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ISSN 2684-0626

 

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Bemoles de lecturas, amores, sueños, escritores o escribidores: apuntes sobre Cuadernos de Penélope, de Liliana Massara (La aguja de Buffon Ediciones)

Por Pablo Campos |

Hay escrituras en las que la forma prosa acusa el soplo de la poesía. Ignoro si ese aliento, en el caso de los cuentos de “Cuadernos de Penélope”, fluye deliberado, o es un hermoso emergente del afán narrativo. Sea como fuere, apropio y agradezco ese feliz desconcierto. 

No bien comenzar el libro, una y otra vez volví a “El reloj no llama”, tentado por el fulgor de una temporalidad trastocada y natural a la noche interior de la protagonista. “Perplejidad” es un relato conmovedor: la flecha de la conciencia no logra hacer centro en el único blanco posible: el presente. La memoria es presentada como una -frágil- condición de posibilidad de la identidad y de la búsqueda de esa construcción personal (plástica, arbitraria) que llamamos sentido. “Efectos secundarios”: la distopía de esta ficción no es tan lejana: es, casi, no ficticia. Me hizo pensar en países que detentan los más altos indicadores de calidad de vida, donde conviven dos índices, dos porcentajes: el de la alta calidad de vida y el de suicidios por número de habitantes (sobran los ejemplos, sobre todo en el hemisferio norte). “Sepultados”: con prolijidad y sin dramatismo, describe una forma de vida hoy multiplicada por millones. ¿Quién, en algún momento, no ha sido el o la protagonista de este cuento? En “Metamorfosis” las imágenes dan lugar a acciones que preparan un final breve, intenso, impresionante. “Desalojo” proyecta cuatro fotogramas precisos: un encuentro y el deseo anclado en el pasado; esa especie de nudo desatado (o ceñido para siempre: el desencuentro); la guía, a cada paso, de una brújula rota por la tristeza; el descubrimiento del lado de afuera del amor. “Irreal”: ¿cuándo, en qué punto del relato, comienza la irrealidad a la que alude el título? El grado de apertura hermenéutica que alcanza el texto es un filtro, una lente gris apta para ejercer una amarga contemplación. “Pizcas de tiempo coladas”: reaparece el factor memoria -su ausencia, en realidad- como punto cero de la odisea de inventarse a sí mismo. Cuentos como “Ficción”, “Grafías virtuales” e “Ideas para una nouvelle”, comparten la intersección entre la vida y la escritura, un terreno problemático, borroso, borroneado, pleno de hostilidades mutuas. “Plagio”: lectura, escritura, crimen, y un homenaje a uno de los nombres mayores de la literatura argentina: Marco Denevi, autor del clásico “Rosaura a las diez”. “Señor Kafka”: el icónico relato invadiendo -¿tal vez?- el endeble músculo cardíaco de una lectora.

Liliana Massara ha reunido una multitud de relatos breves, muchos de los cuales ofrecen una lectura amable, sin sobresaltos. Otros muchos de estos textos demandan, en cambio, una recepción en estado de alerta. He abordado más arriba algunos de los cuentos que incluyo en ese amplio segundo grupo. Después de esta reseña -confieso- voy a releerlos por puro regocijo, y también para confirmar o refutar estos apuntes. 


Libro comentado: Cuadernos de Penélope, de Liliana Massara (La aguja de Buffon Ediciones, 2021).

6 respuestas a “Bemoles de lecturas, amores, sueños, escritores o escribidores: apuntes sobre Cuadernos de Penélope, de Liliana Massara (La aguja de Buffon Ediciones)”

  1. Liliana Massara dice:

    Gracias Pablo por tu lectura.
    Impone fuerzas para seguir trabajando en nuevas tramas.
    Gracias nuevamente

    • Pablo Campos dice:

      Muchísimas gracias Liliana! Fue un verdadero gusto. Cuadernos de Penélope es un libro que estimula las ganas no sólo de leer, sino también de escribir, y eso es invaluable. Un abrazo.

  2. Rogelio Ramos Signes dice:

    Interesante comentario, Pablo. Hiciste una prolija e inteligente lectura. Así da gusto, Liliana.

  3. Cecilia Gutiérrez dice:

    Interesante análisis de la obra de Liliana. Desde la primera observación: Cuadernos… Es una prosa salpicada de poesía, coincido totalmente.

  4. Gabriela dice:

    Qué buena reseña de este «estudiante moroso»!La morosidad en el detalle sabiamente administrada,despierta el deseo de leer el libro de Liliana.

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