Por Santiago Garmendia | Los textos que yo he publicado son una vergüenza que tuve que escribir. Por lo tanto, me quiero ahorrar este espiral diabólico de encima tener que leerlos y recordar así esos días impúdicos de escritura. Vendrán -esto es lo peor- otros. Soy un reincidente, pero el arrepentimiento es un sentimiento tardío. Algunos bebedores son en realidad adictos a la resaca, yo no. A mí me gusta
Santiago Garmendia
La negra Yuan
Por Santiago Garmendia | La vi una vez cuando tenía yo diez años. La recuerdo porque después me dijeron que era ella. Esa mañana me pesaba el billete de cinco pesos que mamá me había dado para comprar pan. ¡Hace cuánto que no digo mamá! La Negra era vieja, más de ochenta años seguro, pero se mecía con destreza con el clarete en la mano. Estaba sola en una de
Liquid sin contado
Por Santiago Garmendia | Tiempos de renovación Max Weber habló alguna vez de que la burocratización podría convertirse en una “casa dura como el acero” (Stahlhartes Gehäuse). El norteamericano Talcott Parsons le dio un retoque genial en la traducción al inglés, que quedó para siempre como “la jaula de hierro”. Seguro que en su versión anglófona influyeron los altos índices de encarcelamiento de los Estados Unidos. “Jaula” es más fuerte,
Lázaro
Por Santiago Garmendia | No es lo mismo visitar Tafí del Valle que ir todas las vacaciones de la vida a pasar dos meses en las casas de los abuelos y abuelas. Ellos mantenían aquellos refugios con esfuerzos que sólo dimensionamos cuando caen sobre nuestras espaldas esas paredes de piedra. Dimos por sentada su existencia. No sólo me refiero a la casa, sino las camas, las colchas, los tenedores, platos,
Calor tucumano y poesía
Por Santiago Garmendia | El verano tucumano es casi imposible de justificar. No es inexplicable, está muy clara la forma en que los conocimientos coherentes y contundentes de la meteorología nos explican cómo es que se cruzan variables para dar con nuestro clima. Es un tema de porqué, no de cómo. Intenté dar la latitud y altitud de nuestra provincia, apelar a isobaras e isotérmicas, a un pobre comprovinciano que
La cómoda
Por Santiago Garmendia | La expresión cómoda puede referirse tanto a un mobiliaro como a una forma de estar en el mundo del ser humano donde la economía de esfuerzo es el valor señero. En un ejemplo de esa weltanschaug busco la palabra en google, copio y pego: *Cómoda: (sust.) Mueble ancho con cajones, de mediana altura, con un tablero horizontal en la parte superior, suele estar en los dormitorios
El futuro herido
Por Santiago Garmendia y Agustina Garnica | Último brindis Lo queramos o no Sólo tenemos tres alternativas: El ayer, el presente y el mañana. Y ni siquiera tres Porque como dice el filósofo El ayer es ayer Nos pertenece sólo en el recuerdo: A la rosa que ya se deshojó No se le puede sacar otro pétalo. Las cartas por jugar Son solamente dos: El presente y el día de
Wie viele mal
Por Santiago Garmendia | “San Ambrosiano” es el colegio más antiguo y prestigioso de la provincia. Una iglesia con pizarrones, un campo de concentración con canchas de frontón y básquet. Una fábrica de sacerdotes y laicos destinados a hacer cumbre en la jerarquía social. Habiendo enriquecido a su comunidad con más de cien camadas de egresados, entre todos ellos el doctor Nicanor Ulloa es sin dudas el pancracista más notable.
Pesadilla filosófica en cuatro actos para grupo teatral en crisis
Por Santiago Garmendia | Sueño 1 La sala está llena de personajes que caminan febrilmente de un lado al otro. Hay cuatro grupos, discernibles por sus atuendos: los clérigos con su papa, los astrónomos con Galileo con telescopio y Giordano Bruno quemado, los griegos y bufones. Sus voces se van apagando hasta quedar Descartes, desnudo, con su espada en el cinto, discutiendo airosamente con uno de los bufones. –¡Basta! ¡Te he
Pregunta Literaria-insular
Por Santiago Garmendia | Cuando mi padre descubría un autor fascinante, pero denso y demasiado prolífico, recurría a la fórmula: “Lo voy a tener en cuenta si naufrago en una isla desierta”. Una ambigüedad fecunda, porque por un lado podía ser que anhelara un claro en sus actividades para arremeter contra esos libros; pero por el otro r una forma elegante de decir que ni loco se metía con el