Por Gabriel Gómez Saavedra |
Estos poemas de Ricardo Gutiérrez develan que cuando la noche no es noche, sino cuchillo, el filo de las creencias toma el rumbo de los sacrificios y ya no se puede volver al alba. Y sólo queda la piel, como único escudo para enfrentar al mundo: “Desaté la cuerda que me unía al ángel / y preparé el peligro, la oscuridad, el mundo”.
Vigía de un sueño
Vigía de un sueño que no quiere amanecer
ávido pecho suspira y se conduele
con todas las luces apagadas.
Decía la madre: sólo los ojos de Dios
ven en la oscuridad
y yo contestaba: también los ciegos.
Ahora soy un Dios ciego
deambulando en la tiniebla
y palpo afiebradamente
un cuerpo que cree y ya no existe.
(2011)
(de Poemas de un cuaderno perdido. Poesía reunida, 2015)
*
Posdata
Y ruégote me envíes
para darme muerte
el cuchillo de obsidiana
con que se sacrificaba
en el ritual azteca
a los adolescentes.
(2013)
(de Poemas de un cuaderno perdido. Poesía reunida, 2015)
*
Y de recuerdos
La noche calva de estrellas
se sacude epiléptica
los ruidos
las músicas a ráfagas
que el viento silba
se estira —culebra moteada—
arrastrando el silencio, al fin
para que meen los recuerdos
los babeantes recuerdos
de donceles y borracheras.
(2014)
(de Poemas de un cuaderno perdido. Poesía reunida, 2015)
*
El pan como la luz
Vencida, callejera
una luna mendiga se arrastra en la noche más densa
de este invierno.
Yo, que de nadie vengo,
voy hacia el cuchillo de la sombra
como quien busca la cruz de un nombre que la ha erigido.
Paso tras paso,
rodeo de trasnochados círculos el sitio donde se están
velando los días que habitaban sus flores y la estrella,
los días nuestros en los que Dios lo perdonaba todo
y el pan como la luz no eran sacrificio.
(de Poemas de un cuaderno perdido. Poesía reunida, 2015)
*
Desaté la cuerda que me unía al ángel
Desaté la cuerda que me unía al ángel.
Me desperté en el crepúsculo sin el tormento de sus alas
sin su sol, helándome la sangre por demasiado puro;
sin el agua de los ojos
ni las verdades pasajeras de su carne
ni el ritual de su sexo
por demasiado transparente.
Volví a mi superficie, a mi nombre,
a mi sombra con locuras y filos.
Me desperté a las ganas del músculo,
de la tierra, del vino; de la fiesta del día
y de las noches
y me olvidé al fin que no había más para inventarle
a su pétalo esquivo
a su corta palabra, a su breve distancia.
Desaté la cuerda que me unía al ángel
y preparé el peligro, la oscuridad, el mundo.
(de Poemas de un cuaderno perdido. Poesía reunida, 2015)
*
Vago por tu nombre
Vago por tu nombre como por una alta arena
que no cesa
de ser sol y ser arena.
Llevo todo conmigo, es decir el dolor secreto, y este
cuerpo que alguna vez verdadero,
consume su engañosa llama en el recinto fugaz donde parece
estar muriendo la esperanza.
(de Poemas de un cuaderno perdido. Poesía reunida, 2015)
*
Lágrima
Por el largo pie de la copa
esbelto como un adolescente
se desliza —no sé cómo—
una morada gota de vino
y se me antoja una lágrima.
Claro que no puedo saber
si es el vino o yo el que llora.
Por qué?…
Pregúntenle al amor oscuro y mudo del vino
que yo de amor nada sé
que de amor ya nada quiero saber.
(Inédito)
*
Reto
Dueño soy de estar
con mi domingo 7
con mi martes 13
con mis pascuas y mi carnaval
con mi velorio íntimo y mi manicomio
y esa exultancia desbordada
en la que ensaya acrobacia mi vino
y es trapecista desnudo el deseado
que hace sus saltos mortales
en las alturas más arriesgadas de la pasión.
Dueño soy…
A quien tenga la plana inmaculada y cuerda
reto
que venga a corregirme
todos mis malos deberes.
(Inédito)
*
Dame una palabra
Amigo
dame esa palabra nunca dicha
para que me vuelva río cierto
esa palabra nunca escrita
para que sea poema vivo.
Tengo la voz rota
la garganta acribillada
de tantos insistentes llamados desoídos
y tanto nombre gritado y repetido.
Aunque sea blasfemia o invocación profana
dame Amigo esa palabra
para que Dios o mortal me aluda
y me devuelva con fervor extremo
la respuesta necesaria.
(Inédito)
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Como una puta negra la noche
Como una puta negra la noche
se ha tendido gruesa y lasciva
sobre la ciudad.
De todo encanto desnuda
cargada de deseos inconfesos y contiendas
aniquiló las últimas hojitas
de las ramas de ese árbol cadáver.
El corazón de un corazón lacerado
dobló la esquina de una calle impura
y sin destino
buscando la última herida
la última puñalada…
Cayó sin sangre en el cordón
de una vereda infame
la noche se le echó encima
y le succionó el latido final
de una vieja desahuciada ternura.
(Inédito)
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Ricardo Gutiérrez (Tucumán, 1950)
Integró el grupo Yunque, de importante presencia en la literatura tucumana de finales de los 70. En poesía, publicó Poemas (Edición del autor, 1979), Encendida memoria (Dirección de Cultura de la Provincia de Tucumán, 1993), Relámpago y Sed (Mir Ediciones, 2010), Soles enterrados (Mir Ediciones, 2011) y Poemas de un cuaderno perdido. Poesía reunida (Ediciones de octubre, 2015). Poemas suyos fueron incluidos en Cartón de poesía (Ediciones Tarco) y en revistas nacionales e internacionales.
Fue distinguido con el 2º Premio de la Alianza Francesa; el Premio “Alfonsina Storni”, de la Fundación Grivé; el 1º Premio del Círculo Literario de la ciudad de Azul y con la Mención Especial del certamen “Carmen Gándara”, de la Fundación Gándara.
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Imagen: S/t, de Cecilia Melnik.
Cecilia Melnik (San Miguel de Tucumán, 1992)
Estudiante de Filosofía y amante de la fotografía en el paisaje; en esa fusión encuentra el aire para existir en esta vida.
Concepción, prov. de Tucumán, 1980. Publicó la plaqueta Huecos (Ediciones Del Té, 2010), y los libros Escorial (Editorial Huesos de Jibia, 2013), Siesta (Ediciones Último Reino, 2018) y Era (Falta Envido Ediciones, 2021). Entre otras distinciones, ganó el Premio Municipal de Literatura San Miguel de Tucumán – Género Poesía (Región N.O.A.) y fue seleccionado por el Fondo Nacional de las Artes como becario del programa Pertenencia: puesta en valor de la diversidad cultural argentina.
Gracias a vos Gabriel y a La Papa por traer a este espacio la voz de un gran poeta.
De nada Mario. Gracias a vos por la lectura. Abrazo grande.
Qué buen poeta, Gabriel. Gracias por hacer que lo leamos.
Gracias por tu lectura, Jorge. Abrazo grande.
Excelente,poemas que nunca leí de Gutiérrez.
Gracias Nicolás por la lectura.