Suscribirme

ISSN 2684-0626

 

1/4 KILO
1/2 KILO
1 KILO
5 KILOS

«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

Libros Tucuman

libros tucuman

 

 

 

 

 

 

 

Literatura infantil juvenil. Pasen, vamos a charlar

Por Mónica Cazón |

Contarles un cuento que se hizo realidad me causa alegría. Una siesta, hace ya un par de años en la plaza San Martín, sol y otoño mediante, nos juntamos seis colegas, entre escritoras y otras especialistas, con un objetivo concreto, queríamos dedicarnos al universo de los niños y adolescentes, escribir, estudiarlos. Era claro que, de entrada, todas éramos genias conocedoras del asunto, pobres ilusas. ¿Estábamos preparadas para hacerlo? ¿Conocíamos el mundo de chicos y adolescentes? ¿Teníamos idea de las etapas del crecimiento, cognitivas, emocionales, para luego escribir algo que le interese a un chico de 3, 6 o a uno de 9 años? ¿Qué ocurría en el mundo adolescente, tan particulares ellos, con sus preferencias, diferencias, seres que defienden su identidad a rajatabla justamente porque están formando una propia?

Eran demasiadas preguntas para resolver. Un proyecto en el que representantes de la vieja y nueva escuela nos planteaban preguntas que nosotras mismas la habíamos pensados ¿Existe la literatura infantil y juvenil? ¿Acaso la literatura, cuando es buena, no es válida para todos? Se suele decir que no hay más literatura que la que no tiene calificativos que limiten el término, que la edad no puede considerarse como un criterio diferenciador, o, lo que es peor, que la literatura infantil es una adaptación de la literatura a las limitadas capacidades de un niño. Hasta se llegó a decir, como una de las posturas extremas, que la literatura infantil se identifica con la mediocridad literaria creada o pensada por teóricos ficticios, o por los intereses de las editoriales. Todos muy buena gente, verán.

Lo cierto es que la literatura es un hecho único, que adopta variadas manifestaciones porque no existe el público en términos absolutos, sino los receptores, diferenciables y diferenciados en razón de su estética y de sus posibilidades de interpretación de la obra artística polisémica, como analiza la «estética de la recepción». La literatura se ofrece a la heterogeneidad de gustos y sensibilidades. Hablamos con renombradas especialistas de diferentes profesiones, leímos. Pasaron por nuestras manos, escritores, médicos, psicólogos, pedagogos, psicólogos sociales, trabajadores sociales, profesores del preescolar, profesores, editoriales, ilustradores (Walsh, Borneman, Bodoc, Ramos, Andruetto, Basch, Prina, Origgi, Zelaya de Nader, Gemma Lluch, Maite Monar Vliet, Suez, Tejerina Lobo, Pardo Belgrano, Cabal, Schujer, Wolf, Mariño, Suez, Shúa, Pellizari, imposible citar a todos), hice mi posgrado adivinen de qué, y aquí estamos, en Tucumán, intentando continuar con el trabajo de la década del 80 y largos, de María Eugenia Virla y Honoria Zelaya de Nader, pero tratando de responder a las necesidades de los chicos y adolescentes de la actualidad, lo que no es poco.

Fue y es un estímulo descubrir que sí, la literatura infantil juvenil existe en Tucumán, posee antigüedad, y desea vivir largo tiempo. Pero allí se presenta mi duda, ¿podrá? La seguimos luego.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *