Suscribirme

ISSN 2684-0626

 

Aquí podés hacer tu donación a La Papa:

Libros Tucumán es una librería especializada en literatura de Tucumán ubicada en Lola Mora 73, Yerba Buena – Tucumán.

 

 

 

 

 

“El lenguaje es experiencia de mundo y texto”

Entrevista a Amira Juri

Por Pablo Toblli |

Los detalles del dolor es el reciente libro de poemas publicado por la poeta Amira Juri. En esta conversación nos adentramos en en los hilos de su obra.

—En los últimos años de la poesía argentina hubo una preponderancia del Yo, de la autoficción. Sin embargo, en tu reciente libro Los detalles del dolor como núcleo temático central relees la mitología de Ulises y Penélope. ¿Qué aspectos decidiste relaborar de la historia?

Cassirer en su libro Mito y Lenguaje muestra cómo el pensar mítico forja la dimensión simbólica de una cultura, por ejemplo, el antagonismo cualitativo entre la luz y la sombra, y la consecuente admiración por el “luminoso cielo diurno” llevará a venerar al Zeus griego, al Júpiter latino, al Ziu germánico y a Inti, el dios sol de los incas, etc. El mito despliega un fuerte poder de nombrar.

Me propuse ingresar en la mitología de Ulises y Penélope para escribir mi poemario, por tres motivos principales, primero porque en mi infancia mi madre, muchas noches, me narró fragmentos o partes de este mito para que pudiera dormirme. Segundo, porque en este dúo arquetípico, por muchos conocido, convergen temas universales que nos atraviesan, como son, el amor, el desamor, el exilio, la vida como un viaje, entre otros. Tercero, el tejido de Penélope es una imagen intensa que me permitió trabajar la analogía entre Texto y Tejido, y así experimentar que las palabras y la memoria de todo lo que vivimos, deseamos e imaginamos -al igual que hilos de un telar- nos tejen y nos destejen.

Decimos muchas veces del lenguaje que permite dar un orden a las cosas: las vuelve consistentes y diáfanas. Por el contrario, en tu librohay una experiencia de circularidad, de inconsistencia y fugacidad cuando el sujeto lírico intenta resguardar el amor, despejar las sombras o lo traumático de la experiencia corporal: “El lenguaje es ceniza arremolinada / en las caracolas de tu cuerpo […]colisionan las cosas con las palabras / cosas mudas-palabras mudas / jamás coincide la contienda con su nombre”. ¿Es el lenguaje una promesa que no se cumple? Contanos sobre la búsqueda del lenguaje poético en este libro en particular. Aprovechemos para conversar sobre influencias literarias o de otra índole que te jugaron al momento de escribir.

Exacto, tal como dices Pablo, el lenguaje es una promesa que no se cumple. Por ello, la búsqueda incansable de la palabra justa. En la película “Vivir su vida” (1962) de Jean-Luc Godard aparece el filósofo Brice Parain diciendo a la protagonista Nana: “el lenguaje es una promesa de certidumbre”.

Mis experiencias con el lenguaje poético me llevaron desde una concepción más representativa y dramática hacia la afirmación de un sentido más tropológico. Es algo de lo que me doy cuenta cuando sucede. Mientras escribía este libro, sentí en carne propia, lo que Novalis decía: “Todos ignoran lo que es propio del lenguaje, que no se ocupa, sencillamente, más que de sí mismo”. Pero no por ser auto-referencial sino porque el lenguaje ya, en sí mismo, es experiencia de mundo y texto. Esa distancia del lenguaje respecto de las cosas y de sí mismo, esas relaciones entre lo visible y lo decible que nunca son ordenadas y consistentes, porque están habitadas por la fuerza de la palabra muda (no silenciosa), sobrepasan al sujeto y lo arrancan por un instante de sí mismo.

Al momento de escribir, mis influencias recibidas -“la angustia de las influencias” en el decir de Harold Bloom- proceden de mi maestra de sexto grado de escuela primaria Dalila Duiz quien recitaba feliz en el aula los poemas de García Lorca y de la lectura y relectura de varios autores, algunos inolvidables como: “Fedón”, “Fedro” y “El Banquete” de Platón; “Acerca del alma” de Aristóteles; “Lo abierto” de Giorgio Agamben; “La vida sensible” de Emanuele Coccia; “Lo que vemos, lo que nos mira” de Georges Didi-Huberman; “Poesía vertical” de Roberto Juarroz; “La herida en la lengua” de Chantal Maillard; “Esperando a Godot” de Samuel Beckett; “Libro de las huidas y mudanzas por los climas del día y la noche” de Said Esber; “Estética y anestésica” de Susan Buck Morss, entre muchos más.

Por detrás de la bruma de los sentimientos de Penélope subsiste una ambición de síntesis, a veces de sentencias del sujeto lírico y de las elipsis por las series temáticas que haces con el uso de guiones. Te pregunto por una imagen que me quedó resonando: “la llave barroca inaugura la orfandad constante”

Me reconozco en esa ambición de síntesis que señalas en Penélope, y que considero rige mi escritura, porque necesitamos de las síntesis para vivir, de ciertas sentencias que nos orientan, luego vendrá la tarea de interpretación y contextualización que cada momento exige. Tu mención me recuerda a Spinoza cuando nos enseña, que alegría y tristeza, son las dos pasiones principales del alma, la alegría nos hace más perfectos y la tristeza menos perfectos.

El uso de guiones me permitió tres cuestiones: primero, introducir una cadencia peculiar para intentar que cada palabra quedara rodeada por su propia resonancia. Segundo, retrasar el tiempo para que al leer, se genere la ilusión de no finalizar, eso siento siempre al leer un poema, propio o de otro, en voz alta. Tercero, intentar una cierta performatividad en el espacio de cada estrofa.

La imagen de la llave barroca es alusiva a un ropero de mi abuela, cuya llave barroca me fascinaba cuando era niña, al morir mi abuela, mi madre inaugura una orfandad que siempre recordó a lo largo de su vida. También alude a la convivencia entre: la abundancia barroca de formas de vida con el desierto de nuestra orfandad, en tanto, esa falta, esa carencia que también somos, nos marca.

Una pregunta para cerrar. En tu obra poética hay recurrentes tratamientos del espacio y el tiempo. En este libro la filosofía tampoco está ausente en versos como: un estar ahí cuando no estás / un estar siendo cuando no eres. ¿Cómo realizas el pasaje de la teoría filosófica al plano estético? ¿Existe tal diferencia? ¿Qué filósofos te parecen “poetizables”?

Es cierto Pablo, el espacio y el tiempo, me importan mucho, el espacio se sitúa en la subjetividad íntima de quien escribe y de quien lee; el tiempo, tal como indica Didi-Huberman o bien es tiempo actuado, donde somos dueños de nuestros destinos, o bien es tiempo padecido, donde los acontecimientos que atravesamos y nos atraviesan no siempre son elegidos por nosotros, pero aun así tenemos que seguir, como Ulises, quien no pudo elegir que irrumpiera el canto de las sirenas y el dolor que ello significó, pero sobrevivió.

Como profesora de Filosofía, siempre aparece en mi vida como ítaca o propósito, la reflexión filosófica, y más aún a la hora de escribir. Me parece que cala hondo en mi caso. El filósofo Alain Badiou considera que la filosofía nació dos veces, primero, cuando los “poetas” pre-socráticos Heráclito, Parménides, Anaximandro, entre otros, nos legaron pensamientos que son imágenes, tales como, por ejemplo, “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. Más tarde, el segundo nacimiento fue cuando la argumentación dialéctica, según el modelo neutro de las matemáticas, se transformó en la actividad principal del quehacer filosófico.

En Platón encontramos las dos posibilidades para encarar la actividad filosófica: los recursos de la poesía y los de la argumentación. Son dos modos que pueden convivir. Se trata de una doble filiación: el poetizar y el matematizar.

No toda filósofa o filósofo me parece poetizable de manera directa, pero sí, indirectamente. Depende de la imaginación e inventiva de quien poetiza.


Amira del Valle Juri es Profesora de Filosofía e Investigadora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán desde 1997, realizó estudios de Postgrado en la Universidad de Granada (España), publicó numerosos trabajos de Filosofía y el libro de ensayo filosófico “Temas de Filosofía de la Historia y Filosofía de la Religión” (Dunken). Publicó libros de poemas, entre ellos Árbol de Viajes 2008, Los cuerpos del lenguaje2014, Más que melancolía-El hombre elefante 2020. Recibió premio Ugarit del Club Sirio Libanes de Buenos Aires, 2010.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *