Por Verónica Juliano |
Cierta vez, Tomás Eloy Martínez fue llamado “ex tucumano”.
Como una pesadilla kafkiana (de ésas que gestaron la mejor literatura), imagino una secuencia en la que un oficinista gris sella, con esmero inusitado, un papel que certifica que el señor Martínez deja de ser tucumano inmediatamente y en forma imprescriptible. Para siempre despojado de su tucumanidad: como si se tratase de la expropiación de un título nobiliario o, en cifra policial, del borramiento perpetuo de las huellas dactilares.
Digo “imagino” porque si bien la secuencia es ficticia (aunque los burócratas del mundo sean de carne y hueso) la designación “ex tucumano” es verídica. Entre la ridiculez y la ignorancia se entraman textos posibles. Ésos que habitan la zona liminar entre la historia y la ficción que a Tomás Eloy tanto le placía y de la que fue un explorador virtuoso.
- Para el escritor migrante, el terruño es un espacio al que siempre se regresa. Quizás porque el que se va, no se va del todo, la patria chica perfora el espacio literario como forma de memoria persistente que moldea la creación: ya sea como escenario, como atmósfera, como aroma o como lengua propia y extrañada, no es posible evadirse del origen. A Juanjo Hernández le pasaba lo mismo y sus mejores cuentos deben leerse en clave de patio impregnado por el perfume de los azahares. También algunos de Máximo Chehin.
- El escritor que se desplaza lo hace en una dirección que es pendular, oscilante. Entre el afuera y el adentro, construye una espacialidad singular en la que se conjugan elementos locales y universales. Si cada literatura popular tuvo su Robin Hood –bandido y justiciero–, también la tucumana hará gala de su narrativa bandoleresca: “Bazán” es un cuento breve de Tomás Eloy Martínez en el que se rescata la figura de Andrés Bazán Frías, “el manco”. Entre el mito, la historia, las creencias populares, los abusos de autoridad y las eternas injusticias sociales, se forja la figura de Bazán eternizada en el imaginario colectivo, que llegaría al cine tucumano con el documental “Bazán Frías. Elogio del crimen” (2018).
- Originalmente publicado en La Gaceta Literaria en diciembre de 2006, el cuento seguirá un destino de transhumancia similar al de su autor: tendrá una primera edición cartonera, en 2010, en los talleres de Eloísa Cartonera y una segunda, en 2012, a cargo de elCRUCEcartonero. Finalmente, será recogido en Tinieblas para mirar (2014) una recopilación de textos recobrados del autor que dejan ver sus preocupaciones constantes, obsesivas.
Se sabe, las identidades no son homogéneas. Se sabe, la tucumanidad tampoco. Lo que resulta impensable es un panorama de la literatura de Tucumán que excluya a Tomás Eloy Martínez, a Bazán Frías o a elCRUCEcartonero. Bastan ellos mismos como refutación a quienes pretenden dirimir los sentidos de pertenencia.
*Imagen: Bazán de Tomás Eloy Martínez, elCRUCEcartonero, 2012.

Verónica Juliano nació en San Miguel de Tucumán, donde reside. Es docente e investigadora en la UNT. Lleva a cabo diversas acciones vinculadas a la promoción de la lectura. Eventualmente, escribe.
Me gustó mucho el texto profe. Es verdad, la heterogeneidad es mucho más interesante. Pienso que lo mismo pasa con «nuestro Joyce», a palabras de F. Soberón, Foguet. También, siguiendo una crítica de Trompetas, con Perrone. La misma Nicasia Baunaly o Pablo Romero entran en ese interesante juego del adentro y afuera, que nunca son ni adentro ni afuera sino coordinadas de creación.
Recordar este imaginario tucumano y reconocer que nadie olvida su origen y si puede revisita su tierra lo rescato total mente entre otras buenos aciertos de este artículo.
Gracias Gonzalo! Me gusta pensar la «tucumanidad» como algo que se manifiesta, inexorable. Un abrazo
Gracias Lili! Siempre acompañando con tu atenta lectura y cálida mirada. Un beso
Y si no pregúntenle a la memoria que perdura en ese texto transitado tantas veces sobre ser fiel a la “zona” precisamente del que se va del terruño…
Me gusto mucho lo tuyo, Vero.
Gracias, Clari! Estás presente en mis modos de leer, siempre. Te abrazo