Por Santiago Garmendia | “Freud y Wittgenstein se parecen más de lo que usted cree“ me dijo una tarde el Profesor Rojo, cascabeleando el dedo índice en el pasaje de los naranjos dulces, cuando caminábamos de vuelta a su casa. Respeté la acusación que era de lo más retórica -se sonreía con picardía por el recurso. Si yo no podía tener en mi cabeza ni a uno de esos genios,
¿Ydiai?
La sección propone reflexiones sobre el lenguaje y la filosofía a partir del humor y lo inaudito.