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ISSN 2684-0626

 

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«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

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Los niños y niñas de la guerra

Entrevista a Graciela Pellizari

Por Mónica Cazón |

Si existe alguna situación imprevista, esa es la guerra. La guerra llegó para destruir la vida de quienes habitan las regiones en cuestión, civiles, familias inocentes. La guerra impensada en estos tiempos, la guerra que resuena en los oídos del mundo sin capacidad para detenerla.            

Los niños y niñas soldados ponen su vida en riesgo, viven situaciones traumáticas y sus derechos están totalmente desprotegidos. La guerra siempre es una desgracia que debe evitarse a cualquier precio.

Hace 30 años, cuando el orden mundial se encontraba en un flujo de cambio constante –la caída del muro de Berlín, el declive del apartheid, la creación de la Red Informática Mundial– el mundo se unió en defensa de los niños y de la infancia. Si bien la mayoría de los padres y madres del mundo de entonces habían crecido bajo dictaduras o gobiernos fallidos, esperaban que sus hijos disfrutaran de una vida mejor, de mayores oportunidades y de un mayor número de derechos. Por lo tanto, cuando los dirigentes de numerosos países se reunieron en 1989, en un momento de rara unidad mundial, para contraer un compromiso histórico con los niños del mundo destinado a proteger y hacer realidad sus derechos, surgió un verdadero sentimiento de esperanza para la próxima generación.

Pero, y lamentablemente existen los peros en un tema tan delicado, a los gobiernos del mundo parece no preocuparles. La humanidad quedó devastada con esta nueva guerra.

La cara de un niño o niña llorando de miedo, hambre, o por despedir a su padre que va a a la lucha, es algo inesperado para este siglo, pero está pasando. Se pierde la educación, la salud física y la salud mental, estas infancias formarán adultos que construirán el próximo mundo. Las preguntas son infinitas, la respuesta es una: NO debería existir la guerra.   

Por este motivo, entrevistamos a una escritora-educadora que dedicó su vida a los chicos y tiene una vasta trayectoria y experiencia. Escuchamos su palabra desde el aspecto educación-aprendizaje. 

   

– ¿Qué impacto tiene la guerra en la educación de los niños y niñas?

La contundencia del accionar bélico en un territorio acotado o en lo que fueron las dos experiencias de las guerras mundiales, la 1° (1914 a 1918) y la 2° (1939 a 1945). Esos 10 años sumados con ambas-, marcaron a fuego, sangre y destrucción todo el siglo XX y la ‘educación’ de la niñez y Juventud quedó particularmente imprecada de las consecuencias terribles de lo acontecido. La niñez y la juventud contemporáneas en su aspecto educativo estuvieron afectadas por las vivencias propias y las de los mayores que los tenían a su cargo. Se ha demostrado con estudios científicos las secuelas físicas, emocionales, sociales y mentales que se produjeron a posteriori de estos nefastos eventos. Pero, a partir de los problemas de comunicación entre el frente de combate y las bases operativas bélicas, la humanidad desarrolló la ‘Teoría de la comunicación’ como primer paso al desarrollo tecnológico posterior que trajo el uso de la computadora a nivel global. Con estos datos históricos no quiero decir – simplemente- que no ‘hay mal que por bien no venga’; más bien quiero expresar que la persona humana parece aprender del dolor y como consecuencia genera nuevas posibilidades.

– ¿Qué ocurre con el aprendizaje de los niños de la guerra; y con su disposición para él  cuando se vive en el desastre?

Tengo para mí que, ‘en medio del desastre’ no podemos cuantificar el ‘aprendizaje’ en particular el ‘formal escolar’ en especial, porque toda esa situación conlleva a preocupaciones más esenciales: como el ‘hambre’, la destrucción del ‘habitat’, los elementos básicos del sostenimiento de la vida (agua potable, alimentos, combustibles); la interrupción total de la vida cotidiana, tal como se desarrollaba. La supervivencia es prioritaria e inherente a la condición humana. Hemos aprendido, después, las consecuencias de las peores vivencias a nivel psicológico y esencial como seres humanos en estado evolutivo y de todos los estudios hechos sabemos que dejaron secuelas tremendas de superación a nivel individual y social que perviven por muchos años después. 

– Usted tiene vasta experiencia con la historia de educación de niñas y niños ¿Qué ocurrió respecto al tema con los niños de las guerras mundiales?

La verdad que particularmente en esas fechas no había nacido del 14 al 28. Pero haciendo referencia a mi propia ‘experiencia’, relataré que fui profesora de 4° año del Bachilleres en un colegio de la provincia de Bs As, dictando Literatura Española en 1981 y algunos de mis alumnos varones no aprobaron la cursada y tampoco los exámenes de diciembre de ese año; por lo cual los esperaba en marzo de 1982 para completar los estudios. Cuando llegó la fecha de ese examen adeudado – lamentablemente- no estuvieron presentes porque habían sido reclutados para combatir en Malvinas – hace 40 años atrás-. Son dos de los fallecidos en el Crucero Gral. Belgrano y nunca regresaron. Fue muy difícil sostener la motivación del curso restante en ese 5° año de 1982, para mis alumnos y para mí. También tuvimos ‘guerra’ entre nosotros, sin remontarnos a las que devastaron a Europa.

– ¿Los niños se convierten de alguna manera en niños y niñas soldados?

Es así – lamentablemente- la guerra necesita de sangre joven para realizar sus maléficas atrocidades. Y en muchos lugares como Afganistán, Libia, Irack e Irán y algunos países africanos – Somalia, Eritrea, Congo, etc- son reclutados desde muy temprana edad. En nuestro país lo hicimos con adolescentes desde los 17 años (Guerra de Malvinas), como relaté en la pregunta anterior. Y, como es de suyo ratificarlo el ‘aprendizaje’ queda marcado con lo vivencial de la sangre y la muerte.

– ¿Qué derechos tienen niños y niñas que deban respetarse a rajatabla cuando se desencadena una invasión bélica como la de Rusia y Ucrania?

En este conflicto bélico en particular (Rusia-Ucrania) del que somos coetáneos, asistimos con estupor a que los ‘derechos civiles’ no se están respetados porque no hay ‘estado de derecho’; tanto en el invasor como en el agredido. La teorización de los que debería ser… se da de patadas con la acuciante realidad. Tanto la niñez como la juventud en especial, son grupos etarios afectados directamente en sus ‘derechos’, los cuales – creo- tardarán en restituirse por largo tiempo.

– ¿Qué rol debería desempeñar el estado para proteger la seguridad y la educación de niñas, niños en terribles circunstancias?

A esta pregunta, respondo honestamente: ‘no lo sé’. Y creo que, tanto el estado agredido como el estado agresor no están en disposición de ‘proteger la seguridad y la educación’ en situaciones tan adversas. Podríamos teorizar e hipotetizar y de hecho lo ha formulado la Unesco –preocupada por las infancias y juventudes en los tiempos bélicos actuales-; pero sin muchos resultados concretos, hasta donde se puede apreciar en estos días. Más bien, se ven permanentemente vulnerados.

– ¿Podría recomendarnos algunos libros para explicar lo que significa la guerra, a los niños y niñas desde la casa o la escuela?

Como especialista en Literatura Infantil, he tratado que el mensaje literario les llegue a la niñez y adolescencia con textos que les movilicen sentimientos pacíficos, para contribuir a la construcción de un mundo mejor; desde nuestro ‘pequeño y valedero lugarcito’. Citaré dos que me parecen de lectura imprescindible y lo expreso contundentemente, por mi propia experiencia de profesora:

Para la primera infancia, es dable seleccionar cuentos con ‘monstruos’ porque estos personajes provocan ‘catarsis’, lo mismo que las ‘brujas’ o ‘gigantes’. Hay muchos buenos escritores que abordaron estos tópicos literarios, en nuestro país.

En especial cito, a: “Pipino, el pingüino. El monstruo de las Islas Malvinas” de Claudio Garbellano, escritor marplatense y ex combatiente presencial de ese doloroso conflicto bélico.

Y, sin lugar a dudas, por el interés que despierta aún en los jóvenes de hoy: “Diario de Ana Fnak” siempre de enriquecedora lectura, para comprender las atrocidades bélicas.

– ¿Alguna frase o reflexión que pueda aportar?

La verdad es que, mi único anhelo es que el mensaje poemático del siguiente texto, nos habite y abarque a toda la humanidad, en los tiempos que corren. Porque la POESÍA dice mejor las cosas importantes:

                             MONEDITA

Monedita

va a la fuente,

de mi mano

escapa ya.

Monedita va a la fuente,

cristalina de cristal

y el deseo va con ella:

¡Paz, Amor y Libertad!

Monedita de la fuente

no te olvides ….

tres deseos para siempre.                      

Graciela Pellizzari, en: “Desde el corazón”, (2008), Cántaro, Bs As.

 


Graciela Pellizzari nació en Buenos Aires. Docente de los cinco Niveles de Enseñanza. Profesora de Castellano y Literatura con especialización de Literatura Infantil y Juvenil. Especialista Superior en Análisis y Animación Institucional- UBA-. Profesora de Educación Inicial. Especialista en Primera Infancia. Autora de libros sobre escritores argentinos- H. Quiroga y R. Nervi-; 6 libros sobre estudios de su especialidad; 7 de los tres géneros literarios para niños (sobre poesía, Teatro y cuentos); 2 digitales y autora de las poesías de un CD: “Cantando hasta 5”. Últimas Publicaciones: “Una nueva mirada de la Poesía para la niñez” (2021); “Primeras Palabras” (2012); “Desde el corazón” (2008, poemas para niños);’La cosa del queso’ (2021); ” Escarpines”(2022). Actualmente es Presidente de la Academia de Literatura Infantil y Juvenil de nuestro país, desde 2019 hasta 2023.

Una respuesta a “Los niños y niñas de la guerra”

  1. María Elena Lorenzin dice:

    Excelente entrevista. La guerra nos afecta a todos directa o indirectamente pero a los niños se les roba lo más precioso: la infancia.

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