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ISSN 2684-0626

 

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Entrevista a Meliza Ortiz: El camino del Kumquat

Por Cecilia Rocabado |

En Jujuy hace frío, mucho frío. Salir a las calles resulta un desafío diario. El gélido mundo abruma a las niñas de sol.  Con Meliza acordamos encontrarnos de manera virtual, y curiosamente, nuestra charla versa en principio sobre las nuevas generaciones, las reuniones de escritores y las comunicaciones de ahora, ¿todo pasa por instagram?, nos preguntamos. Luego ella comenta que estuvo viviendo en Francia el año pasado y que este año regresó a Jujuy en enero, por cuestiones personales. Aquí un fragmento de lo que sigue:

—Empecemos por el título de tu nuevo libro, ¿El camino del Kumquat? ¿Cómo se pronuncia y qué es? Busqué en Google y ¿kumquat es quinoto?

Se pronuncia kumquat acentuado en la a, así se dice en francés, en realidad es un nombre que está en chino, y muchas lenguas lo usan tal cual.

—Hay una cuestión ahí. Vos tenes otro libro que se llama Quinotos al whisky.

(Meliza busca en su biblioteca, y me señala la tapa de un libro).

Éste es mi primer libro, se llama Poemas para sacármelos de encima y es del 2006, en la tapa ya tiene un arbolito de quinoto, aquí empezó todo el camino del quinoto.

Tiene un poema referido a un árbol de quinoto en particular que está aquí, desde aquí lo veo, está en la casa de mis padres, todo empezó con un poema.

Meliza comienza recitar su poema “Isaac”:

“En mi casa hay un instante de jardín japonés en un quinoto solo.

Desde aquí hace calor.

Hace otoño

y yo como mandarina.

Si lo vieras…

Un momento bien japonés.”

Después se publicó este otro libro en 2008,  Quinotos al whisky. El primer libro, el de 2006 es de Perro Pila, una editorial jujeña que ya no existe, el editor era Reynaldo Castro, el diseño lo hizo Manuel Ortega. Quinotos al whisky salió con la Editorial Intravenosa, aquí la figura del quinoto se resignifica, se transforma. Me llamaba la atención el gusto de helado de la heladería Pingüino…

Los dos libros tienen el mismo espíritu, uno es continuación de otro. Son poemas que yo escribía en cuadernos, desde lo íntimo, de pequeñas escenas diarias, son poemas breves.

—Sí, hay una cuestión de narración; vos creo que contás una historia y es urbana, por eso me llamaba la atención la figura del quinoto. Hay un trabajo de encadenar… el ritmo en la poesía no está dado tanto por las rimas o las figuras retóricas sino por el encadenamiento de la historia y ahora que me estás contando le encuentro más sentido. ir armando la cadenita, como hacían las abuelitas… claro está, mi apreciación como lectora.

¡Qué lindo! Los dos libros que mencioné y este último son cronológicos, no es lo mismo leer por cualquier lado. Hay que leerlos desde el principio, arman un conjunto…ese mismo espíritu sigue ahora en El camino del Kumquat. Poeta surfera y otros éxitos es diferente.  Si bien, tiene mi voz y todo eso,  el juego con el  humor, las mezclas para  tratar de palear la melancolía, son poemas que en sí mismos arman un mundo. Leer poemas de ese libro me resulta mejor para leer cuando me invitan porque cada uno está cerrado en sí mismo.

El camino del Kumquat continúa esta historia desde el 2008, a partir de allí, seguí escribiendo en cuadernos, por las mismas motivaciones. Esos cuadernos se me fueron apilando y después también escribo en el celular. Igual, en paralelo sigo con el papel, los poemas nacen del mismo germen. Escribir en cuadernos esas expresiones, cuando las trabajas se transforman en poemas y no todo el cuaderno, no todo lo que escribiste.

Hace un par de años, Pablo Espinosa me propuso que publiquemos con Almadegoma[1].

Entonces decidí seleccionar escritos desde el 2008 hasta el año pasado, todo lo que escribí con ese tono, con ese espíritu. Hice una selección, era mucho material. Entonces elegí un poema por año, este libro sí tiene marcados los años. Hay años que tienen dos poemas pero traté de lograr lo de un año, un poema.  Aquí sí sentí que era necesario poner los años, es mucho tiempo desde el 2008 hasta el 2024. Entonces el quinoto -tiene que aparecer esa figura en el título- esos tres libros forman un conjunto en sí, puse los años, empecé a armar esto en febrero de este año, puse como límite fin del año pasado.

—¿Y con Almadegoma era por…?

Hace dos años, estábamos con Pablo tomando un café, charlando de la vida, ahí Pablo me propuso publicar con Almadegoma y yo le dije sí,  buenísimo… para mí es significativo que sea una  editorial de Jujuy y editoriales cercanas para mí con este conjunto de poemas. No sería lo mismo publicarlo con una editorial de otro lado y además con Pablo somos amigos y colegas, nos conocemos hace 20 años fácil, éramos compañeros de la carrera de Letras, me siento en confianza con él, como para publicar con su editorial.

Entre las cosas que le decía aquella vez a Pablo, le contaba que no voy en búsqueda de las editoriales para publicar porque para mí la poesía pasa por otro lado, no escribo pensando en la finalidad de la publicación; para mí es como una necesidad vital expresaresas cosas en ese momento. Me pasa incluso con este libro, todo es muy personal y muy íntimo lo que pasa con estos tres libros, en cambio Poeta surfera y otros éxitos tiene otro espíritu.

—Más festivo. Ahora estás publicando en Jujuy, desde Jujuy con una editorial de Jujuy Decís que no vas en búsqueda, ¿la escritura forma parte de tu cotidiano?

No podría no escribir, está en mí ser. Parece como grandilocuente lo que estoy diciendo pero forma parte de mi esencia,  yo no podría estar sin escribir o sin hacer algo creativo, es lo que salva en este mundo. No tengo eso y pierde sentido el mundo para mí, pierdo el eje, entonces ese es el principal motivo por el que escribo. Me gustaría tener más libros publicados, tengo muchas cosas escritas.  Sé que tengo que ponerme las pilas yo, tengo una novela escrita, cuentos, pienso que tendría que buscar una editorial y charlarlo, es lo normal, es lo que tengo ganas de ponerme a hacer ahora.  La poesía es una necesidad vital que ni siquiera la llamas poesía cuando estás escribiendo, es escribir eso que está sucediendo, después se transforma en poesía, le pones ese nombre…

—Lo de “lo artístico” no es solo en la poesía, vos sos actriz y has escrito dramaturgia y ahora me decís que escribiste narrativa… pero volviendo al libro, ¿qué onda la tapa?

Es mi muñequita pinypon. Antes de irme a Francia,  empecé a subir fotos en Instagram de la muñequita en distintas situaciones. Tengo todos mis juguetes, la pinypon se transformó en mi otro yo, en vez de sacarme selfies, la ponía y le sacaba fotos en el dique, en Francia en uno de esos ríos famosos, o en el mar, hay como varias, aparece también promocionando el libro.

—Explosión de color, para mí como lectora hablando de lo visual, voy a la librería y miro las tapas. El quinoto es presumido, es brilloso, es naranja…

Mi mamá no quiere que cosechemos los quinotos, a ella le gusta cómo quedan…yo conecte con eso,  es lindo ver los quinotos en el arbolito, tiene esa cosa bonita…

—¿La tapa fue propuesta tuya o de Pablo?

A Pablo se le ocurrió poner a la muñequita pinypon. Es importante para mí, no quería exponerla al principio en movidas de difusión, pero después dije sí porque es genuino y tiene que ver conmigo, está completamente relacionado. Fuimos entre los dos haciendo búsqueda; al principio era solo el arbolito de quinoto, el libro abierto es como un paisaje, hace un camino, tiene que ver con mudanzas mías, viajes, cambiar de lugar donde vivir, más allá de lo temporal también tiene que ver con lo espacial, y entonces Pablo compuso la tapa, yo le decía me imagino un paisaje oriental, ligado a la naturaleza. Los cerritos tienen que ver con Jujuy, la ciudad también, que tiene que ver con lo urbano que vos también me decías…no sé, cierra quizás a un ciclo de mi vida, por eso también se dio publicarlo ahora, y a la vez ese ciclo está dividido en mini ciclos.

—¿Y cuando sale oficialmente? ¿Presentación?

Este ejemplar que tengo yo es para que lo revise, el ejemplar 0 lo llama Pablo (Me muestra el libro). Si tiene algún detalle lo marcó y él lo revisa y después lo imprime. El libro viene con un mini poster, toda esa idea fue de Pablo, la de un póster con stickers.  La idea es rearmar la portada del libro como cada uno quiera con los stickers, muy del estilo de Almadegoma Ediciones hacer esas cosas. Se pasó Pablo con el trabajo que hizo. Cuando pase la preventa, ya después haremos la presentación.


Meliza Ortiz (Jujuy, 1982). Poeta, narradora, dramaturga y actriz. Licenciada en Letras. Docente en la carrera de Gestión y Producción Editorial de la Universidad Nacional de Jujuy. Tallerista de escritura creativa. Publicó los libros de poesía Poemas para sacármelos de encima (Perro Pila, Jujuy, 2006), Quinotos al whisky (Intravenosa, Jujuy, 2008), Poeta surfera y otros éxitos (Nudista, Córdoba, 2018), Etapa oscura (Oficina Perambulante, La Plata, 2024), la plaqueta de poesía Cálculos auxiliares (Viento Norte, Salta, 2010), el libro de teatro Piletín y otras obras (Fondo Editorial de la Secretaría de Cultura de Jujuy, 2015 – Premio Provincial de Dramaturgia 2013) y, en coautoría con la artista plástica Virginia Montaldi, el libro álbum Si me ves feliz (Allá Ellas / Fondo Editorial de la Secretaría de Cultura de Salta, 2019). Su obra forma parte de diversas antologías y publicaciones locales, nacionales e internacionales.


[1] https://www.instagram.com/almadegoma_ediciones/#

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