Por Álvaro Astudillo Mattalia |
Mi amigo, Fred Smeijers, dice que el control del espacio en blanco es de forma concéntrica, igual que las capas de una cebolla, de adentro hacia afuera, y que observar las contraformas es el primer paso para jugar el juego del blanco y el negro. El fondo hace a la figura y la figura al fondo. Imposible modificar uno sin cambiar el otro.
Vamos con la receta.
Primera capa: un diseñador que entienda la relación figura fondo y pueda dar vida y tensión a las páginas. Moldear la nada que tememos: las sobras, los restos, el espacio en blanco dentro y fuera de una letra porque el ojo humano reconoce el contorno y las interacciones de figura fondo de las palabras. Que el ojo se haga cargo.
Segunda capa: el formato, márgenes, columnas y las calles. Seleccionar con cuidado la tipografía y el tamaño. Jugamos al juego de la mancha tipográfica, la lecturabilidad. ¿Quién es la con serif y quién la de palo seco? ¿Cuál para los títulos? ¿Cuál para el texto? Clic. Archivo. Clic. Guardar.
Tercera capa: añadir las palabras y, con cuidado, revisar el idioma, los cortes y estilos. Agregar ilustraciones en cantidad a gusto de editor. Legales y pie de imprenta. Clic. Archivo. Clic. Guardar.
Cuarta capa, envolver todo en formato documento portable. ¡A imprimir!
Tips para una buena cocción: El mundo del diseño gráfico está hecho de tipografía. Esta unidad atómica, a su vez, de contraformas. No es menor, nunca. Da forma a la escritura. Y el universo es interlineado, línea base, altura de x, regular, bold, cursiva, condensada, extra black y… Siempre es sabio elegir qué utilizar.
¡Hasta la próxima y síganme para más recetas!
Referencias técnicas: Scaglione, José, «Desde la contraforma. Contrapunzón», 19 en Gorodischer, Horacio F., Curiosidades tipográficas, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 2010, pp. 19-29
Imagen: experimenta.es/comunicación y diseño
Es muy bueno este ensayo. Habla no solo de tu formación sino de tu “savoir faire” como diseñador.
Excelente
¡Gracias!
Excelente. Mucha claridad y habla de algo con lo que me siento muy identificada.
¡Muchas gracias! Qué bueno que puedas encontrarte en las palabras vertidas aquí.