Entrevista a Diego Puig
Por Pablo Toblli |
Con su quinto libro recién publicado, Diego Puig posiciona su literatura dentro de un proyecto de obra sólido. En esta entrevista conversamos sobre 3×2=8, escritores emergentes y su nuevo rol como cabeza editora de Gerania, una de las editoriales independientes más representativas de los últimos años en la región.
—Mientras iba a la presentación de tu libro vi a una chica con una remera que decía “La poesía es el cuerpo, el resto es verso”. Y Al leer 3×2=8 me di cuenta que para mí la literatura en general fue una forma de escapar al silencio del cuerpo y a ese estremecimiento de lo real que pocas cosas tienen como el impacto de un cuerpo, en cambio en la literatura las palabras me arropan las fuerzas implacables del cuerpo, esa violencia de lo icónico, de lo cinematográfico. Vos te dedicas en tu último libro a trabajar el cuerpo y sus aristas. ¿Por qué?
Como muchas personas de mi generación crecí siendo muy racionalista. Los grandes valores para mí eran la inteligencia, la sabiduría, el pensamiento, la crítica, el conocimiento. Y un poco la vida se jugaba ahí. El arte se vive a través de la razón, de la mente, creía. Y el amor es una conjunción de corazón y cabeza. Después se puso de moda el yoga, practicar mindfulness, empezamos a prestarle más atención al cuerpo porque tanta cabeza y tanta razón nos están volviendo locos, nos enferman. Lo obvio también es señalar la virtualidad, que es otra forma de vivir en nuestras cabezas, en nuestros pensamientos e imaginarios. Y así llegué a esto de querer amar más con el cuerpo. De vivir más con el cuerpo. De disfrutarlo y celebrarlo, aquí y ahora. Y así descubrí que mi emoción by default, la emoción base de mi vida, a la que tiendo normalmente, la que más sentí a lo largo de mis cuarenta y dos años, es la incomodidad. Me persigue, la extraño, la busco y me revelo contra ella. Mucho de lo que hago y soy es una respuesta a la incomodidad con la que vivo desde que tengo memoria. Y es una emoción muy física. Coincido en que reconocer el cuerpo solo a través de representaciones y de las palabras es una enorme y horrible paja.
—En tu libro están los cuerpos que celebran su elegancia, están los cuerpos rezagados por el hastío y la soledad, están los constipados por el dolor del pasado, están los humillados, están los abnegados, están los cuerpos como banderas escuálidas que flamean por inercia. El cuerpo es un lugar contradictorio. En algún lugar decís que este es un libro para leer equivocadamente. ¿Cómo trabajaste esa especie de ambigüedad que puede incomodar del cuerpo, esa falta de certezas y que no caiga en algo lacrimógeno?
El cuerpo es algo muy digno hasta que pierde o se desembaraza de toda dignidad. Puede haber mucho humor en la pérdida de la dignidad de un cuerpo. O mucha tragedia. Mucho amor, mucho desamor en la dignidad y también en la indignidad de los cuerpos. Para mí, la tragedia del cuerpo es hermosa y heroica. Los sacrificios del cuerpo. La parte más mística o épica del cuerpo. Dar a luz, amar con el cuerpo, sacrificarlo, consagrarse a Dios con el cuerpo, hablar y celebrar el cuerpo, con el cuerpo, con otros cuerpos. Mover el cuerpo. Sentir con el cuerpo. Todo eso me parece maravilloso y quería poner el ojo y la palabra ahí.
—Hablemos de tus cuentos preferidos dentro de tu proyecto de obra que cada vez es más sólido. Me da la sensación que este es tu libro más editado, o más trabajado por vos, como si todos los Diegos estuvieran afilados. Hay cuentos tradicionales del universo Diego Puig donde se mezclan los artilugios de la moda con personajes más taciturnos, hay momentos de delirios que copulan entre registros de surrealismos apocalípticos y sociológicos, notas de chat, lenguaje tucumano, humor, servicios de inteligencias y joyas ocultas que son casi poemas como “Puchero”. ¿Coincidís con ese balance que tiene la obra?
A este libro llego con mucha más libertad y confianza en mí mismo, que por otro lado nunca me faltó, pero me siento más lanzado, más “aquí mando yo y nadie me va a venir a decir lo que es un cuento o lo que puede pasar o no”. Hoy tengo una confianza en lo que hago que no pide permisos ni licencias. Las tomo, las asumo. Con el uso del tiempo en “Como plegarias del cuerpo” y “Adele y yo en Londres”. Con las voces narrativas y los puntos de vista en “Éxtasis de oro” y “Ricardo Plantagenet, Corazón de León” o “Viernes, sábado, domingo y lunes otra vez”. Con la forma en “25 cosas sobre mí”, “Multiple Choice” y “El contumaz origen de la familia”. Con lo que tengo ganas de narrar o decir en “Puchero”, “Huellas de Carbono” o “Policía Parapsicológico cuántico de elite” donde solo quería divertirme y divertir al lector.
Ojalá algo de esta libertad bien entendida, alegre y amable, se perciba. Porque es lo que hay. Esto es lo que soy. Esto es lo que amo. 3×2=8 es un libro musical, para aventureros, exploradores y viajeros curiosos. Ojalá los lectores puedan acompañarme porque no soy un escritor onanista, ni al que le gusta maltratar a sus lectores ni a sus personajes, pero sí me gustaría que todos digamos, bueh ya fue, que se haga agua el helado, aquí lo que vale es pasarla bien, descubrir lo impensado y no cumplir estándares viejos, obsoletos, podridos de lo que es un cuento. Un cuento es lo que yo digo que es porque lo hago con amor y tomándome muy en serio todo lo que requiere un buen cuento. Pero que sea bueno por el efecto, por la experiencia de lectura, no porque tildo los casilleros de lo que se supone que es un buen cuento, todo lo que hoy en día se dice que es un buen cuento y que francamente me parece una estupidez y me da pena que tantos escritores no quieran salir de ese pantano.
—Quedaste a la cabeza de Gerania, una de las editoriales más importantes de los últimos años en la región. ¿Qué literatura nunca vas a publicar en el sello?
Mala. Aburrida. Torpe. Tonta. Inconducente. Simple. Solo cosas juguetonas, loquitas, potentes, pensantes, emocionantes, poderosas. Hay una idea muy mala dando vueltas y casi tomada como un artículo de fe de que toda literatura es buena. O todo tiene el potencial de serlo de acuerdo a si encuentra o no a su lector. O sea, de que las miserias propias, porque son comunes a todos, permiten una identificación por parte del lector que es algo muy bueno, maravilloso. Que hay que leer y escribir así, para que los demás se identifiquen. Nada más alejado de la realidad para mí. No me interesa en lo más mínimo corroborar mi miseria en la literatura que leo. Ni mi genialidad ni mis fallas. Quiero que el mundo se me abra, no que se repliegue sobre mí. Esa literatura onanista odiaría publicar.
—¿Dos narradores tucumanos emergentes que te gusten?
Te tiro tres: Pachi Collado, Valentín Monroy y Leopoldo Silva.
¿Qué novela argentina del Siglo XXI te hubiese gustado escribir?
Hay varias. Primero Plop de Rafael Pinedo. Después Los Llanos de Federico Falco, El año del desierto de Pedro Mairal, Opendoor de Iosi Havilio, Las malas de Camila Sosa Villada y Era el cielo de Sergio Bizzio. Ahora que estoy escribiendo una novela fantástica (con unicornios que hablan y demás) me diste la idea de sintetizar Plop con Los llanos en mi Nora de Renzi Rabat, jajajaja.
Diego Puig nació en Tucumán en 1982, pero se siente más o menos tucumano porque vivió gran parte de su vida fuera de la provincia. Es autor de la novelas Nadar sin luz (Ed. Milena Caserola, 2013) e It girl (Gerania Editora, 2020) y de los libros de cuentos Vírgenes infinitas (Ed. Mulita, 2018), El problema de la luz (Gerania Editora, 2022) y 3×2=8 (Gerania Editora, 2025). Actualmente sus escritores favoritos incluyen a Jhumpa Lahiri, John Cheever, Federico Falco, María Gainza, Rafael Pinedo, Hebe Uhart, Fogwill, Mavis Gallant, Lucia Berlin y Magalí Etchebarne. Dicta talleres de escritura y de lectura (con ¿excesivo? entusiasmo) online.
Fotografía del autor: Karen Delgado

Es Licenciado en Letras por la UNT. Publicó los libros de poemas Nace en lo próximo (Ediciones Magna, 2015), Lucero de ruinas (Ediciones Último Reino, 2017) y el libro de ensayo Una lectura del imaginario poético de Tucumán (2000-2020) (Fundación Artes Tucumán, 2022). Es editor de La Papa Revista y redactor en Indie Hoy. Nació en Tucumán, en 1987. Su e-mail es pablotoblli@gmail.com, por cualquier contacto.