Por Cecilia Rocabado |
“La vida es infinita para aquellos
que no olvidamos”
Eli Soto
Algunos momentos precisan ser eternizados con palabras escritas, como lumbre, abrigo; también como sanación, bálsamo contra la herida perdurable, recuerdo que alimenta y cobija.
Cuadernos para el niño arcoíris[1] de Elizabeth Soto nos regala un mundo de palabras que son entretejidas por la voz de un niño pero también por otras voces. El libro, de publicación reciente, cuenta con una estructura particular. Nos dice su autora: “voy experimentando lo q va sucediendo entre narrativa y poesía en unos cuadernos… voy ubicando por cuadernos 1, 2,3 y 4 y 5 es como poesía que no llega a ser poesía y que en conjunto se puede leer de un tirón o fragmentada y de todas maneras se entiende la historia…son como pequeñas historias que juntas hacen una totalidad y la vez cada una es una totalidad”.[2]
El libro se abre con una voz narrativa que le recuerda al niño arcoíris que un amor infinito lo rodea, y que estos escritos servirán para recordárselo en el futuro. “El libro es un poco una despedida que no es despedida entre la abuela madre y el niño arcoíris”, y así se van contando las situaciones que se dan en el transcurso de esa no despedida.
“El niño arcoíris que era como pura alegría, se comienza a despintar hasta que entiende un poco que no es una despedida sino ya dejarla descansar a la abuela y va atravesando esas situaciones”. El recorrido por las historias nos regala entonces imágenes, sensaciones, aromas, que trasmutan en recuerdos propios, vividos de aquellas y aquellos que contamos con la fortuna de haber tenido o tener una Abuela.
Eli comparte además palabras acerca de su propio proceso creativo. Su escritura nace de las cosas que la interpelan, que la indignan, que la conmueven. Sus escritos están situados de manera concreta “desde Palpalá, Jujuy, Argentina, Latinoamérica…”
Recuerda que su libro Animales Alternativos (2018) se vio atravesado por el periodo de gobierno macrista y como las crisis vivenciadas se expresan en cuestiones tan habituales como la comida del día: “dejamos de comer vaca, empezamos a comer llama; comenzamos a criar gallinas a matar gallinas; que come la gente, como sale, como intenta sobrevivir y esta vorágine se refleja en las crisis de mis personajes también”.
Cuadernos para el niño arcoíris fue escrito durante un periodo de crisis familiar muy fuerte “está dedicado a mi mamá, lo escribí en sus últimos días en el hospital, en la clínica; tuvo cáncer mi mamá y mientras fue esa lucha tanto emocional, de existencia, una crisis muy dura en mi familia; entonces lo escribí, lo fui escribiendo”.
No fue, por lo tanto pensado, imaginado como un “libro infanto juvenil”. Ocurrió que en el año 2020 no se realizó ninguna convocatoria en la categoría poesía, sino que se llamó a un concurso de literatura infanto juvenil o a la escritura de un ensayo belgraniano. Eli, que es una asidua participante de concursos, pues le posibilitan entre otras cosas, sostener la Editorial Cronopio, participó entonces con estos Cuadernos.
Y es que esos son los otros colores que también nos regala Eli Soto, los de una Editorial que aun apuesta por publicaciones originales y únicas, con libros de encuadernado artesanal. Eli, que también organiza y dicta talleres de Origami, rememora “empezamos con la revista en 2012 y después en 2013 con la editorial… estos libros tienen como muchos sobrantes y unos años después empecé a hacer Origami como para reutilizar esos papeles de los márgenes que quedaban”.
La Editorial Cronopio cuenta en la actualidad con varios proyectos, Eli nos comenta como sus seres queridos la impulsaron a continuar a pesar de la Pandemia. Cuenta que próximamente van a publicar a 4 autoras y que “esa vendría a ser la vuelta de la Editorial”.
Se entusiasma y continua hablando del nuevo proyecto “decidimos que sean todas mujeres así que es un grupo íntegramente de mujeres, tanto la correctora, la ilustradora todas somos mujeres y todas desde un lugar diferente, Ana Belén Jara que está desde España, la correctora es de Palpalá, después una escritora de Salta, dos que están en Bs. As. y la ilustradora en San Pedro de Jujuy, estamos como dispersas por todos lados; es un grupo súper trabajador, acompañado del placer de volver a publicar”.
Y es que para esta escritora, la vida es un continuar haciendo, generando, “causando tristeza, asco…incomodando”. Abonando palabras que estremecen, denuncian y cuestionan; mirando con los ojos bien abiertos para decirnos, lo que aunque difícil, es necesario decir.

[1] “Cuadernos para el niño arcoíris” Segundo Premio Literatura Infanto-Juvenil del III Certamen Literario Provincial 2020. Secretaria de Cultura de la Provincia de Jujuy.
[2] En dialogo con la escritora, editora y gestora cultural Elizabeth Soto, septiembre de 2021. De aquí en más todos los entrecomillados pertenecen a citas textuales de la mencionada conversación.

Nació en Jujuy, en octubre de 1981 y vivió 18 años en San Miguel de Tucumán, donde estudió y trabajó en distintas instituciones. Profesora y Licenciada en Letras (UNT), retornó a su provincia natal en enero de 2019. Actualmente, es docente de Nivel Superior y realiza trabajos de investigación en la FHyCS de la UNJu. Además, promueve y distribuye libros de La Papa y Edunt en Jujuy.