Sobre Narrativa breve reunida 1998-2020, de Silvia Camuña (Gerania Editora)
Por Felipe Quiroga |
Hay en este libro cinco historias, narradas con voces poderosas, con las que Silvia Camuña va en contra de los mandatos, los prejuicios y las formas en las que la sociedad oprime la fuerza natural de mujeres deseantes que sufren, pero que también aprenden y crecen. Son personajes que caen y se levantan a causa de amores errados y pasiones que, por una razón u otra, parecen imposibles de concretar para ellas. Narrativa breve reunida 1998 – 2020 (editado por Gerania Editora en 2021 y reeditado este año con una nueva portada) recopila una serie de piezas narrativas en las que la escritora tucumana insiste en una búsqueda que, tal como ella explica en una nota incluida en la edición, apunta hacia “la reivindicación del deseo” y “el desafío a los valores tradicionalmente establecidos que sitúan a la mujer presa de una moral burguesa”.
La antología abre con Blanca del Barrio el Bosque (2020), una nouvelle que ya desde su título (y su estructura en siete capítulos) sugiere una conexión con Blancanieves, aunque no se trata precisamente de una reescritura del popular cuento infantil. Aparecen referencias, como el espejo/espejismo que encarna Pedro, el hombre por el que sufre Blanca, y además hay menciones a otros cuentos infantiles, como Hansel y Gretel y La bella durmiente (aunque en este caso es un bello durmiente), y a canciones de cuna o juegos de la niñez. Son elementos que construyen un universo infantil/femenino en el que el personaje principal se mueve pero con el que también entra en conflicto al intuir el origen de ciertas restricciones y exigencias naturalizadas en torno al deber ser de una mujer. A lo largo del relato, este contexto se irá resignificando y reestructurando como parte de la evolución de la protagonista y su visión del mundo. Blanca, educada en un colegio de monjas de Concepción, es una joven infeliz con su marido que, después de ser señalada por su infidelidad, queda internada en un hospital psiquiátrico. Luego se convierte en madre y es su hija, Memoria, quien pasa a ser una figura central de la última parte de la historia.
Clademira y el vuelo (2013) es la segunda novela breve del libro. “Yo escribo para no morir”, expresa la narradora, una ama de casa infeliz en su matrimonio que sufre por un amor irrealizable: desea a un hombre homosexual que ha desaparecido llevado por un vendaval. Es este sufrimiento lo que la lleva a escribir una serie de microrrelatos que aparecen intercalados en la trama y que convierten a Clademira y el vuelo en la más “literaria” de las piezas de esta antología, con menciones también al acto de escribir y referencias a otros textos, como Las mil y una noches o la obra de Eduardo Galeano.
En Relato en son para Mala (2013), Camuña trabaja con los límites del lenguaje hasta revelarlo como un material elástico. La autora explora con audacia las posibilidades de la escritura y derriba las barreras entre los géneros. Se trata de un texto breve, en el que una maestra de escuela entra en conflicto con su rutina en busca de un amor e impulsada por su deseo sexual, lo que la lleva a entablar un diálogo con el lenguaje mismo. Es una narración en prosa desbordante de lirismo, ideal para leer en voz alta, que se apoya en el uso de un vocabulario no convencional (y en el uso no convencional del vocabulario) como principal recurso de expresión, pero también como una manera de desahogo.
Miskimina (1998), novela corta sobre un femicidio, está narrada en tres capítulos por tres voces diferentes: la víctima, su asesino y el hombre al que ella amaba. Es el texto más experimental en cuanto a la forma, con oraciones que se vuelven sinuosas sobre la página y con líneas y palabras que aparentan estar dibujadas a mano.
Narrativa breve reunida 1998 – 2020 cierra con En cuanto a mi inocencia (1998), un relato sobre una mujer llamada Periquita que se enamora de un hombre que no es su esposo y toma una decisión drástica. Se reiteran aquí varios temas ya explorados por la autora, como la infidelidad, la pulsión erótica, la mirada de los otros y las ansias de libertad (simbolizada en el acto de volar).
Luego de atravesar un doloroso proceso de introspección, las mujeres creadas por Camuña abren los ojos a una nueva realidad y descubren que ir en contra de la corriente es posible. Avanzan, muchas veces a los tumbos, impulsadas por su deseo y sus emociones, anhelando abrazar su autonomía. Intentan darle forma a las fuerzas indomables que las guían y se animan a cuestionar las normas que rigen el amor y la identidad. De ese modo, luchan para liberarse de imposiciones sociales y buscan superar limitaciones que inicialmente perciben como propias, pero que en realidad han sido impuestas de manera insidiosa por un sistema machista que las arrincona. Camuña elige la mejor forma posible para contar estas historias: con la poesía como principal aliada, desafía al lenguaje para desarmarlo y rearmarlo, para purgarlo, para ponerlo de su lado y del lado de sus personajes, para convertirlo en otra cosa.
Nació en 1985 en San Miguel de Tucumán. Es licenciado en Comunicación Social y máster en Periodismo. Con sus relatos participó en las antologías Umbrales y crepúsculos (2015), 5×5 (2016), Les inquilines (2021) y La casa de los enanos (2021), entre otras. Es autor del libro de cuentos El ruido que hacen los loros (2022) y de la novela Chikito (2023).