Por Horacio Elsinger |
El propósito central que perseguimos a través de la realización del “16º Mayo de las Letras Digital” en el marco de la actual pandemia que padece nuestro país y el mundo -teniendo en cuenta las restricciones y desafíos que ésta plantea- fue el de crear, a través de la tecnología digital, un espacio virtual que le diera continuidad durante el mes de mayo, ante la imposibilidad de reunir a la personas en un lugar físico, a la tarea de visibilizar la producción literaria e intelectual de nuestra provincia y a la vez reflexionar sobre el papel que ella juega en la configuración de nuestra trama social y cultural.
Se trataba entonces de enfrentar las limitaciones que nos imponía la nueva situación sin olvidar el objetivo fundamental de propiciar y generar espacios de producción y circulación alternativos a las estructuras centralizadas del mercado editorial y la oferta cultural en general, que reproducen las históricas asimetrías entre Capital Federal y provincias del interior. A la par, no sólo es necesario promover nuevos espacios de visibilidad y circulación de la producción literaria de Tucumán y la región sino también profundizar las estrategias tendientes a reparar a escala provincial las asimetrías entre capital e interior.
En esa perspectiva hemos venido señalando que un tema fundamental vinculado a la visibilidad y la circulación de la producción literaria es el del impacto de las nuevas tecnologías sobre la lectoescritura y la cultura en general. Vivimos en la actualidad una revolución tan grande como la que supuso en su momento la invención de la imprenta por Gutenberg. La actual configuración comunicacional y tecnológica permite acceder a un texto literario, como a muchos otros bienes culturales, a través de distintos soportes y formatos digitales creando de ese modo un nuevo modo de circular y de visibilizar la obra.
En consecuencia, el protagonismo que han adquirido las nuevas tecnologías de la comunicación por las nuevas condiciones en que se desenvuelve nuestra cotideaneidad a causa de la pandemia, no nos sorprende. “No es posible, decíamos en la propuesta del Mayo de las Letras del año pasado, plantearse con eficacia una estrategia que tienda a superar los límites impuestos por el actual mercado editorial nacional a los escritores de la región sin tener en cuenta la nueva realidad digital y sus posibilidades”.
La pandemia ha profundizado, en un marco por momentos dramático, una tendencia que ya estaba presente. Desde un tiempo atrás se viene produciendo y creando, al mismo tiempo que consumiendo y recepcionando desde la casa distintos tipos de bienes, entre ellos los culturales. La pandemia ha hecho visible una transformación que ya está en curso. La era de la producción fordista, es decir de la concentración de personas en un determinado espacio (fábricas, escuelas, cines, oficinas, redacciones) está dejando de ser dominante. Es muy probable que muchos de los hábitos culturales adoptados durante la pandemia, a caballo de los cambios tecnológicos, persistan en el tiempo una vez que la pandemia haya acabado.
En consonancia con las transformaciones señaladas nos propusimos también como en los mayos anteriores abrir espacios para formas de la escritura y el consumo literarios no tenidos en cuenta por la academia o la denominada “alta cultura”. En nuestro Mayo de las Letras hubo lugar para diversas manifestaciones literarias y otras expresiones como las narrativas orales y la canción popular. Al mismo tiempo, no solo procuramos el acceso de todos los sectores a la literatura en sus distintas formas sino también promovimos la libre expresión de nuestra diversidad social y cultural sin ningún tipo de discriminación social, racial, ideológica o de género.
Estamos satisfechos con lo logrado sin que esto signifique desconocer errores y limitaciones, sobre todo si se tiene en cuenta el exiguo presupuesto que nos fue asignado, significativamente menor que en las ediciones anteriores. Hay que destacar que jugó un papel muy importante en el logro de los objetivos propuestos el acuerdo que establecimos con importantes medios de comunicación de nuestra provincia. Esto nos permitió llegar a nuevas audiencias sobre todo del interior de la provincia. Por último, parafraseando al teórico de la comunicación Marshal McLuhan, esta vez el medio fue el mensaje, en el sentido que la utilización del medio digital es ya, en sí mismo, un mensaje: adaptarnos a los cambios para sobrevivir.
Horacio Elsinger es Licenciado en Filosofía. Actualmente tiene a su cargo la Dirección de Letras del Ente Cultural de Tucumán. También es docente en la Universidad Nacional de Tucumán, dicta las asignaturas estética y filosofía en la Escuela de Bellas Artes y en el Departamento de Artes Plásticas de Aguilares. Fue periodista de los diarios La Gaceta, El Periódico y La Ciudad. Ha publicado el libro de cuentos La última ballena (EDUNT 2012) y las novelas La virgen de los ojos cerrados (De Los Cuatro Vientos 2014) y La novela perdida (EDUNT 2016). Tiene, además, un ensayo inédito “Extranjería y extrañeza en L’Etranger de Camus”.