Sobre Fotos del carnaval, de Maximiliano Cárdenas (Esta Vida No Otra, 2023)
Por Felipe Quiroga |
Fotos del carnaval no es lo que parece. La prolija edición, lanzada en 2023 por la editorial Esta Vida No Otra, llama la atención con un formato atípico, cuadrado, pequeño (12 por 12 centímetros), con un trabajo muy cuidado en cuanto al diseño gráfico. Los colores (azul, blanco y amarillo), las tipografías y las ilustraciones se combinan con un resultado que es estéticamente muy atractivo y agradable de ver. Esta propuesta visual delicada y el hecho de que la novela se presenta desde la contratapa y sus primeras páginas como la historia de un amor de verano (e incluso como una “comedia romántica”) parecen anticipar una sensibilidad que no está presente en la trama: por el contrario, el tono se revela mucho más oscuro y melancólico, con algunos chispazos de humor negro. Publicada originalmente en 2016 luego de obtener en Córdoba el tercer premio Luis José de Tejeda (2014), esta es la segunda edición de la nouvelle de Maximiliano Cárdenas, escritor nacido en San Miguel de Tucumán.
El narrador de Fotos del Carnaval es Roque, un redactor de partes de prensa que trabaja para la oficina de medios del gobierno de una provincia que no se nombra pero que podría ser cualquiera del interior de nuestro país. Desencantado con su vida y con su profesión, relata los días que pasa cubriendo el “Carnaval del Joropo”, una fiesta popular con cumbia y desfile de carrozas que ha sido organizada por la gobernadora como una excusa para lanzar su candidatura a la presidencia. Durante ese evento, Roque se siente atraído por Clarisa, una compañera de trabajo quince años más joven que él y a quien intentará seducir, a pesar de estar casado y ser padre de tres hijas.
La historia avanza con una estructura no lineal, fragmentada, y de a poco vamos conociendo algunos detalles de la vida y de la personalidad del protagonista. Huérfano desde chico, creció en los 90 como parte de una generación de punks que no llegaron a la adultez. “Últimamente se morían uno tras otro. No paraban, y cada día que pasaba yo me iba quedando solo”, dice Roque con amargura.
Al comienzo, el personaje principal admite estar narrando un compendio de sus “errores de enamorado”, pero en pasajes posteriores reconoce que su vínculo con Clarisa está marcado por la ansiedad, la obsesión y la manipulación. El acercamiento entre ambos está contado desde una perspectiva de masculinidad exacerbada. Es la voz de un “macho en celo”, tal como se describe Roque en uno de los últimos capítulos, cuando ya ha puesto en práctica una reprochable estrategia para conseguir lo que quiere. Con una prosa seca y directa, el narrador se abre en el texto de una manera que nunca lo hace frente a los demás personajes. Sólo a través de su escritura se revela y se rebela.
Como telón de fondo aparece el otro gran tema de esta novela breve: el poder político. Roque tiene una visión pesimista de los gobernantes. Menciona en numerosas oportunidades los negocios turbios de los dirigentes, la corrupción, la ambición desenfrenada, los deseos de perpetuarse en el poder, la demagogia y el reparto de fondos para la compra de voluntades. Todo el ecosistema político aparece ridiculizado, desde una gobernadora deformada por el bótox hasta los periodistas oficialistas y serviles, y sin olvidar la figura del “monje negro”, un poder siniestro en las sombras aquí encarnado por un hombre al que apodan “Palo i bombo” por el exagerado tamaño de su cabeza.
El narrador de Fotos del carnaval describe a la política como un “factor de división” entre amigos y familiares, y señala el “hartazgo” de la ciudadanía con la clase dirigente. En su condición de empleado estatal, Roque se encuentra atrapado en la contradicción de poner su escritura al servicio de ese sistema corrupto. Al mismo tiempo, se lamenta por no dedicarse a la literatura o a un periodismo más comprometido. Se reprocha por no animarse a denunciar todas las irregularidades que conoce de primera mano tras varios años trabajando para el gobierno. Entiende que quizás así podría honrar la memoria y las ideas de sus amigos punks, pero no tiene la fuerza para hacerlo y sigue a la deriva, con una existencia anestesiada, incapaz de redirigir su propia vida.
Una de las claves de lectura puede descubrirse a partir del epígrafe, un fragmento del poema “Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger”, del escritor mexicano Mario Santiago Papasquiaro: “Quizás ni el carbono 14 será capaz de reconstruir los hechos verdaderos”, dice la cita elegida por Cárdenas para abrir su novela. En ese verso está condensada la fragilidad de la idea de un relato objetivo. Es una advertencia, un llamado a desconfiar. ¿Acaso todo es un juego de apariencias? La novela señala el abismo que hay entre lo que vemos y lo que contamos, pero también entre lo que contamos y lo que en realidad queremos contar. Desde su trabajo como redactor, el narrador entiende el valor de la escritura y es consciente de que esta puede ser una herramienta para construir o destruir, para reconstruir o destruirse. Lo importante es saber al servicio de qué o de quién vamos a poner nuestras palabras.
Maximiliano Cárdenas nació en San Miguel de Tucumán. Trabaja como editor, redactor y periodista. Su novela Fotos del carnaval fue distinguida con un premio Tejeda en 2014 y publicada al año siguiente por la Editorial Municipal de la ciudad de Córdoba. Fue guionista y director del documental «Magallanes, recién tibia. Una muestra de Daniel Rivadeo», sobre el artista plástico fallecido el 2015.

Nació en 1985 en San Miguel de Tucumán. Es licenciado en Comunicación Social y máster en Periodismo. Con sus relatos participó en las antologías Umbrales y crepúsculos (2015), 5×5 (2016), Les inquilines (2021) y La casa de los enanos (2021), entre otras. Es autor del libro de cuentos El ruido que hacen los loros (2022) y de la novela Chikito (2023).