Por IIdiko Nassr |
Antología de microrrelatos y relatos de autores tucumanos
Comp. Mónica Cazón
San Miguel de Tucumán
La Papa, 2021
134 páginas
Desde la tapa, con el collage de Verónica Juliano, el libro es una invitación al juego y la experimentación. Un collage es un palimpsesto, un diálogo entre lo conocido y lo nuevo; una mirada nueva hacia aquello que tiene ya un carácter de clásico.
Veintiséis escritores nacidos o criados o adoptados por la tierra de David Lagmanovich siguen el camino que el maestro empezó a construir hace más de tres décadas. Veintiséis voces diversas y únicas. Setenta y ocho microrrelatos para deleitar al lector, que se arrima tímidamente al principio y, al descubrir el sabor de este género escurridizo, se zambulle en las historias, en el lenguaje, y no puede detenerse.
Escribir como dando latigazos, hacia lo más profundo del idioma. Decir con palabras de este mundo un mundo otro. No banalizar ni trivializar. No subestimar al lector, más allá de su contexto o su edad. Es algo de lo que hacen estos escritores que, como lectores, nos llevan de la mano en la gran aventura de leer.
La literatura es, básicamente, juego. Los autores compilados en este volumen lo saben. El primer juego planteado es el de presentarse como el niño que fueron. Me pregunto qué se habrán dicho en ese encuentro en el tiempo. Las biografías (y las fotografías) que anteceden a los microrrelatos de cada autor son una antología en sí. Esos relatos de vida en pocas palabras que nos permiten conocer, a través de los ojos de la infancia, a los escritores tucumanos que tan serios parecen.
Los autores confabulan para crear escenarios propicios en el aula (o en la casa) para la lectura y la escritura. Recuerdo un texto de Lydia Davis que afirma que leer es escribir y escribir es leer. MICROTECA nos invita a leer y a escribir.
Desde el prólogo de Mónica Cazón, ingresamos al fascinante mundo de la microficción y el microrrelato. La compiladora nos remite a la historia y nomenclatura del género y cita a grandes autores e investigadores, dando cuenta del manejo que tiene del tema (ya como escritora, ya como estudiosa).
Luego de la lectura, se sugieren actividades a partir de algunos interrogantes como el siguiente:
– ¿Cuáles contenidos deberíamos ofrecerles para despertar el interés en esta nueva realidad?
Y llega la invitación a la escritura con la propuesta de distintas tareas que nos impulsan a jugar, soñar, imaginar, como en este ejemplo:
Construimos barcos de papel y le enviamos un mensaje escrito a nuestra Seño.
Este es, sin lugar a dudas, un libro que celebramos quienes propiciamos el amor por la lectura y la escritura (dentro y fuera del aula).
finales de un agosto soleado en San Salvador de Jujuy
(Río Blanco, Jujuy, Argentina, 1976) ha publicado libros de poemas (Reunidos al azar, 1999; La niña y el mendigo, 2002; y en coautoría Ser poeta, 2007), de cuentos (Vida de perro, 1998) y de microrrelatos (Placeres cotidianos, 2007 y 2011), (Animales feroces, 2011), (Ni en tus peores pesadillas, 2016), (Placeres cotidianos, colección breves y extraordinarios, 2017), (Los hermanos mayores, 2017), (Hilos dorados, en coautoría, 2017), (Urgencias, disimulos y rutinas, 2019), (Mamá siempre me salva, 2019). Sus microrrelatos han sido incluidos en las mejores antologías y recopilaciones de microficción hispanoamericanas.
Excelente comentario. Gracias, Ildiko. Gracias, Mónica.