Por Patricio García |
Losotra – Losotra (2015)
Voy a prácticamente cortar y pegar lo que escribí sobre este disco extraordinario hace unos años en redes sociales, creo que difícilmente pueda superar la síntesis y emoción que pude escribir aquella vez. Aquí va:
El 10 de enero de 2016 nos dejó David Bowie. El maestro tuvo la gracia de dejar tras de sí, con un timing sorprendente, un disco fundamental, uno de sus esfuerzos más vanguardistas, y claro contendiente a disco del año.
Pero yo había escuchado el disco del año unos días antes, un disco hecho aquí, prácticamente a la vuelta de mi casa. El trastorno obsesivo compulsivo que me hace escuchar todo lo que tengo enfrente, me llevó a darle con el mouse a un link que había encontrado en facebook, al disco del dúo Losotra de la Juliana Isas y la Vero Paz, y banda.
Me encontré con una música extraña. Que escapa a cualquier intento de clasificación. Hecha con ganas, con pienso, con gusto. Indiferente a pertenecer a corriente o tendencia alguna. Losotra usa a la música (toda la música, toda la historia, todos los géneros) como un patio de juegos.
No hay una “fusión” (palabra que me resulta bastante antipática) de nada, hay más bien un universo. Paralelo.
El disco además contiene la majestuosa y escalofriante “Elegancia”, probablemente la mejor canción hecha en Tucumán. Así, a secas.
Redd – Tristes Noticias del Imperio (1979)
Esa forma de música enérgica y contagiosa llamada rock apareció, producto de la mezcla de la música negra y blanca en el corazón de Estados Unidos. Se gestó en los años 40 del siglo XX y estalló en los 50.
En la década siguiente los ingleses la llevaron a una evolución vertiginosa, y a fines de los años 60 la habían convertido en una forma de arte respetable, que incluía elementos de la música clásica y contemporánea.
Esa evolución no se detuvo ahí y en los 70 se llamó «rock progresivo» al afán por llevar aún más lejos la «artificacion» del rock and roll. La música se volvió compleja, a veces pesada, a veces pastoral. A veces todo esto se combinaba en canciones de veinte minutos con varios movimientos. No importaba perder la inmediatez popular, ni importaba perder los mismísimos rasgos de identidad del «rock».
El rock progresivo inglés fue pionero, el italiano excelente, el alemán fue radical y se lo llamó «krautrock». Mucho menos difundido, en Argentina se produjo un rock progresivo formidable, de los mejores del mundo. Es en esa tradición que se inscribe la banda tucumana Redd.
Redd fue una banda progresiva más bien tardía, surgida a fines de los 70, cuando en el ámbito internacional ya explotaba el punk y en el nacional reinaba el jazz-rock (y el genocidio). Era un trío virtuoso y poderoso.
Estaba formada por Juan Escalante en batería, voz y teclados; Luis Albornoz en guitarra y voz, y Esteban Cerioni en bajo y voz. Y en 1978 grabaron en Buenos Aires su primer disco Tristes Noticias del Imperio. Probablemente el primer álbum del rock tucumano.
Tristes Noticias… impacta primero porque no parece Redd. Si uno escucha grabaciones en vivo o grabaciones de ensayos de la banda, puede observar que Redd era una banda de rock vibrante, por momentos pesada. Nada de eso hay en el disco.
Es un disco prolijo y mesurado, sin lugar para estallidos, en eso me recuerda a la precisión casi enfermiza de Gentle Giant. El disco suena lúgubre, abatido, como su nombre lo indica: triste. Como una expresión vívida de los tiempos que se vivían en la Argentina. Las letras de Ricardo Gandolfo, el cuarto Redd, el Redd invisible, sin hacer nunca mención a la dictadura (Salvo tal vez en “Reyes en Guerra”: «¿Cuándo acabará la muerte?”), la expresa claramente.
Las letras de Gandolfo describen un paisaje desolador en la apertura del disco, mezclan la nostalgia con la sátira en “Matinée”, son crípticas y parecen el producto de una alucinación o de la escritura automática en “Tristes Noticias…” Las letras no son muchas en este disco. Hay muchos momentos instrumentales y tras “Reyes en Guerra” no se vuelve a escuchar la voz humana hasta el lado B.
Cómo suele suceder en el progresivo, todo el disco parece ser un gran preámbulo del track que lo cierra, del mismo nombre: “Tristes Noticias del Imperio”. Que en casi diez minutos y en varios movimientos, cierra la idea del álbum.
Redd grabó un segundo disco en 1980, muy interesante, que no pudo ser editado hasta una década después. La comunidad prog internacional, un conjunto de melómanos particulares y jodidos, que buscan hasta la última rareza del último rincón para escuchar, ama los discos de Redd.
Estación Experimental – Los Fantasmas de la Canción (2017)
Estación y Los Chicles arrancamos prácticamente al mismo tiempo, a mediados de los 90. Para 2002 Los Chicles habíamos grabado cuatro discos y nos habíamos separado. Estación sacó su primer ep recién en 2010, nunca entendí por qué. En el medio hubo un montón de repertorio fantástico que nunca grabaron.
Pero en todo ese tiempo fueron refinando su sonido y lo llevaron de un montón de ruido a una forma de canción pop muy personal. Sus influencias son variadas, pero para mí la más evidente es la de Virus, en sus canciones prácticamente se puede oler a Moura.
Fundamentales para la personalidad de su sonido son la batería de Marcelo Piñero y guitarra de Mateo Carabajal. Pero debemos dedicar un capítulo aparte a las letras del cantante Jorge Piñero. Admirador de Henry Miller y Bukowsky, en sus letras Piñero suele estar enamorándose con el ominoso telón de fondo de San Miguel de Tucumán. Dicha ciudad ha encontrado en él un observador lúcido y poético.
El estilo de Estación ya está totalmente desarrollado en Eeep (2010) un EP de cinco canciones que los muestra en su escencia absoluta. La canción «El K» es la escencia de Estación: un ritmo ritmo motorik, guitarras minimalistas y distorsionadas, melodía y una historia de amor desgarradora. En «Quilombo» Piñero describe el paisaje humano en la madrugada de un domingo en los burdeles del bajo. Antes ya en el 2003 habían grabado un disco llamado «EE» que incluía joyas de sus primeros tiempos como «Sin dinero» («El comercio muestra / su desnudez espantosa»). Por alguna razón este disco no forma parte de su catálogo oficial.
Su primer disco La B Nacional (2013), hace lo mismo que el EP. «El G» y «No Debo», que abren el disco, son Estación en escencia.
Para su tercer disco, de 2017, Los Fantasmas de la Canción, pegan un volantazo y se alejan de la escencia de Estación para acercarse más a lo pop, a lo accesible. Siempre voy a aplaudir los volantazos, pero debo confesar que fue un shock el cambio para mí y me llevó un tiempo aceptarlo.
Hay algo del acercamiento paródico a formas pop que me molesta hasta del Álbum Blanco de los Beatles. Sin embargo imagino que se han divertido grabando «sha la la» en «Cuatro Amarillas».
Esté disco gana con la inclusión de una canción inusual para Estación como «Algunas Noches», sofisticada y emotiva, esperamos que haya más material en esta vena en el futuro. Hace poco escuché un nuevo estreno de la banda ¡Una bossa! Indicador de que ya hay material nuevo en producción.

Nacido como Patricio Agustín García Martínez (28 de octubre de 1977), es un compositor, músico, director de cine argentino y ex vocalista del grupo Los Chicles. Integró el grupo de improvisación avant-garde Las Águilas Panamericanas de Oro y editó tres discos como solista. Escribió, dirigió y compuso música para cine y TV.
Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Patricio_Garc%C3%ADa_(m%C3%BAsico)