Por Ana García Guerrero |
La princesa Griselda era tan hermosa que hacía perder la cabeza a cualquiera
Leo la primera línea del libro de Isol: La Bella Griselda
-¡Queee linda!
-A Ver…
-Yo también quiero ver….
Sigo
Y eso no es solo un decir. En los bailes de la corte, con solo verla las cabezas de los caballeros y príncipes se iban rodando tras ella, suspirando por su amor. Esto a Griselda le parecía muy gracioso
Las maravillosas ilustraciones de Isol, donde los chicos son capaces de observar su estética y asombrarse se abren a doble página sobre la larga mesa del living que organiza nuestra burbuja.
-Algunas cosas pinta y otras no, son blancas. Mirá Pinta el vestido y no la cara. Me gusta
-Pinta lo que quiere.
-Mirá la corona.
Los dibujos muestran las cabezas rodando y diciéndole a la bella Griselda:
Bella, casate conmigo, ohhh, ¡qué hermosa!
-¿Y dónde están los cuerpos?
-¿Los mata?
Yo- No los mata. Es una manera de decir: “Perder la cabeza”, la cabeza a veces se pierde por amor
-Pero no se enamoran ellos, la miran porque es linda.
– ¿Los mata porque le dicen piropos?
Yo- Es verdad, no se enamoran, pero también por la belleza se puede perder la cabeza. No se puede ser indiferente a la belleza.
-¿Y dónde están los cuerpos?
Yo- (sosteniendo el libro cada vez más fuerte, para que no lo toquen, porque no tocamos ningún objeto que tiene otra persona) Miro como, con los dedos en el aire pretenden volver la hoja, algunos, con movimiento de avanzarla, otros de volver atrás para ver de nuevo. Galo sentado en la punta del rectángulo de distancia que formamos dispara:
-Es una psicópata serial.
– ¿Los mata porque le dicen piropos?
Yo- No, no los mata. Tampoco son piropos, son exclamaciones de los príncipes por la belleza de Griselda
-Sí son piropos
-¿Qué son piropos?, no entiendo
-Es cuando te dicen cosas en la calle. Hay que hacer una denuncia por teléfono.
-¿dónde están los cuerpos?
Yo- No hay cuerpos, es como una metáfora, una metáfora quiere decir una forma de contar las cosas de otra manera. Pierden la cabeza pero no hay cuerpos, nadie muere. SIGAMOS.
-Es turbia la historia, después critican el fornite
– Es una psicópata serial, ¿te digo una cosa?…psicópata psicópata.
Los miro, me fascino y me asusto. Me acuerdo de la mañana temprano de sábado, de levantar el libro, tapas duras, Fondo de Cultura Económica. Isol. Todo es garantía pensé…. y estoy leyendo el libro con ellos: por primera vez. Precipicio. No lo he leído antes. Durante años he repetido: JAMÁS un mediador lee en taller un libro que no ha leído antes.
Quiero guardar las imágenes, los sonidos, los murmullos, los ojos abiertos de seis chicos de burbuja lectora en pandemia. Tienen 6,7 y 8 años.
En el cuento Griselda trabajará mucho para seguir siendo bella, el enojo de los chicos con ella, atrapados en el cuento quieren sorpresa, la encuentran hasta en la entrelinea. Yo con culpa, mucha culpa, me asombro y espío las páginas antes de leerlas, el cuento también me ha tomado a mí, ¡Soy una lectora! La literatura, pienso, mientras no paro de contestar preguntas, es siempre salto al vacío, no importa si el chico es su mejor interlocutor, es cosa de escritores y escritoras y no se negocia.
-¿Te digo una cosa? Vos nos has enseñado que un libro a veces cuenta con letras y dibujos. Aquí no están los cuerpos. ¿Han muerto?
Griselda comenzó a coleccionar las cabezas, y a pintarlas, les pintaba las testas y las coronas….
-¿Con qué las pintaba?
– con sangre
-ohhhh
Yo-No las pintaba con sangre.
-¿dónde dice?
Terminamos el cuento, la mañana de sábado es de lluvia. Hablan del libro que he dejado abierto, vuelvo una y otra vez las páginas, avanzo al final y así.
Veo que no han andado cómodos por la historia, me parece importante eso. Han sacado muchas conclusiones, todos han opinado y repasan mirando el otro texto, el de los dibujos.
Se ponen alcohol para tocar los vasos y las medias lunas y yo recuerdo dos cosas mientras guardo a la Bella Griselda.
1- Jamás, jamás leer un libro en taller sin haberlo leído antes.
2-Que Liliana Bodoc dice: “Porque amasar un pan y escribir un cuento son cosas muy parecidas. Porque compartir un pan entre todos y leer un cuento en voz alta son las más antiguas costumbres del amor.
PD: para quienes quieren saber el final: Isol. La Bella Griselda. Centro Editor América Latina.

Es una escritora Tucumana. Estudió Historia y Letras en la Facultad de Filosofía y letras de la UNT. Ha ejercido la docencia en varios ámbitos de la provincia, es coordinadora del grupo Mandrágora y ha compilado varios libros producto de los talleres literarios que dirige. Su libro Zapatos editado por EDUNT, editorial de la UNT inaugura la colección «Mujeres Soberanas»