Por Catalina Boccardo |
Se nace, se muere y se regresa a la naturaleza desde siempre. Los humanos somos parte de esta existencia orgánica y de otra, para poetizar sobre la anterior. Un yo observa, luego, habla.
Hay una lengua degollada
entre el filo de mis dientes
y cada palabra devorada.
Son claras las varias reminiscencias líricas de este libro. Pero no leemos poemas de calco (por mayor admiración que Candelaria profese a poetas antecesores y contemporáneos). Su reflexión sobre la propia composición le da valor de irrepetible.
Ella tanto le canta a un terruño tucumano como necesita de otras músicas, de otros territorios.
En el infinito caudal de mi sangre,
laten aún
la tierra aplastada de ciudad despierta,
el río secuestrado y malherido,
el vino que no se acaba en las noches con amigos,
y ese olor del naranjo que te camina la piel
que no te abandona nunca.
Quiero el rumor del cauce simple,
Y tan lectura del cuerpo-cuerpo de mujeres:
Tomo pastillitas desde mis cuarenta…
pero han aparecido
trombosis en flor
para el cementerio de ausencias
que son heridas en la sangre.
Y tan lectura apasionada del cuerpo voluble, silencioso. Como un ánima el cuerpo borrascoso. Fantasma presente cada vez que alguien besa a otro. O durante la pesadilla en la yugular del tiempo.
La heterogeneidad de temas sociales que la autora aúna bajo un título referido a la sensibilidad de la carne. Ella se enoja con las máscaras encubridoras del sufrimiento y la injusticia en el planeta.
Errar de un lado a otro, y así construir un jardín propio dice Diana Bellessi. Que pide ser muerto para ser jardín. Del mismo modo,Candelaria Rojas Paz encuentra madres para dejar atrás, matarlas simbólicamente para una sucesión vital.
Venimos de un manto
que tiene la marca de un útero.
¿Quién no lleva en la piel
el perfume de un cordón umbilical,
la fortaleza del parto en cada latido,
un océano místico
adherido a la memoria del instinto?
Una mujer
nos antecede la carne
y los siglos.
En cada flor existe otra que ya vivió en los pedazos de tierra de la poesía.
Mayo del 2022

Nació y reside en CABA. Poeta, abogada de formación interdisciplinaria, ex docente. Maestría en Escritura Creativa, UNTREF.
Publicó los siguientes libros de poesía: El Jardín Santo, Territorios, Collage, Punto Ciego, Formosa, El Viaje y el ombligo, El pico de los pájaros, Bailar. También se encuentran poemas de su autoría en diversas revistas y blogs literarios.
Fue invitada a encuentros, ciclos y festivales de poesía en Argentina, Uruguay y México.
Carne de flores, un poemario que por momentos llega a los huesos.
Me quedé con ganas de más….
Buena reseña.
Muy lindoooo poemario de Cande R. Paz