Por Pablo Romero |
Se presentó La bendición de un naufragio (Gerania Editora), de Priscilla Hill. En estas notas, Pablo Romero -presentador del libro- recupera una conversación, entre poética y fantasmagórica, con la autora del poemario.
1) Primera impresión: los poemas de Priscilla tienen la contundencia de Juarroz. Esta contundencia no tiene nada que ver con el hermetismo al que se asocia a la precisión cuando se habla de poemas breves. Priscilla no escribe poemas breves por incapacidad de sostener poemas largos. Son breves porque tanta fuerza sostenida sería en sí misma un naufragio.
2) El epígrafe mismo me habla desde una hondura. Pienso en algunos versos de Efraín Huerta: tormenta demolida / piedra bajo la piedra; / cuando nadie sea nada y todo quede / mutilado, cuando ya nada sea / y sólo quedes tú, impuro templo desolado, / cuando el país-serpiente sea la ruina y el polvo, la pequeña pirámide podrá cerrar los ojos / para siempre, asfixiada, / muerta en todas las muertes, / ciega en todas las vidas, / bajo todo el silencio universal / y en todos los abismos.
3)- Un buen libro siempre tiene más discurso en el discurso.
4)- El yo que habla, habla con erotismo (Bataillmente): “sobre la piel de la fruta imprimió su codicia”. ¿Esa sublimación es una forma de escritura? ¿Tenía razón María Negroni al decir que el oro es una pasión incurable y que no hay fin para las cosas de esta fiebre?
5)- Pizarnik dos puntos: peligroso momento en que el poeta deja de decir Yo para nombrar lo que circunda.
6)- La voz escribe: “un pez tiene solo dos segundos de memoria, por eso todos buscamos el mar”. ¿El mar se escribe o se encuentra? ¿Escribirlo sería lo mismo que encontrarlo?
7)- Pri, decime, ¿el mar consuela al naufragio?
8)- ¿La expresión angustia paradojal es otra forma de nombrar la ironía trágica?
9)- Priscilla Hill, dos puntos: ceguera por mirar de frente lo imposible. Hugo Mujica, dos puntos: tengo los ojos cansados de mirar tan a lo lejos. Gonzalo Rojas, dos puntos: el sol me está poniendo ciego de mirar lo perdido.
10)- ¿El naufragio naufraga o es naufragado?
11)- No podría explicar en este momento por qué el naufragio es una bendición, pero lo entiendo en el cuerpo y con el cuerpo. ¿Será esta la mayor virtud de la poesía? ¿Esa epistemología del no saber?
12)- Mi lectura está condicionada: en primera instancia del libro pensé todo el tiempo en la estética de la destrucción de Aldo Pellegrini pero también pensé en T.S Eliot, en esa circularidad perfecta en que lo roto se hace cosa muerta y cosa viva y cosa rota ad infinitum. Herencia Borgeana, gen nacional es amar lo circularmente imposible.
13)- Dice Robert Desnos en traducción de Aldo Pellegrini que el naufragio se acentúa bajo los párpados.
14)- Besaría a Heráclito en la boca para que todo deje de devenir quieta, violenta y sexualmente.
15)- Quiero hacerle muchas preguntas al texto, pero me asusta todo eso que el texto sabe y yo ignoro.
16)- Me aterra la inmensidad del agua. Pri, ¿estabas hablando del lenguaje? ¿Cómo lograste este caos ordenado? ¿Cómo es que cada cosa derribada ocupa un trono entre las cosas derribadas?
17)- ¿Qué haría yo si ninguna pregunta quisiera ser respondida?
18)- Pri, ¿hago mal en preguntarte cosas que me está diciendo el lenguaje?
19)- Los poemas enuncian en segunda persona. Siempre me gustaron los libros que enuncian en segunda porque formulan una especie de ars poética: el destinatario pareciera ser esa otra que se buscaba en mí, parafraseando a Olga Orozco. Leo en voz alta y pienso: ¿a quién le estoy hablando cuando leo a Priscilla y por qué a mí mismo?
20)- Me enloquece el verso “cuando pude verlo era ciega”
21)- ¿El proyecto secreto del artista es convertirse en alguien mejor?
22)- Priscila escribe “El pez por la boca nace”. Yo pienso en la ensayista mexicana Ingrid Solana cuando dice que el principio de los animales es la boca, que no hay patrón escondido en la repetición de la boca que se alimenta.
23)- ¿Cuál es el principio del cuerpo humano y por qué la piel?
24)- La terminología médica juega con palabras que suenan inventadas porque las palabras están afuera del cuerpo. No voy a desarrollar. No puedo.
25)- Me gusta cuando un libro dice hermosamente palabras que desconozco porque me obligan a pensar en un efecto creacionista. Priscilla, ¿el poeta es un pequeño Dios? ¿Tenía razón Valerý al decir que lo difícil de la poesía es encontrar palabras que sean música por sí mismas y música por analogía, o dicho de otra forma, música en sensación y música en sentido? ¿Por qué me hizo sonreír la palabra barbitúrico?, ¿por qué me erotiza la lengua la palabra fosforífero?
26)- Me enloquece la construcción sintáctica “tan donde ir”. Me gusta cuando los libros de poesía me generan envidia y complicidad.
27)- Huidobro: una bella locura en la zona del lenguaje / aventura forrada de desdenes tangibles / aventura de la lengua entre dos naufragios.
28)- Pri, contéstame y perdón por la insistencia, ¿hago mal en preguntarte cosas que me está diciendo el lenguaje?
29)- Sensación de mi segunda lectura: en este libro se debaten a duelo el Yo y el Mí. Qué escándalo.
30)- El verso “la pregunta emerge, queda el naufragio”. Es de una lucidez preciosa. Priscilla, decime, ¿perder la lengua es perder la patria?
(Tucumán, Argentina, 1999). Es poeta, editor, tallerista y traductor. Autor de Los días de Babel (2015), Palabras tectónicas (2022), La jaula del hambre (2024) y El cuerpo y la piedra (inédito). Resultó ganador del Concurso Festival Poesía Ya, otorgado por el Centro Cultural Kirchnner. Sus poemas manuscritos fueron exhibidos en la muestra Arder en lo que ya ardiendo ardía, del Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional Argentina. Traduce poesía eslava. Su obra ha sido parcialmente traducida al francés, italiano y portugués. Desde 2019 dirige Aguacero Ediciones.