Entrevista a Luciano Mónaco

Por Pablo Toblli |

—Para comenzar hagamos un breviario de cómo te fuiste volcando al humor gráfico. Supongo que siempre sentiste una inclinación por el dibujo, pero contanos un poco de ese proceso en el que confluyen en vos la plástica y el humor. Aprovechemos aquí para conversar sobre tus influencias, o sobre qué elementos te fuiste nutriendo.

—Empecé con el dibujo desde chico, haciendo historietas en la escuela para reírnos de cosas y personas, como un chiste interno llevado al dibujo. Después, durante años busqué hacer otras cosas, alejadas de la historieta y con una mirada más sofisticada, si se puede decir. Pero después de un episodio violento hace unos once años creo que me puse a pensar qué es lo que iba a dejar si desaparecía del mundo, y si eso que dejaba me parecía al menos interesante de leer. Fue a partir de eso que reconecté con el dibujo y el humor gráfico.

—¿Cuándo sentís que un chiste está a punto de salir? Es una marca de tu humor los juegos de palabras. Digamos, tenés una serie de asociaciones que pueden funcionar. ¿Vas tomando apuntes? Contanos cómo aparece ese remate.

—Tengo el hábito de anotar y dibujar en cuadernos todo lo que se me pasa por la cabeza, por más absurdo que sea. A veces esa anotación me distancia y me hace buscarle otro sentido a la frase o asociarla con algo a continuación. Después en el dibujo de la historieta en sí, siempre surgen cosas que solo aparecen si estoy dibujando, y fuera de eso creo que no se me hubiese ocurrido, la práctica tiene ese algo mágico que genera cosas nuevas.

—Más allá del humor, el trazo de tus dibujos me despierta una crudeza que mezcla algo oscuro con cierta desfachatez, cierta cosa como de “antro y punk”, medio kitsh. ¿Coincidís con este trazo “brillo-luctuoso” de tus humanoides?

—Sí coincido, el trazo en los dibujos fue algo que fui buscando con los años, robándole a mis autores preferidos y también en oposición a lo que veo en la gráfica publicitaria (formas cerradas y pregnantes). Sin tener nada en contra de la gráfica publicitaria.

—En las redes sociales tenés constantemente inconvenientes con la censura. Es de esperar ya que haces humor con temas como el suicidio, la pornografía, la homosexualidad, pero también con el snobismo y algunos estereotipos sociales con el célebre “Pelotincho”. ¿Qué pensás de la cultura de la cancelación y la corrección política en el humor?

—Me parece que alguien con la intención de consumir humor (del tipo que sea) busca reírse. Ahora bien, a veces tocar temas que incomodan a algunas personas sí puede generar ese rechazo antes que la risa, y lo tengo en cuenta. La verdad que me gustaría hacer humor con cosas que no interpelen la sensibilidad de nadie y le guste a todas las personas, pero no me resulta posible.

Por otro lado el uso del humor es la forma que encuentro de procesar el tedio y el absurdo que a veces se presentan en la realidad cotidiana. El tema de los límites y «sobre eso no se puede hablar» no los tengo en cuenta al momento de dibujar una historieta. En la cotidianeidad uno tiene que preservar las formas correctas en el actuar, por convención y por mantener la armonía social, pero el arte es salirse de esa normalidad establecida. Nunca busqué bajar línea, ni dar un mensaje pedagógico, ni siquiera dar mis propias convicciones como si fuera un manifiesto, busco distanciarme lo más posible de un arte de ese tipo. «Lo cómico, para producir todo su efecto, exige como una anestesia momentánea del corazón. Se dirige a la inteligencia pura.» (H. Bergson, «la risa»).

Los personajes de Pelotincho y Milipili surgieron en 2019 como una forma de representar y parodiar un fenómeno de nuestra época: el surgimiento de las nuevas derechas. Por eso tomé la historieta clásica de Fola y utilicé todo el formato (las ocho viñetas, la temática fantástica y absurda) pero incorporando cosas de actualidad política y buscando reproducirlas desde un punto de vista del espectro político opuesto al que puedo decir que estoy situado yo.

—Para cerrar, ¿qué relación tenés con los otros dibujantes de Tucumán? ¿Te gusta la obra de alguno? Contanos un poco sobre ese campo un tanto silencioso de nuestra provincia, que son los historietistas y dibujantes.

—Desde la muerte de mi papá a fines del año pasado dejó de ser una prioridad participar activamente en eventos públicos y movidas. La obra de Evi Zunz @venusdecerveza me gusta mucho y está muy activa en el entorno historietístico y fanzinero.

Luciano Mónaco vive en san miguel de Tucumán, estudió en Bellas Artes y el profesorado en Historia en la UNT. Como churrichimi publicó media docena de fanzines de historietas autoeditados, además de colaboraciones en revistas. Trabaja en docencia.

Instagram de Churrichimi: https://www.instagram.com/churrichimi5/?hl=es

Pablo Toblli

Es Licenciado en Letras por la UNT. Publicó los libros de poemas Nace en lo próximo (Ediciones Magna, 2015), Lucero de ruinas (Ediciones Último Reino, 2017) y el libro de ensayo Una lectura del imaginario poético de Tucumán (2000-2020) (Fundación Artes Tucumán, 2022). Es editor de La Papa Revista y redactor en Indie Hoy. Nació en Tucumán, en 1987. Su e-mail es pablotoblli@gmail.com, por cualquier contacto.