Suscribirme

ISSN 2684-0626

 

1/4 KILO
1/2 KILO
1 KILO
5 KILOS

«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

Libros Tucumán es una librería especializada en literatura de Tucumán ubicada en Lola Mora 73, Yerba Buena – Tucumán.

 

 

 

 

 

Entrevista a Gustavo Luján

Por Pablo Toblli |

¿Cómo te encontraste con la poesía?

Fui un niño al que los adultos le leyeron mucho, principalmente cuentos, y en particular mi hermana mayor, que era adolescente entonces, me leía los poemas que ella iba eligiendo y transcribiendo en un cuaderno de espiral. En ese ambiente se inicia mi tránsito de lectura y escritura. Crecí en una casa donde se escuchaba mucha música: Mercedes Sosa, Serrat, Silvio Rodríguez, El Dúo Salteño, tangos y muchos otros artistas. Serrat cantó a Miguel Hernández, a Machado y sus propias creaciones. Silvio es todo poesía (ojalá que la tierra no te bese los pasos). Decir Dúo Salteño es pensar en Manuel Castilla intervenido por el Cuchi Leguizamón (atravesado por la baguala y Erik Satie). Mercedes Sosa le puso el color de su bendita voz a muchos poetas: Castilla, Yupanqui, Tejada Gómez, Lima Quintana, Violeta Parra, Jara, Juan L. Ortiz, Cesar Vallejo, R Ayala, Zitarrosa, Manzi, los poetas del rock, y a muchos grandes más.

De adolescente transité el taller que Lucía Carmona dictaba los sábados en su casa paterna, una casa de techos altos rodeada de rosales, edificada casi a los pies de una montaña.

Tengo certeza de que fui un privilegiado.

¿Tenés escritores que admirás?

Son muchos y diversos los escritores que admiro. La razón que hace que los incorpore a ese olimpo es cuando alguna obra, por mínima que sea como el caso de Antonio Porchia o los haijines, me conmueve y queda anclada en la memoria para regresar como ecos cuando leo literatura o intento leer el mundo. Tengo un puñado de escritores que adoro profundamente y vuelvo siempre a sus obras: O. Paz, Manuel Castilla, José Emilio Pacheco, Rulfo, García Márquez, J. Leónidas Escudero, Juan L. Ortiz, R. Juarroz, Basho, Pizarnik, Miguel Hernández, W. C. Williams, entre otros; y a muchos escritores contemporáneos que admiro: M. T. Andruetto, S. Cabuchi, S. Schweblin, S .Almada, Jorge Spíndola, Camila Sosa Villada. Por último, puedo decir que tengo amigos a los que leo y sigo en sus pasos creativos con emoción y orgullo, por talentosos y buenas personas.

¿Adherís a alguna corriente estética de la poesía?

¿Es posible, en el siglo XXI, adherir a alguna corriente estética? Desde que hace más de veinte años pude acceder a internet, todo se volvió más cerca, más accesible. Uno puede escuchar la obra completa de J. S. Bach si lo desea (Bach es el poeta de los sonidos pero también de los silencios), como así acceder a traducciones de obras de lugares lejanos y de otros tiempos que no están disponibles en Argentina o bien no serían de otro modo accesibles. Este panorama hace que uno pueda adherir a todas las corrientes estéticas a las que accede, desde poesía japonesa clásica, a poesía africana, polaca, etc. y, desde luego, también a sus contemporáneos en las antípodas del planeta.

¿Existe alguna poesía que no te guste?

Tomo la diferenciación que hace Octavio Paz en El arco y la lira para poema y poesía. Creo en la poesía como epifanía. Es imposible que haya poesía que no me guste, la poesía es Eros, por lo tanto es pulsión vital, vital como el oxígeno. La poesía no es necesariamente belleza y prueba de esto es aquella Flor del Mal, a la que su autor tituló “La Caroña”.

Sé que hay poemas que no me gustaron, pero ya los he olvidado.

¿Qué cuestiones, estados de percepción, objetos o temáticas te disparan a escribir?

Generalmente escribo cuando estoy tranquilo para que esa música interior pueda salir, para que las palabras puedan jugar y ganarme la partida. Pueden ser disparadores muchas cosas o situaciones, sueños, asociaciones, recuerdos, indignaciones, música, equivocaciones, películas y principalmente lecturas (no necesariamente poemas). No existe una regla; por ejemplo; al regresar de La Rioja la última vez, me preguntaron el por qué, a pesar del calor, viajo de siesta en verano, y mi respuesta automática fue sin ninguna intensión poética: “Para que no me alcancen las sombras”, la frase quedó resonando o rumiando en mi cabeza. El día siguiente, se transformó en una semilla para la escritura de un poema.

¿Qué lugar crees que ocupa tu obra dentro de la poesía de Tucumán?

Mi primer libro Quedarse con la luz es de fines de 2018, pronto haré una reimpresión, lentamente va consiguiendo sus lectores en lugares obvios (ferias literarias, invitaciones a lecturas en Tucumán y en otras provincias) y lectores a los que les llega el libro y que uno no puede imaginar. Ilustro esto con una breve anécdota: una amiga cuando leía mi libro compartió en voz alta un par de poemas con su hijo de tercer o cuarto grado; el niño llevó Quedarse con la luz a la escuela para mostrárselo a la señorita porque era de un “escritor que no estaba muerto y vivía en Tucumán” y porque a él le había gustado un poema sobre la fortaleza de mi madre y lo hizo suyo, el poema terminó socializado para toda la clase y trabajado por la señorita. Esto prueba que uno no puede saber ni imaginar el alcance que un poema publicado puede tener.

Otro plano que considero muy importante en mi experiencia, es en una escuela secundaria pública, en un taller para adolescentes llamado La Curita Manchada, fue un espacio donde la literatura era gravitante ya sea como lectura o escritura, pero siempre tendiendo puentes a otras disciplinas artísticas, deseos y problemáticas de los pibes que se animaron a ser protagonistas. Ese proyecto siempre fue una apuesta al presente y pero principalmente al futuro. Este proyecto nos signó a quienes participamos de él.

Si la pregunta apunta al lugar que ocupa en la academia mi escasa escritura, diría que ninguno.

¿Buscás cambiar alguna cuestión existencial personal o del mundo en general cuando escribís poesía?

Sería pretencioso pensar que un texto escrito por mí pudiera tener ese efecto sobre el mundo, si logra conmover o generar empatía a alguien es algo que me turba y me genera extrañamiento. Aquí podría pensar la finalidad del arte, que seguro no es la de ser un simple adorno, creo que en el arte siempre hay catarsis, pero no es sólo eso, es una búsqueda que a partir de cualquier lenguaje intenta crear un nuevo territorio para ese lenguaje, el arte siempre intenta crear una experiencia semiótica para atestiguar.

¿Qué opinas del panorama histórico y actual de la poesía en Tucumán? ¿Te identificas con la obra de algún poeta?

San Miguel de Tucumán y las ciudades cercanas tienen una cantidad importante de personas que escriben poemas y creería que un número menor de narradores, esas personas corresponden a diferentes clases sociales, etarias, de profesiones diversas y diferentes estéticas que en grupo o en solitario intentan compartir sus creaciones. De este conjunto existe uno menor que busca, a partir de la conformación de contactos, intercambios con grupos que hacen literatura en otros lugares, es decir, llegan a permitirse tener una proyección regional. Existe una relativa regularidad de distintos eventos: encuentros, festivales, ciclos, etc. donde se dan intercambio de libros, o bien la posibilidad de conocer las escrituras de les otres. Los eventos son organizados ya sea por el ámbito oficial o por grupos autogestivos. Esta diversidad no está capitalizada o amalgamada por alguien sino que se nuclea en torno a diferencias estéticas, edades, géneros, personas de referencia, talleres, etc. En conclusión, Tucumán presenta una diversidad de voces y hay que celebrarlo.

En estos tiempos de pandemia, gracias a gestores independientes o que pertenecen a organismos públicos, surgió una serie de festivales, charlas en vivo, lecturas, ciclos, etc.; a través de redes sociales como Facebook o Instagram, o por plataformas como Zoom o Meet, que permitieron la circulación de las producciones y también sentir a los otros cerca, es decir transformar el aislamiento social en distanciamiento físico tan solo.

Regresando más en detalle a la pregunta, opino que tal vez a muchos les falte crear puentes con las tradiciones muy ricas de las poesía de provincia, esto es leer la poesía generada en provincias puesto que existen prejuicios y rápidamente la rotulan de folclórica, asumiendo las estéticas imperantes en CABA como únicas, o bien creen que son parte de una vanguardia por escribir al estilo realismo sucio o por tener elementos del objetivismo, ambos ya anclados en el siglo XX. Esta operación también se repite hacia los otros países latinoamericanos. Pienso estos puentes con las tradiciones no para repetir lo ya hecho o por simple adoración fetichista, sino para descubrirse y crecer con fortalezas que permitan pensar las realidades cercanas y poder problematizarlas, para discutir las injusticias que nuestra sociedad ha naturalizado. El árbol puede dar frutos siempre y cuando sus raíces estén alimentadas y fuertes.

Tengo mucha admiración por la obra de los poetas del NOA: L. Franco, Ariel Ferraro, Lucía Carmona, D. Gatica, los exponentes de La Carpa (principalmente de Manuel Castilla), Calveti y también de narradores como Daniel Moyano o Héctor Tizón, tan sólo por mencionar a algunos. En Tucumán, la obra de T. E. Martínez, Juan José Hernández (en narrativa y en poesía),  Leda Valladares (tanto en recopilación de coplas como en sus poemas), Juan Gonzalez, Eduardo Rosenzvaig, H. Foguet y por supuesto Inés Araoz, me signan y creo que deberían ser de lectura asegurada y de fácil acceso.

Estoy honrado primero por ser amigo y después lector de algunos escritores que están conformando obras que son proyectos sólidos de escritura, de los que no tengo la menor duda que por la potencia de sus trabajos deberán entrar en la historia de la creación literaria de estos lares y de Argentina, por citar tan sólo dos como ejemplos: Zaida Kazzab y Pablo Romero. A este grupo de amigos escritores me liga el aprecio y la certeza de que hacen literatura y de la buena.

Niego a George Steiner cuando sostiene eso de “lo que no se nombra no existe” porque estoy injustamente cometiendo olvidos, pero con los mencionados más arriba me permito dialogar en mis intentos de escritura, con la intención de darle raíces, de darle cimientos a la carnadura para que a su vez puedan dialogar con Li Po, Szymborska, H. Zbigniew, Baudelaire, Rimbaud, Gruss, Lautreamond, Bellesi, W. Stevens, Whitman, Cardenal, Vinicius de Moraes, Neruda y así una lista interminable de poetas amados.

Se cita erróneamente a Hipócrates con aquello de “somos lo que comemos”. Me atrevo a parafrasearla y sostener con total convicción de que somos lo que leemos.

¿Pensás que la poesía es solo un género literario o algo más?

La poesía es un género literario, ya sean textos en verso o prosa.

Pero no es sólo eso, surge como producto de la interacción con el mundo (el ruido de los árboles mecidos por el viento que metamorfosea en susurros o en música y nos lleva a una situación de embelesamiento) o bien con las obras artísticas donde a partir de esa interacción se pone en marcha una combinación del sustrato inmaterial que llevamos en el alma y en la razón, y que nos permitirá transitar experiencias estéticas. Esto último es posible también pensarlo para la instancia creativa, es decir lo que nos genera el acto de creación o bien cuando uno compromete la atención, el intelecto y las emociones a la creación de otro.

¿Buscás algún tipo de trascendencia cuando escribís?

La trascendencia no sirve. La trascendencia es una ficción inventada para aliviar el miedo a la muerte.

¿Qué opinás de las siguientes frases?

La poesía es el lenguaje de lo inefable.

La poesía no es eso.

La poesía es el entendimiento con lo sagrado.

La poesía no es eso.

La poesía es un estado de conciencia alterado.

La poesía no es eso.

La poesía es la alerta por lo humano a punto de perderse.

La poesía no es eso.

La poesía es el reverso de las cosas.

La poesía no es eso.

La poesía es el perfecto equilibrio y atracción de todas las cosas.

La poesía no es eso.

La poesía es resistencia de los órdenes hegemónicos.

La poesía no es eso.

La poesía es evasión.

La poesía no es eso.

La poesía es comedia.

La poesía no es eso.

La poesía es libertad y levedad.

La poesía no es eso.

La poesía se escribe en la discontinuidad.

La poesía no es eso.

La poesía nos hace sentirnos apartados del resto.

La poesía no es eso.

La poesía es para unos pocos.

La poesía es de aquellos que se la hacen suya.

La poesía es un faisán que desaparece en la maleza. *


(*) Nota: Wallace Stevens, Aforismos.

Gustavo M. Lujan

20/07/20


Gustavo M. Luján (Chilecito, La Rioja) es ingeniero químico. Reside en San Miguel de Tucumán desde mediados de la década del ’90, participando de diversos colectivos vinculados a la creación y gestión cultural.

Actualmente, es miembro del «Colectivo Cultural EsCuchara».

En Chilecito participó del taller literario «MAMAQUILLA» de la poeta Lucía Carmona.

Desde 2013 a 2018 coordinó «La Curita Manchada», taller de lectura y escritura del Centro de Actividades Juveniles de la Esc. «Emilio Castelar» con el que publicó La Curita Manchada; Leer, pensar, crear y crecer en la escuela (2015) y LAPACHOS (2016).

Fue publicado en diversas antologías, en revistas y sitios web.

Publicó en la primavera de 2018, Quedarse con la luz con editorial LAGO (Córdoba).

2 respuestas a “Entrevista a Gustavo Luján”

  1. Nora Fowler dice:

    Muy buena la entrevista. No conozco sus poemas pero su reflexión me pareció muy interesante

    • Emilio dice:

      Es muy interesante su visión de la poesía, su visión del mundo! Es genial!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *