Sobre la artista plástica y sus simultaneidades
Por Nilda Chiarello |
Cartonera de retazos sonoros
Nora Grupalli es una artista argentina que dividió su niñez entre Santiago del Estero y su amado Tucumán. Su trayectoria en la música y las artes plásticas habla de una multiplicidad de talentos que parecieran, justamente en Tucumán, casi un lugar común. Provincia de médicos-pianistas, ingenieros-compositores, bioquímicos-violinistas-directores de orquesta, físicos-guitarristas. Éstas y tantas otras combinaciones de tucumanos polifacéticos, casi no nos sorprende. Un soplo de aire renacentista parecería haber bañado nuestros cerros tucumanos.
Pero con Nora Grupalli ocurre, además, un hecho curioso y único.
Su visión musical y plástica coexisten en cada obra, en el mismo momento y lugar, en ausencia de fronteras claras entre una y otra.
¿De qué estoy hablando?
Nora junta, acumula y selecciona partes de instrumentos musicales: clavijas de un violoncello, la trastiera de un violín, el puente de un contrabajo, la caja de una guitarra, la tecla de un piano, la cuerda de un arpa. Los músicos que la conocen saben que todo recibe y nada tira.
Mientras, toca el piano y estudia a Bach, su preferido. Así, en esa tarea de cartonera de retazos sonoros va uniendo éstos a otros elementos de la tierra: cueros, algún hueso, piedras, cuerdas y, ya con pincel en mano, crea su obra visual–musical.
Producciones que se cuelgan, volúmenes que destacan, piezas que parecen estar suspendidas en el aire… La unicidad entre su paleta de colores y los instrumentos musicales habla por sí misma.
Nora elige variedades de tierras, como sienas, marrones (los colores de las maderas); naturales, blancos, nacarados (colores de las teclas); negros en sus matices (como las clavijas, puentes, trastieras y cordales de ébano).
Esa elección no es casual ni arbitraria. Me atrevería a decir que es temporal, que postula el origen del sonido y legitima su función creadora del arte, en simultáneo con la existencia del hombre, ligada al sonido y a la forma, quizás el primer lenguaje. Por eso, pensar una cosmogonía en la obra de Nora Grupalli entraña considerar a su universo creativo y a ella misma, anverso y reverso de la misma moneda.
Esa unión nos revela a la vez una inexistencia de límites, los que Nora desdibuja con unción… ¿Los límites del espacio? ¿La materia emergente surge desde la realidad a la obra o viceversa? ¿Los límites del tiempo? ¿La obra está transcurriendo, desarticulándose y mutando en sonido?
Desafiando cualquier ubicación temporal, la artista propone realidades alternativas; sujetada a hilos contundentes su obra levita entre dos mundos: ¿a cuál pertenecemos?, parece preguntarnos.
Trozos de madera esenciales habrán sido o serán instrumentos de música. Grupalli postula que “están sonando” porque “son” sonido, y traduce el concepto de fin y principio en textura, sonoridad y forma. Así, remitiendo a una vastedad de relatos, ésta desafiante multiplicidad desnuda de límites, refleja sin embargo la imagen singular y unívoca de Nora Grupalli, pianista, pintora y compositora de simultaneidades.
Un mundo sonoro que asoma y escapa desde algún marco de cuadro, en inacabable diversidad.
Nació en San Miguel de Tucumán. Realizó sus estudios universitarios en la UNT, donde se graduó de Bioquímica. En el Instituto Superior de Música de la UNT cursó sus estudios musicales. Como mezzosoprano solista intervino en numerosas obras sinfónicas del repertorio clásico junto a orquestas locales y nacionales. En 2019 fue invitada por la Latin American Music Center ( Washington DC) a realizar el ciclo de Mujeres Argentinas de A. Ramírez y recital Piazzolla.
En el área de las humanidades estudió filosofía con Cristina Bulacio. Fue convocada para escribir el texto curatorial de Mujeres en la cultura del Bicentenario dentro de la muestra “femenino/plural “ organizada por la Fac. de Artes UNT en el Munt.
Participó con ensayos en diversas publicaciones invitada por La Gaceta , Tucuman .
Es frecuentemente convocada a dictar charlas sobre Arte y Cultura , en distintos ambitos de la Provincia .
El arte inspira al arte sin duda, en este caso el de escribir sobre una artista sin duda única y sugerente.Gracias Nilda Chiarello por acercarnos a Nora Grupalli.