A cerca de Escribiéndome, Taller intensivo de Prácticas Performáticas, de Sol Romero Ponce
Por Gaetano Tornello |
Tomamos aire fresco con los pulmones, amamos con el corazón, dibujamos huellas con los pies, soñamos con el vientre, besamos con la boca, las palabras palpitan en el tímpano, las flores brotan en la nariz, coloreamos con la mirada, comprendemos con la piel. La corporeidad es la magia con la que inventamos los paisajes del mundo.”
Inma Benedico Martínez, 2008
El 14 y 15 de febrero tuvo lugar Convergencias, Encuentro Regional de Performance del NOA, en el Museo de Bellas Artes “Lola Mora” de la Ciudad de Salta. Enmarcado en este evento se realizó el Taller Intensivo de Prácticas Performáticas Escribiéndome coordinado por Sol Romero Ponce donde se reunieron 15 participantes en la creación de lecturas performáticas mediante la escritura poética.
El término performance vinculado a la poesía se relaciona con la puesta en voz, con la pérdida de estabilidad lingüística del poema para la creación de una ruptura eventual. Voz, entonación y materialidad del lenguaje se conjugan para dar lugar a una ocasión de escritura y lectura. Guiados por Sol Romero Ponce, realizamos un recorrido identitario a través de tópicos de lectura y preguntas disparadoras como ¿Quién soy?, ¿Qué me conmueve?, ¿Qué es lo que me protege? Esto nos transporta a una dimensión que es tanto mental como corporal, pensando al cuerpo y a los procesos creativos como elementos primordiales (Bravo, 2007).
Luego del trabajo de escritura realizamos una activación corporal desplazándonos por el espacio en diferentes niveles, según la disponibilidad de cada cuerpo y a un ritmo marcado por música y preguntas interactivas. Resulta interesante, en este punto, retomar algunas conceptualizaciones de Diana Taylor sobre performance. Justamente, “los performances funcionan como actos vitales de transferencia, transmitiendo saber social, memoria y sentido de identidad a través de acciones reiteradas” (Taylor, 2012:20). La transferencia, desde Lacan, tiene que ver con el proceso inconsciente en el que ciertas determinaciones de nuestra psiquis se revelan por la palabra como un lugar de saber que supone significación. Aquí el cuerpo es territorio de conocimiento y construcción de paisajes lingüísticos y kinestésicos. Utilizar preguntas disparadoras que sean afines a la reflexión identitaria resulta un gesto afectivo y conciliador, puesto que debemos contemplar la corporeidad y creatividad como elementos fundamentales de la consciencia y expresión del sentido personal y social. En palabras de Benedico Martínez (2008) “la corporeidad es la primera posibilidad de relación con los otros y de conocimiento de la identidad; la creatividad es la posibilidad de inventar, reflexionar, comunicar y transformar la identidad”.
Diana Taylor (2015) escribe que la performance es un comportamiento expresivo, una forma de saber que transmite memorias, produce manifiestos políticos y expresa el sentido de identidad de un grupo. Muchas de las respuestas de los participantes del taller se vinculaban en la contrahegemonía política. Frente a un mundo que nos quiere cada vez más apartados, podríamos leer ese contacto del lenguaje como una forma de vuelco sistémico. En este sentido, Vir Cano (2024) expresa que las filiaciones son pactos de respuesta. Hay que realizar una cartografía del cuerpo y el contacto con el otro para buscar nuevas formas de vivir-con y morir-con. En este dibujo sobre los cuerpos es urgente pensarnos como sujetos políticos de la afectividad. Entre todos tejemos las redes de las performances, traspasando los límites de lo individual mediante la colectivización de las memorias. Es la carne (y no el verbo) lo que habla. O mejor dicho, son las carnes las que hablan.
Performance es un acto que pone en cuestión los contornos mismos del cuerpo y las nociones sobre la corporalidad, parafraseando a Taylor (2015). Es, al final, un “proceso, práctica, acto, episteme, evento, modo de transmisión, desempeño, realización y medio de intervención en el mundo. En las palabras del teórico mexicano Antonio Prieto Staambaugh, performance es una “esponja mutante” que (…) se aproxima a nuevas formas de conceptualizar el mundo” (2012:28). Los cuerpos somos aquella “esponja mutante” que materializa nuevas percepciones de la vida, en este caso a través de la lectura poética en voz alta, a través del compartir. Formando así una masa amorfa en movimiento, una gran performance sobre el presente, los recuerdos y los anhelos.
En lo personal, participar en el taller me llevó a interiorizar aspectos de mi identidad, soy una isla flotante de lecturas y memoria, los hilos de mi familia, un fantasma torpe. Guardaría los cuentos orales de mi mamá, las memorias del primer canto uterino. Creo que vivir significa percibir el sinsentido y solo transitar. Me protegen mis amigas y el discurso y el cuerpo y la danza. Yo resisto a todo lo neo-ego-liberal. Resisto a las inclemencias de la enfermedad. Mi mayor tesoro es Sushi, mi compañera gatuna.
Bonita mirada la de esta tarde
Arriba de los árboles estaré
León de fuego con dientes de girasol
Balbuceo desde la altura
Ubicado en el tiempo suspendido del sol
Cansado de desconectarme del entorno
Electivo es mi desorden ambiental
Arriba de los árboles caeré
Niebla frondosa la de esta tarde
Tiemblo azucarado
Enemigo del trabajo del cosmos imparable
Participar en Escribiéndome me contactó con mi carne y la de otros. Flesh / Meat. Carnes vivas frente a carne muerta. Esto me llevó a conversar con la tallerista sobre sus motivaciones y recorridos:
¿Cuáles son tus motivaciones como tallerista?
Mis motivaciones comenzaron cuando decidí compartir lo que había aprendido y vivido
a lo largo de un tiempo.
Mi formación es académica pero también es autodidacta.
Creo que el germen de “enseñar” viene de ahí. Creo que cualquier persona puede
hacer. Descubrí también que puedo hacer lo que deseo e intento compartir ese punto
de vista con lxs otrxs.
Algo que disfruto
Compartir mis invenciones con lxs demás.
¿Qué te conmueve como artista?
Lo que me conmueve es el hacer y más aún el hacer en comunidad.
¿Cómo comenzó tu trabajo como performer?
Creo que la vida es una performance.
Puedo decir que comenzó en el 2019, ese año quede seleccionada para una maratón
de performance, curada por Belén Romero Gunset. No entendía muy bien el arte en
esa época, (ahora tampoco, jaja) menos la performance, yo venía de la fotografía, era
estudiante de la carrera de la Tecnicatura de Fotografía en la Facultad de Artes y
aterrice en el museo Timoteo Navarro sin entender mucho.
Recuerdo haber realizado una performance fotográfica feminista.
Hace poco estuve revisando archivo y me vi ahí…. También.
Creo que el recorrido de la performance es un recorrido de construcción personal y en
comunidad.
Las mujeres hacemos performances todos los días de nuestras vidas.
Nos cruzamos de vereda cuando vemos a un grupo de hombres, cambiamos los
recorridos intencionalmente para evitar cosas que nos vulneran.
Trabajamos, limpiamos, atendemos el celular, criamos hijxs, todo al mismo tiempo, si
eso no es una performance de la vida ¿qué es?
La performance como una construcción de resistencia.
¿Cómo llegaste a vincular performance y literatura?
Yo comencé desde muy pequeña a leer, tenía 5 años cuando descubrí la escritura y la
lectura. Escribí CASA. De ahí no pare.
A los 15 comencé a escribir como un ejercicio de liberación del dolor.
Siempre escribí.
Cuando descubrí esta necesidad de compartir lo aprendido/vivido también nació la
unión de la performance con la escritura.
Yo necesitaba que las palabras tuvieran movimiento. Que las palabras tuvieran
comandos para el cuerpo, la escritura ya no podía permanecer intacta.
Había que moverla
Romperla
Inventarla
Torcerla
Girarla
Zapatearla
Sostenerla
La escritura CON – MUEVE
Registro audiovisual de Escribiéndome:

Nació en La Viña, en 2001. Es estudiante de Letras, becario de investigación en la Universidad Nacional de Salta, escritor y trabajador de la cultura. Recibió una Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes en 2023 por «kuni, ciclo de poesía y música». Inflorescencia editorial publicó sus libros Pequeñas Islas Flotantes (2022) y Visión Nocturna (2023).