Suscribirme

ISSN 2684-0626

 

Aquí podés hacer tu donación a La Papa:

«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

Libros Tucumán es una librería especializada en literatura de Tucumán ubicada en Lola Mora 73, Yerba Buena – Tucumán.

 

 

 

 

 

Tarde de fe

Por Renzo Cecenarro |

@renzocecenarro

Once años atrás, en esta misma época del año, Seba me acercó unos acordes en el ensayo de todos los viernes. Eran acordes al estilo de lo que nosotros llamábamos muy luismi, por tener esa impronta funky en los teclados, pero también algo de balada amorosa por lo bajo. Digamos que se intentaba hacer una historia de amor. Lo que sucedía de raro para mí en este intercambio, era que nunca me habían pedido escribir una letra para una música ya compuesta. Altísimo desafío.

Con Seba nos encantaba pasar mucho tiempo tocando sobre el ir y venir de los errores. Establecíamos loop de una idea, y tratábamos de encontrar una base en común, dado que yo nunca supe nombrar la mayoría de las cosas que hago en la guitarra, y a él le daba paja ponerse a pensar en esa teoría. Así que tocábamos y él fumaba, y seguíamos tocando y él seguía fumando, y tocábamos a teclado y guitarra y de tanto humo yo ya prácticamente que fumaba, y yo no quería fumar pero quería seguir tocando así que continuábamos fumando hasta que el loop sonaba bien. Mejor dicho: hasta que para nosotros había algo de eso que dicen es sonar bien. Incomprobable.

Cuando volví de ese ensayo me sentía extraño, por momentos ansioso, también feliz (por supuesto), porque mi amigo quería que escribiera en su creación. Pero no sabía cómo encarar la situación, no estaba en mis comodidades habituales. En esos tiempos yo andaba componiendo muchas canciones, pero siempre fui de tener la letra antes. De alguna forma sentía el desafío, pero no tenía ninguna palabra o imagen por la cual empezar. Así que empezar por el final es tocar desde el inicio y saber que igual la música es el único fin.

Con mis hermanos vivimos durante varios años en un departamento piso 13, sobre la terraza del edificio. Saliendo del mismo, podías subir a una escalera y estar en el techo del departamento que a su vez estaba sobre la terraza. Loop. Para mí era muy importante habitar ese lugar, lo apreciaba mucho porque podía aislarme, practicar, tocar fuerte y a los gritos, y no joder a nadie. También mirar la ciudad hacia el cerro, mirar la ciudad hacia abajo. Caminarme la ciudad hacia adentro, caminarme el cerro hacia afuera. Si tenía un lugar para componer, era ése. Y allí me encontré el sábado, al día siguiente del ensayo, haciendo bocetos y descripciones aleatorias de lo que veía, con mi mamá que acababa de llegar a la ciudad para pasar sus vacaciones de julio.

Va el gorrión de una vez en mí

y puede que no traiga la sed del viento.

Verde una voz

silba canción,

los sueños…

Lo primero que me salió desde adentro fue romper un poquito ciertos acordes. El término romper tenía una cualidad positiva, porque para nosotros significaba agregar cosas, sumar alguna disonancia, una novena (ponele ¿?), o una nota que nos hacía sentir cambios de colores (flashing intercósmiken). Por ciertos gustos, y para poder apropiarme del boceto de Seba, empecé así: me tomé el atrevimiento de jugar con la data de mi amigo, re-escribiendo lo dado, ejercitando, silbando un poco para motivar a que salgan cosas. Todo bien con luismi, fue el punto de partida, pero brotaban otros deseos. ¿Qué es una canción de amor? Y entonces sucedió esta primera descripción, de estar en lo alto del piso 13, luego de un almuerzo con mi vieja, y que en uno de los bordes del techo se posaran por un ratito algunas aves. Me imaginé lo que sería hacer ese vuelo, lanzarse al vacío apenas llegar a la cima, y soñarse con planear silbando pájaro, sin un por qué, pero en un viento sano, limpio, sin los pedacitos de mierda que emanan los ingenios. El hollín es esa especie de caspa en el cerebro azucarado de la ciudad. Yo quería retirarme de allí, ir a cantar a la copa de algunos árboles, “calmar mi sed/viajar en paz.

Cuando me empecé a congelar por la bajada del sol entré para dentro, y contemplé la realización de una multiplicidad de acciones que no concordaban con mi registro temporal. Desde algún método no cuantitativo, la velocidad sólo podía ser lenta, aunque las acciones se aceleraran. Es como…cuando…está la luna de día. Unx por lo general piensa que la luna sólo está de noche, pero en realidad es y está todo el tiempo, y cuando la encuentra en una siesta en la que todavía hay sol, se sorprende. Cambia la velocidad horaria. Entonces desde la perspectiva de la luna todavía sería de noche?  ¿Y qué es una canción de amor? Tal vez tenga que ver con fabricar muchos tiempos en una hora muy poco luna.

Mi madre al barrer extiende un color,

me pide un reloj pero que marque las horas ya sin tiempo.

Uno al mirar,

dos al tejer,

lento…

Tarde de fe no muere al nacer.

La fe pareciera referirse a una invocación esperanzadora que viaja hacia el futuro. Ponele. A veces con carácter mántrico, también ejerce cierta relación energética con lo desconocido. No es necesario tener un dios para sentir fe, digamos. Unx busca poner su fe en lo que percibe que le hará bien. Y muchas veces, además de personas, también son acciones y cosas.

Yo no sé muy bien desde dónde salió esa frase como estribillo, pero hay algo que se cierra y se vuelve a iniciar. Que si no termina, es porque está emergiendo. O al revés. O ambas cosas en simultáneo? Es una frase casi sin sentido. La realidad es así de convincente, no más. Si te encuentra teniendo fe en algo, todo eso será tu realidad. De cierta manera ya empezó.

¿Y si tal vez la frase tenía que salir sólo para quedar como nombre de la canción? Vayuno. Pero yo estaba tratando de seguir adelante, y a veces sólo se continúa por un movimiento, algo que en realidad es la introducción pero con otra cosita cambiada, y que ahora también aparece en el medio para repetirse dos veces. Y así. En la guitarra este momento es ir bastante hacia adelante en el mástil, para volver al traste 1 en el último acorde, y las 2 veces hace lo mismo, entonces es como fumar y seguir tocando, y significa también ir 4 veces hacia adelante pero también significa volver a pasar por el inicio, que es un La menor, que a su vez era el primer acorde que tocó Seba el día que me pasó la data. Fue más bien la continuidad de lo que estaba tocando, y repetirlo tanto, lo que me llevó a unir esas palabras. Las preguntas y las interpretaciones aparecen ahora, 11 años después, que es un poco re-nacer el momento de gestación (ocurrencia que La Papa tuvo para que me lo cuestione). Entonces está bien que las cosas no sean tan claras.

Lo que sí tenía en claro era lo que iba a suceder en un futuro cercano, y lo dejé anotado antes de salir. Con la Cata nos veíamos casi todos los días en aquél entonces, porque vivía sólo 3 pisos más abajo. En su casa la cocina estaba aislada del resto de los ambientes, entonces muchxs nos amontonábamos allí para estudiar, para desprender lo que sentíamos, para cocinar en cumpleaños, para sentir la buena compañía de su amistad. En algún momento se volvió una especie de pitonisa. A veces éramos más de cien alrededor de su mesa. Una taza para cada unx, y todo se acomodaba.

Cati va a darme su dulce café,

me podrá contar lo tenue de su luz tan cierta.

Siempre su voz

calma el vapor

de mi alma.

Lo que sucedió al momento de grabar esta canción (muchos años después), fue aceptar la simultaneidad de estos tiempos. Nadia Larcher, otra gran amiga del alma, que grabó de invitada aquí, canta en este mismo momento el inicio del tema. Ocurre una especie de paralelismo sonoro. Otra vez estas ganas de loopearla, que todo sea un breve momento, pero con la sensación de algo enorme. Tratamos de que las dos calmas se conviertan en una doble exposición fotográfica. Y que todas estas animaciones, de algún modo, hicieran una gran reunión. Hoy Cati está en Francia, Nadia está en CABA, Seba no sé dónde está, mi mamá siempre está en su casa, la Flor que vive a unas cuadras y siempre canta y me recuerda esta canción y me alegra, y todas estas imágenes que en relación a una vieja tarde pueden darme mucha paz. Se vuelven una sola cosa.

Lo que prosigue antes del solo de piano, es una lista inconsciente de pequeñas cosas a las que también les doy mi fe. La hice esa misma noche, ya sin tocar la guitarra, antes de dormir. Anticipaciones de la oniria. ¿Y cómo se hace una canción de amor? Este juego lo usé muchas veces, y logra atraparme porque aparecen cosas inesperadas y hasta incoherentes. La idea de recitar en el medio vino luego, con los ensayos posteriores.

rana

estío

libertad

párpado

halos

burbujear

señuelo

ta-te-tí

Ese lunes volvemos a vernos, y mientras Seba sacaba el Casio de su funda, le mostré todo el guiso. Su respuesta fue:

  • Boludo, nada que ver el tema! Me encanta. A vé tocalo de nuevo…

Y prendió inerte su pucho, iniciando otra vez el loop.


*Links para escuchar “Tarde de fe”:

Spotify: https://open.spotify.com/track/7dQBkr7dOvx4xULArlDZsT?si=TCbtF3vKSHyqPC2pJYtZAA

Bandcamp: https://renzocecenarro.bandcamp.com/track/tarde-de-fe

Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=0-DclAqxQwg

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *