Suscribirme

ISSN 2684-0626

 

Aquí podés hacer tu donación a La Papa:

Libros Tucumán es una librería especializada en literatura de Tucumán ubicada en Lola Mora 73, Yerba Buena – Tucumán. Visitá su web: https://librostucuman.com.ar/

 

 

 

 

 

Lino es una distribuidora de libros con perspectiva crítica y un espacio web para la recepción del catálogo. Se hace en Santiago del Estero, Argentina. Visitá su página: https://linolibros.com/

Poemas inéditos de Alejandra Díaz

Palabras de presentación

-Gabriel Gómez Saavedra-

Estos poemas de Alejandra Díaz atestiguan que cuando la poesía reconoce a las criaturas fantásticas que la rodean, expande su casa para que sus distintos ritmos respiratorios y los colores de sus pelajes se desplacen como ventolera por los pasillos. Dan fe, además, de que la poesía es consciente que en los ojos de esas criaturas cuelgan espejos, por donde nos mira lo perdido y el corazón de las ansias bombeando sin descanso. Y que cuando manda la noche, se acurrucan junto a ella en su lecho y le lamen la mano para que amanezca escrita la onomatopeya que cargarán en sus lenguas como signo irrenunciable.

No existe la realidad pura: cada sombra guarda una selva, cada palabra un animal que despierta.

Cada palabra es un jardín diminuto: si lo riego, florece la memoria. Si lo abandono, se vuelve sombra. Prefiero que crezcan juntos, salvajes, para recordarme que todo lo invisible respira dentro de mí.

Casa que respira

Los abuelos viven en una casa que respira. Cada mañana, la nona se despierta con hojas en el pelo y el abuelo con un pájaro posado en su hombro. Los nietos corretean por pasillos que se alargan como serpientes. En la cocina, a veces aparece un jaguar que lame la miel derramada. Todos juran que lo imaginan, pero nadie se atreve a cerrar la puerta.

los ojos del gato

siguen la escala de trazos

del humo del palo santo

huele suavemente /

mientras se arroja

sobre una paloma

todos tenemos pequeños monstruos

rodeando los bordes

de una cama

grandes ausencias

que se volvieron cicatrices

y tatuajes

-en las noches de luna

cobran vida-.

Desaparecidos

las causas de los hombres no son

las que sostienen

licencia:

para matar

silenciar

cortar la respiración

instaurar el vacío

lo que no duerme es la memoria / del blanco y negro de los rostros en retratos

gigantescos / de lápidas que no se escribieron

del trocito de cabello de tu padre / que no has conocido más que en sueños

y lo acunas / niño niño en el corazón de los que nunca duermen

ellos tienen un sueño de colores prohibidos y una voz de megáfono gigante

llega tarde el eco, pero alcanza el tren y continúa el viaje

en lo que por haber callado tanto se dice se dice se narra se cuenta

se grita

se canta:

es muy claro lo que amaron

ese amor amordazado

esa / esta libertad mirada desde el alma

derramada en estas plazas

estas plazas

que caben en la palma de una mano

era necesario morirlos tantas veces?

                                                         No somos refugiados del tiempo.
                                                     Somos un pueblo secuestrado por la historia.

                                                                           Aminatou Haidar

Los que duermen sobre el viento*

Para el pueblo saharaui

Dicen que en Tinduf

las carpas respiran como animales heridos,

el sol, cansado de mirar,

se esconde en los pañuelos.

Una mujer de arena –dicen–

camina sin pisar la tierra.

Lleva el cuerpo hecho de espera

y el corazón sembrado en cinco idiomas de justicia.

Le crecen ojos en la espalda

vigilando lo que el mundo olvida.

La llaman por dentro:

clemencia.

Allí los niños

dibujan banderas en las piedras,

escriben cartas al mar,

aunque no lo hayan visto nunca.

Saben que la sed no mata;

mata el silencio.

En la noche,

el viento del Sáhara abre sus alas de polvo

y canta en los oídos de los que sueñan:

una patria no se entrega,

una madre no se rinde,

un pueblo sin sombra también florece.

Las estrellas,

cómplices antiguas del exilio,

lloran sal y relámpago

sobre las tiendas que saben resistir,

¿no oís la súplica

que lleva el desierto como cruz y como lámpara?

Donde hay poesía

todavía hay patria.

Y donde hay ojos que miran sin miedo,

algún día, en este mundo nuestro,

volverá la clemencia a vestirse de casa-hogar-regazo.

*Poema ganador del II Concurso de Poesía Saharaui en español

convocado por el medio de comunicación Digitalsaharaui.


Alejandra Díaz nació en Bella Vista, Tucumán, en 1965. Es Profesora de Letras y de Lengua Inglesa por la Universidad Nacional de Tucumán. Integra, desde 1983, colectivos literarios surgidos con el advenimiento de la democracia luego de la última dictadura argentina. En Tucumán cofundó JOETUC.

Fue seleccionada para integrar numerosas antologías en su país, Italia, España, Chile y Uruguay, y traducida al portugués, inglés e italiano.

En poesía publicó los libros La piel del mundo (Parque Chas, 2013), POLAROID (Edición de la autora, 2015), Ceremonias-memoria del agua (El Ingenio Tucumán Edita, 2017), Palabras faro —junto a Gabriel Acosta y María Graciela Castro— (Ediciones del Parque 2022), Música de cuerpos rotos (Falta Envido Ediciones, 2023) e Itinerarios de silencio (Fondo Editor Aconquija, Ente Cultural de Tucumán, 2023).

En 2024 fue distinguida como “Mujer destacada en el área de Letras”, por el Ente Cultural de Tucumán.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *