Por Gabriel Gómez Saavedra |
Los poemas de Roberto Reinoso nos llevan a la patria donde la pared de la muerte se escribe con la piedra de los vacíos; piedra que luego se ata al cuello, para observar en la marca que deja, cuánto hemos crecido bajo los huesos luminosos de los que nos sostienen la memoria.
Exilios
a Mariana Zarrabeitia
1
uno es como el sitio donde nace
de orillar contra
sí mismo
o crece lleno de esperar
o desanda
como desdice el olvido
o
se da
a quedar
parido en el país que sea posible
desde los propios horrores
y tristeza contraída para siempre
amores
que no dejan
de ser tarde
y dolor que se niega a amar hasta
otra
vez
2
mi
lugar es una sensación incurable
por lo que resta
del adiós
una soledad mirándose las tardes
donde hace mucho siempre
es por la tarde
y vomitan
de olvidados los crepúsculos
las fechas
que no cambian sus honduras
los
nombres
que no curan sus causas de llover
3
en
realidad
se trata del silencio en el sentido
del destierro
en el despueblo de ser otros
y de sus ecos hasta peor
desamarse
de mudar los destetes del tiempo
lejanías adentro desaprendiendo
volver
y sentir
sin decir rostros
ni ayuntar ausencias
que como un tiro de gracia
de la nada me mataron
de nosotros
4
bajo
pena de sombras todavía aqueja
la muerte en los restos
de mi
en la tierra enviudada de los míos
en el destiempo de carne de ahora
cuando la oigo darse
otras formas
la toco volviendo
la veo dictar cuerpos a la tierra
la huelo caer durando a tajos
o la siento
para
siempre
con su tristeza de cárcel lloviendo
en mi un metro
del mundo
5
acaso yo me fui hasta dejar de ser
lo que sabía
—sucio
el espanto
palpándome
rencores—
persiguiendo
lo que cunde en la pérdida o dura
casi todo el olvido
sustantivando
olvidar
y huérfano
en la insurgencia de desear
fui patria de ternuras brutales
corazones organizados por heridas
besos precisos como armas
y el mismo endémico
dolor
de redondez
después de amar sin dar clemencia
de ansiar
ponerme abismos
en el nombre y las desganas
de muertes
que ya no significan
lo que pasa
(de La Hundera)
*
Regreso
regresar desde las sombras
es complejo
deviene en rehacer
deshacer
curvar por los lamentos
(hilar muy fino)
preguntarse
los pedacitos
carcomidos
reunirse a llover
arrancarse el harto corazón
del solo
desde el doler
que ocupan
otros
sobre todo como de un pozo
en adelante volver
de ausentes
que fui
hasta darme por perdido
(de La Hundera)
*
arraigo de infinito
a Ana María Mrad
entre formas de arraigar infinitos
mi hermana —terminante
sobre las ventajas
del valor—
remontó su delicadeza feroz
haciendo enamoradamente
la sombrita y el lugar
la falda
y el vientre
el punto del aire que avecinaba
la siembra de luchar
cuando morir dolía de otro
y de todo se adueñaba la ausencia
que iría sola con su fragilidad
rugiendo
como con golpe
de manos contra los monstruos
del final
(de Cronicario)
*
el caído
a Diego Orlando Romero
en cualquier caso las luchas
se parecen al caído
o al rastro
en que existió
al paso que dejaba de soñar
otra cosa
es declararlo en ausencia
volviéndolo
a morir
hasta que asuste memorar
y sea por ilación
lo que resulte
en costos
del martirio a un solo bando
sin que lo den a relucir
lo pongan de huesos a solear
(de Cronicario)
*
llamantes
a Alberto Martínez
y Noemí Ramírez
yo me rejunto a querer suficiente
y soy su poco
en suma
ella en contratiempos que puede
viene a ser los dos
y le soy
y me es
porque amar en horas de negrura
hace que morir
tenga razones de amor mismo
hace sentires del parirnos
del nosotros
sin ataduras ni horizonte
hasta el dolor
*
fantasma impropio
a Carlos Valladares
es algo —sin las propiedades
de estar—
que no unge nombres
no busca sombrear
no pesa
de ganas
no abarca
no se cabe
no anda el hueco
que derrama
no urde temblores
o temblar
tampoco
se duele
sombra ajena de la nada
y desde a veces
por vez
trepa haberes de algún cielo
agrupa vientos
puede
sentir
y le viene de la misma mujer
como resaca de otoñar
y la trae del adiós
la urge con todo
intacto hasta
mirarla
y sueña en las muchas albas
los brotes
de su sangre
respirándose en el tiempo
que lo apaisó inmortal
o entre asuntos
de tanta noche
larga
sigue decidiendo su silencio
con los huesos
en alto
y ese andar la muerte
por voluntad de asamblea
haciéndonos respirable
estar heridos
todavía
contando contar con
cada uno
(de Cronicario)
*
Contingencia
el alba cayó del vacío entre solos
y como en un tiempo lleno
de su aparición/
sobrevino
bella
ahí/
presente
entre todo inmóvil/ cruzó
huellas de cuando no estaba aquí/
a encarnar el sin
confín/
sin otro más allá que ese instante/
hubiera sido inmenso/ dulcemente/
mirarla venida hasta mi rumbo/
o aún
—después
de la ilusión—
dejándose sentir/ haciéndose
palabras sin escribirse
en la nostalgia
en
realidad/
la imposibilidad
asuena lejanías/ reordenando
por ausencias el orden de las cosas/
-y más- si tampoco desentrama
tanta muerte
de la que no regresa nunca/
(de Síntoma, inédito)
*
Muriente
a manos de la pérdida/ o la muerte/
el animal de un país
me significa
dando patria en el debajo/
sobre ocasos/
bajo actos de pasión
y pena nodal y preñeces de espanto/
o
según
los silencios
con que nombra la muerte/
sus tiempos de noche no duermen
a la luz/ de los nuestros/ que muero/
(de Muriente, inédito)
*
Roberto Reynoso (Los Ralos, Tucumán, 1958)
Es autor de los libros de poesía Olario (1982), Trasgris (1999), La Hundera (2015) y Cronicario (2017). Participó de la antología Los pájaros del polen (1986), junto a los poetas Alejandro Carrizo, Mario Casacci, Francisco Galíndez, César Gúzman y José A. Scrimini. Fue cofundador del grupo cultural “Caminos”. Sus libros Síntoma y Muriente se encuentran inéditos.
*
Imagen 1: Vuelos de la muerte (2016), de Gabriel Lemme.
Imagen 2: Vuelos de la muerte (2016), de Gabriel Lemme.
*
Gabriel Lemme (San Miguel de Tucumán, 1984)
Artista Visual, Fotógrafo y estudiante avanzado de Arquitectura. Realizó el registro de obras a Manojo de Calles, Tiziano Cruz, Esteban Koukas, Nancy Pedro, etc.
Algunas de las siguientes intervenciones públicas
en las que participó, fueron las siguientes: “Bailando entre cuervos”,
intervención poética al Palacio de Tribunales, junto a la bailarina Virginia Solís;
“Vuelos de la Muerte”, ritual artístico de sanación, performance en el dique El
Cadillal, junto a “Qoqi” Mendez, Yamina Leiva y Pablo Canelada; OMA “La
Revolución de la Alegría” Objeto metafórico asfixiante presentado en el desfile
del Bicentenario, junto a Elia Betina Bendezu, Verónica Pérez Luna y Pablo
Canelada.
En 2015 obtuvo el primer premio en el concurso “Arte y Política” de la
Universidad Católica de Santiago del Estero con la obra “Post Crucifixión”
En 2016 realizó la exposición individual de tres producciones propias en Plaza
de Almas: “Una intervención, un ritual y una Alegoría”.
En 2017 creó «Yunga en llamas”, equipo
transdisciplinario con el cual viene desarrollando el proyecto artístico
«La Televisión ha Muerto», intervenciones públicas, acciones y
performances. Fueron invitados a exponer en la Octava Bienal Argentina de
Fotografía Documental y en el festival Limón Rock, en Tafí Viejo.
Desde 2017 forma parte del grupo de artistas que lleva adelante el ciclo
denominado «En la variedad está el ciclo» y, desde 2018, del grupo
«Libélula”, encargado de organizar charlas gratuitas mensuales con
referentes de la fotografía y el vídeo.
Contacto:
gabriellemme18@gmail.com
www.facebook.com/gabriel.lemme
https://www.instagram.com/estudio_en_llamas/
Concepción, prov. de Tucumán, 1980. Publicó la plaqueta Huecos (Ediciones Del Té, 2010), y los libros Escorial (Editorial Huesos de Jibia, 2013), Siesta (Ediciones Último Reino, 2018) y Era (Falta Envido Ediciones, 2021). Entre otras distinciones, ganó el Premio Municipal de Literatura San Miguel de Tucumán – Género Poesía (Región N.O.A.) y fue seleccionado por el Fondo Nacional de las Artes como becario del programa Pertenencia: puesta en valor de la diversidad cultural argentina.