Por Gabriela Olivé |
“La poesía no tiene edad” declaraba la vida y obra de la poeta rusa-ucraniana Nika Turbiná a sus 11 años de edad. La frase linda pero lejana comenzó a resonarme con dimensiones de realidad cuando la poesía me cruzó a Violeta Romano Albarracin en Tucumán y un punto de apertura inolvidable se dibujó para nosotras.
Ese encuentro tuvo lugar en un evento cultural donde su mamá compró mi poemario para regalárselo porque a ella le gustaba mucho leer. Violeta tenía 8 años. Tiempo después me las encontré por destino en una vereda y me comentó que le había encantado el libro, que lo llevaba a la escuela para compartirlo, que había escrito un poema y que le gustaría ser poeta cuando sea grande; yo le respondí sin pensar que me encantaría acompañarla en su experiencia con la poesía. Luego del breve y contundente encuentro me costó conectarme con la cotidianeidad el resto del día, fue muy movilizante para mí aceptar que sin querer había creado una puerta para Violeta con ese poemario y que me había expuesto a un desafío invitándola a un taller de escritura poética para jóvenes que yo desarrollaba en Casa Dumit, sin tener mucha experiencia en entrenamiento para niñas y niños. Por qué yo no tenía para ofrecerle un taller de escritura infantil? Por qué nunca se me había ocurrido acompañar experiencias de contacto con la escritura poética en la infancia? Qué obra famosa de la literatura infantil he leído o escuchado que no haya sido escrita por una adulta o adulto? No escriben poemas niños y niñas fuera de la actividad escolar? Cómo se le explica a una niña que no hay carrera para ser poeta y que puede ser poeta sin serlo? Cómo se le explica a una niña la importancia de construir y sostener un vínculo con la poesía en un mundo machista y capitalista? son algunas de las muchas preguntas que me hice a mi misma en ese momento y que luego socialicé con mi entorno para tomar una decisión.
Después de analizarlo mucho y con la aprobación de su mamá decidí sostener la invitación que le hice, con la promesa de que iba a trabajar en desarrollar un taller más específico y adecuado para ella. Finalmente un día le abrí sonriente la puerta del taller sin darme cuenta, que al mismo tiempo, ella me abría otra: la puerta de la poesía en la constelación infantil. La experiencia única de acompañamiento y aprendizaje con ella me sirvió de motivación para inaugurar y sostener un nuevo taller, que fue refugio creativo para otres niñes y para mí estos últimos años.
Violeta entrena en mi taller desde 2017 y actualmente tiene 12 años. Es una poeta perspicaz, inventiva y talentosa. Es vital el vínculo con la naturaleza y lo fantástico en su poesía y visible la lectura filosa con la que interpela el adultocentrismo y el machismo. La reconozco heredera de un mundo distinto por el que muchas hemos luchado, una referente de la poesía local infantil en la generación de niñas feministas avant la lettre, también una niña risueña que ama a sus mascotas de sobremanera y le gusta estudiar, cantar y bailar.
Recientemente, cuando ella me
describía los nuevos libros y series de su interés en una comunicación por
videollamada, le consulté por qué le sigue gustando lo fantástico y me
respondió “porque me gusta creer que puede existir un mundo distinto”
A continuación les comparto 3 poemas extraídos de su minipoemario publicado por Inflorescencia Editorial, con una acuarela de la autora en el diseño de tapa que Patricio Dezalot desarrolló para su obra:
las gotas de lluvia
caen en mi techo
siento sus toques
en mi interior
salgo a la calle
las gotas caen
en mi cuerpo
la gente sale corriendo
apurada
tratando de llegar
a sus casas
yo calmada
paso por las calles
buscando a mi amiga
caminando y cantando
mis canciones
me siguen
tocando las gotas de lluvia
espero
***
mi abuelo tiene una tortuga
no recuerdo su nombre
y no la veo muy seguido
me gustaría saber su nombre
me gustaría verla más seguido
es de color verde
como la mayoría de las tortugas
como las hojas de los árboles
en primavera y en verano
parece que es muda
me gustaría que hable
para que me diga
cuántos años tiene
así yo no tengo que contar
sus anillos uno tras otro
para saberlo
me gustaría que hable
para que me diga si le gusta vivir
en esa casa
la casa de mi mamá es mejor
el patio está limpio
no tiene ladrillos
hay una terraza donde ella puede
pasear
hay muchas frutas y verduras
para que ella pueda comer
no me gustaría que ella sea como Manuelita
y se marche sola sin nadie que la cuide
no me gustaría que ella viaje a París
me gustaría que viaje a una ciudad de tortugas
para que tenga mejores amigas
***
mi corazón no es de oro
tampoco de plata
mi corazón no es de diamante
tampoco es de Rubí
mi corazón es
negro
negro noche sin fin
su oscuro color
su oscuro latir
mi corazón es malvado
malvado maleficio
malvado color
mi negro corazón
mi corazón oscuro
mi oscuro corazón
Interesadas e interesados en adquirir su poemario pueden comunicarse al teléfono 3814962964, a @inflorescenciaeditorial en instagram y facebook o a nuestro correo inflorescenciaeditorial@gmail.com
Otra nota al respecto:
https://www.lagaceta.com.ar/nota/826869/actualidad/poesia-se-vive-se-escribe-desde-chico s.html
Imagen 1: Violeta Romano Albarracin, fotografía de Carla Barrera.
Imagen 2: Tapa de minipoemario, Inflorescencia Editorial, 2019.
Es poeta, editora, tallerista y gestora cultural. Con ediciones de fabricación propia compartió su poesía en espacios públicos y culturales de algunos países en Latinoamérica y Europa. Es autora de «No se puede armar un muñeco de nieve con cenizas del ingenio» y ha colaborado en diversas publicaciones. Junto a otrxs artistas ha impulsado en Tucumán la performance y campaña fotográfica «Trescientas», el «Festival TANOA» ganador de una Beca a la Creación del FNA, la varieté «Purpurina» y otras acciones artísticas de importante alcance. Acompaña el crecimiento de las nuevas voces desobedientes de la literatura local en su taller desde 2017 y coordina Inflorescencia Editorial.
Hermosos poemas
«*Quien dijo que todo esta perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón, tanta sangre que se llevó el río, YO VENGO A OFRECER MI CORAZÓN» *. Es así como veo esa hermosa niña que nos dice, que no todo está perdido, que nos motiva a seguir creciendo en la seguridad que las semillas sembradas están floreciendo desde el amor. Felicitaciones.