoy. La ternura es sencilla cuando hay un perro chiquitito en la calle o cuando unx ancianx se acuerda de su pasado y nos habla. Tener ese asalto de ternura leyendo no es tan fácil como suena. Requiere, sobre todo, sentarse
Veo – veo
Por Priscilla Hill | No se puede armar un muñeco de nieve con cenizas del ingenio, de Gabriela Olivé La poesía de Gabriela es un secreto contado a la siesta en algún lugar vedado para quienes no son niñxs. El tono lúdico y desenfadado es la forma en la que estas escenas de anhelo, de recuerdo, de libertad del yo lírico, suscitadas en micro-poemas, hacen de la lectura de No
Umbrales de agosto
Por Priscilla Hill | “Cómo se puede vivir sin imaginarnos”. Patricia Mora Hace algunos años leí, mientras hacía una changa como locutora de un evento en el lujoso hotel Sheraton, en Tucumán, la novela En breve cárcel (1981), de Silvia Molloy. Convencida de habitar un mundo de paradojas crueles, marcaba con un felpón amarillo las páginas fotocopiadas con trazo insidioso. De fondo, pinturerías de todo el país promocionaban sus catálogos