Por Cecilia Vega |
Se termina mi primer año como colaboradora de esta bella revista y también estamos llegando al final de un 2020 que nos sorprendió (para mal) e implicó un desafío para todxs, especialmente para el campo cultural. La pandemia trajo consigo paranoia, teorías apocalípticas, crisis económica, mucha incertidumbre y también muchas preguntas sobre el lugar del arte en este contexto: ¿cómo puede el arte ayudarnos a comprender mejor y capaz hasta modificar la realidad que vivimos?
Debido al distanciamiento social y, siendo consecuencia de esto, el cierre temporal de los pocos espacios culturales que existían en nuestra provincia pre pandemia, artistas, galeristas y museos se volcaron a la virtualidad realizando muestras online entre las que podemos mencionar a Sumatoria de nada de Nadia Salvatierra, Elementos dormidos de Solana Cajal (las dos organizadas por proyectil[i]), Postvinculos, un festival digital de performance a cargo de Inti Pujol que tuvo lugar en el Instagram de Le pasaje[ii], todas propuestas que desde distintos ángulos buscaban problematizar temas como el aislamiento, lxs cuerpxs en cuarentena y la situación socioeconómica. También tuvieron lugar ferias online como Otra feria[iii] en la que participaron galerías y artistas tucumanxs.
Si bien vivimos en un mundo en el que la importancia de la virtualidad fue aumentando y las redes sociales son prácticamente imprescindibles en nuestras vidas, esta nueva modalidad implicó un cambio en nuestra manera de percibir y relacionarnos con el arte, que ahora llega a nosotrxs a través de una pantalla y ligado a variables como la conexión a internet.
Pero este no es el único aspecto del mundo del arte que cambió, otra cuestión interesante que resultó de este contexto adverso fue el surgimiento de lxs Trabajadorxs de las Artes Visuales de Tucumán (TAViT). Podría decirse que “La fuerza de trabajo del arte contemporáneo consiste ampliamente en gente que, aun trabajando de modo constante, no se corresponde con ninguna imagen tradicional del trabajo. Ellos se resisten obstinadamente a establecerse en cualquier entidad lo suficientemente reconocible como para ser identificada como una clase” (Steyerl, p 100, 2020). Pero la pandemia que vino a empeorar la ya muy precaria situación de lxs trabajadorxs de las artes también impulsó la creación de este grupo a pesar de (o debido a) la imposibilidad de reunirnos físicamente. La educación también se volcó a la virtualidad con una amplia oferta de charlas, cursos, talleres y seminarios. En nuestra provincia se realizaron varias ediciones online del Programa de Formación en Arte Contemporáneo[iv], la primera con participantes de la provincia de salta y otras dos dirigidas a cualquiera que desee participar desde cualquier lugar. Este programa de arte que pretende poner el acento en aquellas prácticas artísticas que buscan crear relaciones sociales y situaciones políticas, también representa una manera de disputar el dominio del conocimiento a los centros como Buenos Aires.
Cuando comenzó la cuarentena en marzo, estaba bastante preocupada por cómo el aislamiento y el distanciamiento social podrían perjudicar nuestros vínculos, más adelante me di cuenta, gracias a un artículo que leí, que mi concepción de los vínculos estaba siendo bastante esencialista al pensar que sólo podrían existir en el mundo material. También mi participación en el Programa de Formación en Arte Contemporáneo junto con el surgimiento de TAViT me demostraron que es posible y muy necesario hacer uso de la virtualidad a nuestro favor para seguir pensando la realidad y reflexionando en torno al arte.
Quiero terminar este año tan particular con
una propuesta de Alejandro De La Fuente en el artículo que mencione más arriba
y que me permitió reflexionar sobre la escena artística tucumana durante estos
meses: “Hagamos un uso de la cultura que nos permita generar comunidades
virtuales, para desde ahí impulsar cambios, otros vínculos y relaciones en
momentos en los cuales tenemos que repensar nuestras ideas, que tienen a
expresarse como binomios: yo/comunidad, presencia del cuerpo/comportamiento
virtual, contacto/aislamiento”.[v]
[i] https://www.instagram.com/proyectil.lugar/
[ii] https://www.instagram.com/lepasajetucuman/
[iv] https://programadeartecont.wixsite.com/programa
[v] https://artishockrevista.com/2020/05/13/pandemia-bio-technopolitica-performance/
Nació en San Miguel de Tucumán el 24 de junio de 1994. Es Licenciada en Artes Plásticas por la Facultad de Artes de la UNT y forma parte del grupo de investigación en artes independiente Linde Contemporánea. También realizó talleres de poesía y participó de las últimas ediciones del FILT (Festival Internacional de Literatura de Tucumán).
Amé el artículo!
Gracias Luis Maria ❤️