Entre la tradición y la renovación
Con la participación de los poetas María Ruth Contreras y Washington Atencio
Por Diego Puig |
Cada generación debe definir sus propios términos y proporciones entre dos fuerzas centrales: cuánto se respeta y se continúa trabajando desde la tradición (que a veces no es más que el legado que dejó la generación previa) y cuánto va a renovarse o despegarse de ese legado para encontrar su propia voz, su propia apuesta. Hoy dos increíbles poetas Sub-30 de las provincias argentinas –Washington Atencio de Entre Ríos y Ruth Contreras de Tucumán– muestran para esta sección de La Papa en lo que están trabajando en este momento.
La juventud de ambos sumada a la frescura de sus proyectos de escritura marcan el corazón de esta nueva entrega de Correcciones a cielo abierto. En su cándido cruce de poemas y comentarios, Ruthie y Wash revelan el interior de sus procesos creativos e intercambian generosamente apreciaciones y sensibilidades para seguir construyendo un camino común que es el de los poetas jóvenes, tratando de mantener una relación equilibrada entre la poderosa tradición poética argentina y los posibles caminos propios que puedan aportar nuevos brillos y generen sensaciones propias de estos tiempos; emociones y experiencias de lectura pioneras para unas poéticas que todo el tiempo se están renovando.
Y se trata también de dos poetas inmersos con mayor naturalidad que los de otras generaciones en la dinámica colaborativa que hoy tiene la literatura. Ambos descollan en el delicado movimiento de entusiasmar al otro para que siga escribiendo y al mismo tiempo sugerir correcciones sin imponer una mirada o una lógica ajena. Estamos aquí en presencia de la formidable y exquisita danza de dos poetas ayudándose a crecer.
Poemas de Washington Atencio comentados por Ruth Contreras
Comentario de Ruth sobre los poemas de Washington
Querido Washington:
Zambullirme en tu poética ha resultado en una experiencia exploratoria de la colisión, de la forma del agua, de la hechura de la luz.
Una invitación a salirnos por un instante del ensimismamiento que somos para pronunciarnos desde las fugacidades asombrosas que ocurren a nuestro alrededor, ¿cómo no conmovernos por tres pétalos blancos ahogándose en un espejo de lluvia? Quizá es una manera de encontrar vestigios de humanidad.
Es eso, poeta: hay mundos que se pliegan y se despliegan cuando detenemos nuestra mirada en la sutileza del detalle. Hay belleza en el movimiento que se reconoce, se nombra, y nos metamorfosea al comprender. Si la palabra poética se profiere desde este lugar cálido y encantador, elijo creer en el lenguaje de la sencillez.
¡Gracias por regalarme esta preciosura de viaje!
Ruthie
Respuesta de Was a Ruth
Ruth querida:
Qué alegría leer tus devoluciones y también, en ese mismo acto, leerme. Siempre la mirada sobre lo que hacemos se enriquece cuando otrx se adentra en el palpitar de nuestros poemas, y más aún cuando estos se hallan aún en proceso (¿cuándo no lo están?).
Creo que uno de los desafíos que se nos presentan cuando leemos textos ajenos y debemos dar una devolución es evitar decir todo aquello que suene a corrección. Ya May Sarton, con gran lucidez, sostenía que la corrección es creación: cuando componemos un poema, nos construimos a nosotrxs mismxs. En el cliché de “todos somos poetas” se oculta el temor de recibir críticas, la herida de que a otrxs no le guste lo que hacemos, el pánico de enterarnos de que escribimos mal.
Tal vez se trate de saber escuchar, tarea que -recuerda Sarton- “el principiante suele abandonar” pues, como todo narcisista y conservador, “simplemente queda satisfecho con los restos que ese oleaje quizás llamado inspiración deja a sus pies”. Si bien la poeta piensa más bien en el ejercicio de la autocorrección, siento que esta reflexión es equiparable con las devoluciones que solemos realizar (o recibir) en los talleres que damos (o tomamos) con otrxs, o en diálogos como el que nos ha convocado hoy.
Celebro nuevamente este encuentro, que ya siento como una charla entre amigxs, y te abrazo desde las costas brillantes del Paraná, esperando que algo de su luz llegue hasta vos.
Was
Y para terminar un mini cuestionario PAPrus o plantín de papa, para Washington Atencio
1- La poesía es: un ejercicio de atención.
2- El verso más hermoso que leíste jamás: “no tuve el lenguaje y esa falta no me desconsuela”, de José Watanabe.
3- El poema que te hizo querer ser poeta: No hay nada que me guste más…, de Robin Myers.
4- Qué poema de otro poeta te hubiese gustado escribir: La bestia ser, de Susana Villalba.
5- Qué poeta te hubiera gustado ser: Alfredo Veiravé.
6- Lo peor de la poesía es: la explicación.
7- El poema más importante o bello en tu vida: El pez, de Mary Oliver.
8- El verso propio del que estás más orgullosa/o: “te sueño como se aguarda la lluvia”.
9- Tu palabra favorita: campo.
10- El mejor libro de poemas que leíste: Aguas, de Alicia Genovese.
Poemas de Ruth Contreras comentados por Washington Atencio
Comentario de Washington sobre los poemas de Ruth
Ruth, querida, ¡qué maravilla estos poemas!
Como disfruté mucho de leerlos, te comparto ahora algunas ideas que me vinieron mientras lo hacía:
Me interpeló mucho la presencia de lo corporal y de esos elementos que irrumpen -a veces abruptamente, con cierta violencia, y otras veces de modo más callado- y que generan un estado de alerta. Así es que leo la vulnerabilidad o fragilidad en los tres poemas: no solo colocás con precisión palabras de ese campo semántico en ciertos versos, sino que además tomás ciertas decisiones formales que buscan provocar en el cuerpo de quien lee ese mismo estado, ¡y vaya que lo hacen!
Pensaba también que la construcción del espacio en que orbitan estos poemas pareciera no terminar de definirse, al menos en este recorte. Sin embargo creo que oscila entre un exterior un tanto hostil y desolado y una zona más hogareña, que genera la idea de calor, de cobijo.
Si bien no perseguimos -me parece coincidir con vos en esto- la “originalidad”, considero un gesto novedoso la decisión de incluir esos versos finales en cada poema, de ese modo particular (con guión y cursiva). Siento que conectados van formando un poema nuevo, acaso medular, sostén de toda la serie. Al mismo tiempo, habilita el surgimiento de otra voz, de otro yo, o del mismo pero que se desarrolla ahora en un plano nuevo: más íntimo, reflexivo, susurrante. Ahh… [*insert suspiro].
Celebro estos poemas y te agradezco mucho, querida, el habérmelos compartido. Ojalá pueda, como te decía, leer la serie completa. Y que ese momento luminoso llegue pronto.
Abracísimos.
Was
Respuesta de Ruth a la devolución de Wash
Querido Wash:
¡Qué lindo poder leernos y comentarnos! Doy gracias a tu ojo-lector, tu mirada aguda, y tu forma tan amorosa, inteligente y respetuosa a la hora de sostener este intercambio. Me moviliza profundamente saber que de estos modos estamos construyendo posibilidades de apertura que traman vincularidades en tiempos de tanta asfixia. En este acto de entrega literario, que también es un acto de confianza, pude sentir lo cuidadoso que fuiste en cada comentario. Sonreí, reflexioné, reescribí al leerte. Crecí en el camino que trazaste y compartiste: tu palabra como luciérnaga, poeta.
Esta oportunidad se convirtió en un recuerdo al que volver. ¡Nos atrevimos! ¡Lo hicimos!
Y para terminar un mini cuestionario PaPrus o plantín de papa, para Ruth Contreras
La poesía es: una mariposa que revolotea sobre un corazón rasgado.
El verso más hermoso que leíste jamás: “Tengo el universo dilatado en la boca” (Ariadna Chaves).
El poema que te hizo querer ser poeta: “La poesía jamás te olvidará” (Elvira Sastre).
Qué poema de otro poeta te hubiese gustado escribir: “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón” (Redondillas de Sor Juana Inés de la Cruz).
Qué poeta te hubiera gustado ser: mmmh.
Lo peor de la poesía es: la movilización tectónica interna, hay que hacerse cargo jjjk.
El poema más importante o bello en tu vida: los de mis amigas, son poetas increíbles. ¡Muy poderosas!
El verso propio del que estás más orgullosa/o: -gotean estrellas los árboles al verte sanar.
Tu palabra favorita: versar.
El mejor libro de poemas que leíste: El corazón de un perro de Laurie Anderson.
Washington Atencio (Entre Ríos, 1986) es profesor de Lengua y Literatura y vive en Paraná. Publicó Una hoguera de jazmines (Camalote, 2019), Nuestra sombra volcada en el río (Agua viva, 2020), la plaquette Aunque tu noche tenga forma de nube (Petalurgia, Madrid, 2022), En río grande (Lobita de río, 2023) y Acaso luz (Hemisferio Derecho, 2023), entre otras. Integra varias antologías, entre las que se cuentan Jardín (Camalote, 2021), La lira marica. Una antología de poesía homoerótica argentina (Saraza, 2022) y Putiverso. Mundos maricas de la poesía argentina en democracia (Ojo de loca, 2024). Coordina talleres de escritura, gestiona la librería Jacarandá y forma parte del equipo editorial de Agua viva.
Ruth Contreras es estudiante avanzada del profesorado en Letras (U.N.T.). Autora del libro de poemas Sillage, publicado por Falta Envido Ediciones en el 2022. Fue miembro del proyecto «Tucumán escribe» y participó de varias intervenciones culturales en la provincia como «Poesía en las Plazas». Siente amor por la naturaleza, por los animales, y apuesta por una horizontalidad al coexistir(nos).
Nació en Tucumán en 1982, pero se siente más o menos tucumano porque vivió gran parte de su vida fuera de la provincia. Es autor de la novelas Nadar sin luz (Ed. Milena Caserola, 2013) e It girl (Gerania Editora, 2020) y de los libros de cuentos Vírgenes infinitas (Ed. Mulita, 2018) y El problema de la luz (Gerania Editora, 2022). Actualmente sus escritores favoritos incluyen a Jhumpa Lahiri, John Cheever, Federico Falco, María Gainza, Rafael Pinedo, Hebe Uhart, Fogwill, Mavis Gallant, Lucia Berlin y Magalí Etchebarne. Dicta talleres de escritura y de lectura (con ¿excesivo? entusiasmo) online.