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ISSN 2684-0626

 

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Poemas de Pablo Romero

Por Gabriel Gómez Saavedra |

            Una navegación sin brújula por un alma furiosa, nueva y con varias vidas andadas, a la vez, son estos poemas de Pablo Romero. Registro del pararse frente a la tormenta de la palabra, como un cazador, para pedir ser nombrado; aun sabiendo que la única presa posible es la estela revelada de la frustración de ese pedido: “escribir un mar para perderme pero qué va a hacer la ola sin mi cuerpo / para romper”.

Gabriel Gómez Saavedra

APARTADO SOBRE LA ATROCIDAD 

a Lucas

El niño dice tiempo y le sangra la boca

grita como queriendo arrancar de golpe

el gesto muerto de un dolor

demasiado inútil

la columna torcida de sostener    

el peso de otros años

unas manos donde nadie espera

para la terrible ceremonia de mirarlo caer

no debería el miedo caminar descalzo

un paso y otro a la intemperie,

descenso transversal al agujero de los días.

el niño dice tiempo y le sangra la boca

un romperse contra toda luna

contra toda intensidad

(de Los días de Babel)

*

ESTUDIO SOBRE EL FRACASO

Padre nuestro

no sé cómo se escribe tanta vida.

Tuve que decir la plegaria porque la fisura

 marca lo insufrible de mi cuerpo.

No cabía la luz. Lloraba

como si me hubieran llamado Pablo o infinidad,

es lo mismo; como tragar sin querer el pecado

de haber nacido insaciable.

Escribir la ruina, escribir la catástrofe

hubiera sido más fácil que decir mi nombre.

Por ejemplo, hagamos de cuenta 

que es alba y que no estás.

Hay que hacer fuerza para nunca

porque la letra no cede. Se hace de golpe

un intento por dejar la plegaria y empujar

la náusea para adentro, un proceso inútil y

nefasto como aprender a mirarse las grietas,

ahogarse sin para quién, sin para dónde.

Dije: así se hace la noche

un empujón con las yemas para parir

el llanto por la boca:

sin palabras para renunciar a la calidez

de nuestros huesos, sin fuerzas

para dejarnos caer en la memoria del mar

que nos ha visto

(de Los días de Babel)

*

EL ÚLTIMO APAGUE LA LUZ

Oh, ser un capitán de quince años

Pere Gimferrer

Sin fuerzas de pertenecer un poco al mundo

cuando es la vida me dejo caer:

acá empieza mi nombre y termina mi sombra

hallarse de pronto con el cuerpo tendido

tu nombre en el lugar de la conciencia

contar uno a uno los años en el pecho,

de golpe, sin pedir permiso a la muerte.

Esto es la clemencia. Escribo porque

me ahogo y ya no sé quién soy

porque soy el mismo, todavía.

¿Qué se sentirá escribir una victoria,

tener las manos llenas?

Digamos que me voy.

Este es el exilio que hace de mi cuerpo

una luz enorme donde enceguecer la vida

una tumba azul para velar

lo que fue arrancado, a tientas,

de la tierra

(de Los días de Babel)

*

PEQUEÑAS FUGAS

Se me escapa de las manos todo aquello que alcanzo a escribir.

Mis dedos son tuberías rotas, caños herrumbrados por el caudal

de los días.

Ya no lucho contra la pérdida ni la insistencia del goteo

y quisiera poder enmarcar su abolladura en estas piedras.

Tendría que nombrar por ejemplo, la fuerza del impacto

y la verticalidad de la caída. Tendría que escribir su ruido

y también su persistencia. Sería inútil:

todos los poemas son palabras a mitad de camino.

Escribir la escritura es mi única certeza.

(de La jaula del hambre, inédito)

*

REVELACIÓN

Todo lo que se escribe está, por naturaleza, demasiado lejos

de ser lo que es: como si para decir barco tuviera que pintar

primero el mar.

La idea del barco se anula sin la presencia del hombre mirando el agua

y el agua arrastrando espuma.

El barco no existe sin la superficie que empuja la palabra

y la obliga a ser.

Afuera está nevando. Digo Nieve. La nieve se anula

si no hablo del frío. El frío se anula si no hablo del hombre.

Todas las palabras son caminos de peregrinación hacia mí.

(de La jaula del hambre, inédito)

*

TIRESIAS

El lenguaje es el límite de lo humano y qué importa si estos dedos

solo sirven para mentir.    Cuando escribo voy en contra

el poema avanza y cae como una piedra cae, como cae la noche.

Cuando escribo estoy tan ciego que las palabras me leen a mí:

no hay espejo sino puente dinamitado, camino pedregoso, pie descalzo

contra el vidrio. Toda escritura es una lucha entre el yo y su ceguera:

a veces lo desconocido se hace carne y arranca sin parar

a veces no sé decir basta y nombro hasta doler.

No hay oráculos ni ritos.

Cuando escribo le abro los párpados a la palabra ojo

mi poema mira sin piedad.

(de La jaula del hambre, inédito)

*

SELFIE

No borré (como vos) la foto que nos sacamos frente al espejo

sin saber si eran tus ojos los que me miraban o el reflejo de un otro

que nunca acabé de conocer.

Mi dolor no es lo hermoso de escribir la palabra tiempo sino lo atroz

de existir en contra: no borré (como vos) la imagen de mi cabeza

anclada a tu hombro para siempre, tus manos haciendo hueco

en mi cintura.

No borré (como vos) con rabia nuestra historia:

ya no hay pruebas de que estuvimos, de que fuimos en el otro

lo que llena la falta, el milagro de la fuerza que detiene

la catástrofe.

Nos encanta perder contra el deseo:

esto que escribo es la evidencia de haber sido.

 (de La jaula del hambre, inédito)

*

ANIMALARIO

Escribo la palabra olvido como quien pone una carnada

es un esperar silencioso la aparición del poema:

desde el otro lado de la página me mira con sus ojos de lámparas.

Hay que cazarlos, no para matar sino para apreciar en grandes jaulas

el herrumbre de la palabra infancia, el amarillo de la palabra jaguar.

Hay que esperar la luz correcta, se está acercando: es un caer en la trampa.

Vas a dar el golpe pero tus músculos no saben contener este equilibrio.

Fracasar es parte de la operación: disparas, con fuerza, a la espera

de un milagro.

Se fue el poema que otro poema pudo ser.

La letra derrotada te anuncia que has vencido:  

hay que escribir la palabra río hasta perderse en sus aguas.

(de La jaula del hambre, inédito)

*

SEMÁNTICA OSCURA

Cada palabra es una grieta abriéndose en medio del silencio.

Es peligroso pensar en lo que no fue, como decir hubiera querido

escribir un mar para perderme pero qué va a hacer la ola sin mi cuerpo

para romper.

Siempre es tarde en los ojos de la muerte  hubiera deseado escribir

contra el deseo de desear, contra lo intransitable de la palabra nunca.

Uso siempre las mismas palabras   no sé qué haría si me quitaran

la palabra miedo.

Solamente vale la pena aquello que no se dice: hay mucho más 

en lo no escrito que en esta farsa, este fracaso de intentar

traducir el accidente.

En este poema, por ejemplo, caigo de rodillas.

Escribo para inventar la historia de la tierra pegada a la herida.

 (de La jaula del hambre, inédito)

*

EN EL FONDO QUERRÍA VERTE DE NUEVO

No alcancé a preguntarte si amaste hasta la culpa

si también temes cuando la palabra deseo levanta su puñal

si también en vos la palabra fosa es un corazón en la intemperie.

No alcancé a preguntarte si tampoco te alcanzan las palabras

si me extrañaste alguna vez, si dijiste todo lo que venías a decirme.

En el fondo no querría que respondas mis preguntas. Como vos

el mar también daña cuando vuelve: solo entonces se violenta

entre las rocas.

(de La jaula del hambre, inédito)

*

Pablo Romero (Concepción, Tucumán, 1999)

Poeta, traductor y editor. Autor de Los días de Babel (México, 2015) y La jaula del hambre (inédito). Desde el año 2019 codirige junto a Enrique Solinas Aguacero Ediciones, una editorial dedicada a la poesía y la traducción. Entre sus traducciones del eslovaco se destacan las de Milán Rufus y Jan Buzassý. Actualmente cursa el Profesorado y la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de Tucumán.

*

Imagen: S/t (2016), de Renzo Cencenarro

Renzo Cencenarro (Aguilares, Tucumán, 1988)

Músico, fotógrafo y escritor. Se crió en la provincia de Catamarca. Es egresado del Profesorado en Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. Ha trabajado en diversas casas culturales del NOA como tallerista y colaborador, y participó en la prensa alternativa y la radio digital. Entre sus últimos trabajos fotográficos se destacan: la tapa de Aguafuertes silvestres (libro póstumo de Roberto Arlt, publicado en 2019), y el arte-disco de La ofrenda, de Cribas (editado en Japón y La Plata en 2020).

Contacto:

www.instagram.com/renzocecenarro

www.renzocecenarro.bandcamp.com 

4 respuestas a “Poemas de Pablo Romero”

  1. Ana Carolina Solá dice:

    Inconmensurables tus letras que destilan el placer sublime de la lectura … Gracias mi tan recordado Pablito por este regalo literario

  2. Pablo Campos dice:

    La escritura de Pablo Romero, un grato descubrimiento para mí. Gracias a La Papa, y a G.G.S.

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