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ISSN 2684-0626

 

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«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

Libros Tucumán es una librería especializada en literatura de Tucumán ubicada en Lola Mora 73, Yerba Buena – Tucumán.

 

 

 

 

 

La chica del atril, de Mariana Agustina Romano

Por Cecilia Caimi |

“Tuve que escoger mis primeras materias optativas: por un lado, quería cursar la que más me atraía, pero por otro, pensaba mucho en qué tan accesible sería esa materia. Terminé eligiendo la que más me gustaba: taller literario”, afirma Mariana en “La chica del atril”. Y en esta frase tan representativa condensa tanto los puntos centrales de su novela autobiográfica como los de su propia vida: la accesibilidad como obstáculo para alcanzar el deseo, pero también la fuerza interior para, aún frente a la dificultad, apostar por el deseo por sobre toda elección posible. Y la literatura, siempre la literatura, sea como expresión, como campo de lucha o como placer intelectual. O como una suma de todas ellas que atraviesa la vida entera de la autora.

Si bien en la contratapa Mariana nos anticipa que presentará la vida cotidiana de una persona con discapacidad visual, el texto transcurre muy lejos de una mirada hollywoodense de victimización, en la que la protagonista, luego de sufrir y desgarrarse, logra una gran hazaña heroica que la reivindica mostrando que todo dolor ha valido la pena. Más bien se trata de un buceo reflexivo por los mares de una vida humana profunda y nada maniquea, en la que los personajes se presentan con sus claroscuros, sus limitaciones, sus modificaciones, pero también con su luminosidad y su capacidad de cambio.

De la misma forma, el lenguaje de la obra es sencillo y cercano para el lector, similar a una conversación entre amigas en la que, entre mate y mate, cada una relata lo vivido en el día, las angustias, los amores de adolescencia y los descubrimientos literarios y lingüísticos de todo estudiante de Letras.

Uno de los ejes que atraviesa como una embarcación este océano de vivencias es justamente el despertar intelectual, que se pone de manifiesto a partir de la curiosidad de la autora y se trasluce desde sus primeros pasos en el jardín de infancia, en los que disfruta tanto de las actividades de dibujo como de las travesuras típicas de una niña activa, como subir a la calesita manual para girar a toda velocidad o comprar en el kiosco escolar para disfrutar de la aventura de los empujones y gritos de los alumnos y alumnas de la escuela . Este recorrido atraviesa todos los niveles educativos, pero florece al ingresar a la universidad, en la que encuentra al fin un desafío a la altura de sus expectativas.

Sin embargo, este proceso no está exento de obstáculos. A las dificultades habituales del crecimiento, Mariana suma las de su discapacidad visual: ¿cómo acceder a la bibliografía de la carrera? ¿Cómo tomar apuntes a la velocidad a la que imparte la clase el docente? ¿Cómo construir una vida social y amorosa satisfactoria en la que su discapacidad sea concebida como un rasgo más de su interioridad pero que no se considere la única causa de sus características personales? La autora logra atravesar estas olas, pero los violentos remolinos dejan huella en su percepción emocional. Desde una presencia madura, intenta unir las esferas vitales de su ser más hondo: acepta el bastón que antes la avergonzaba, arremete respetuosamente contra los docentes que con desdén le dificultan la utilización de su atril, se atreve a vivir los amores en los que le interesa profundizar y ahonda en su conocimiento de los estereotipos de la ceguera para lograr escribir su tesis de licenciatura. 

Este libro hace mucho más por la integración de las personas con discapacidad en la sociedad que todos los mensajes positivos que podamos encontrar en cualquier medio de comunicación. Porque demuestra que la identidad es multicausal. Mariana es discapacitada visual, sí, porque si hay algo de lo que no peca la obra es de negación. Pero también es licenciada en Letras, amante, escritora, apasionada del animé, usuaria de whatsapp, pensadora de asuntos metafísicos y asistente a recitales. Y así como a veces tiene vergüenzas o miedos, en otras ocasiones se afirma en su coraje y en su deseo de crecimiento. Ella misma lo dice: “siento que voy a poder hacer lo que me proponga”, aunque también añade: “creo que nadie llega solo a ningún lado”. Porque al fin y al cabo de eso se trata también esta autobiografía, de mostrar el camino de manos y redes que se fueron tendiendo y que en toda vida humana aparecen aunque a veces no sean tan fácilmente percibidos. Con o sin discapacidad, con o sin estudios en Letras, con miedos o con coraje, somos seres sociales y crecemos en conjunto. Así lo manifiesta la autora cuando relata el rol de las maestras de integración que la acompañaron en la escuela primaria, de los hombres que la hacen conocer los primeros pasos del amor, de los compañeros que le graban los textos obligatorios del plan de estudios para que pueda conservarlos y de su propia amorosa familia que se asesora con una estimuladora suiza para poder acompañar el crecimiento de esta hija con mayores herramientas que las que da el sentido común.

En resumen, una novela para disfrutar de manera profunda y leer sin respiro, que nos permite sumergirnos en el punto de vista de una persona con capacidad de reflexión que transita los mares de esta enigmática vida humana.


Mariana Agustina Romano nació el 21 de diciembre de 1992 en San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina. Es licenciada en Letras. Entre sus obras más destacadas se encuentran Mirando desde la frontera (2019). Y La chica del atril (2024). Colaboró en diversas revistas del medio local con artículos y poemas. También participó en publicaciones extranjeras como Esperanza. Dos de sus poemas fueron destacados en concursos internacionales. Algunas de sus poesías forman parte de las antologías El Peregrino de las Palabras y La Voz Centinela de la Paz.

Cecilia Caimi es Licenciada y Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Autora de “Burbuja” y “Cerco de Luna”, actualmente se dedica a la docencia y a la escritura de ficción.

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