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ISSN 2684-0626

 

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«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

Libros Tucumán es una librería especializada en literatura de Tucumán ubicada en Lola Mora 73, Yerba Buena – Tucumán.

 

 

 

 

 

Poesía, juventud y democracia: El primer JOETUC

Por Pablo Toblli |

Pocos años habían pasado de la vuelta a la democracia que simbolizó aquel aclamado 1983. Un grupo de jóvenes escritores decide desprenderse de los designios del silencio, el miedo y la represión, conformando JOETUC (Jóvenes Escritores de Tucumán), una asociación cooperativista cuya actividad se extendió hasta 1989, con diferentes etapas e integrantes.

Constituida por un grupo de estudiantes, que desde la Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.T hicieron extensiva la invitación a escritores jóvenes de las Facultades de Agronomía, Bellas Artes y Abogacía. La primera etapa de JOETUC Contó entre sus miembros a Alejandra Díaz, Gabriel Augusto Kreibhom Vázquez, Viviana Alderete, Adriana Alderete, Oscar Barrionuevo, María Elena González, Yenny Alonso, Patricia Liacoplo, Ariel Castro, Mónica Mercado, Claudia Infante, Alejandra Prados Riveros, Mónica Aquino, Alejandro Carrizo, Claudia Infante, entre otros.

Una de las antologías editadas por JOETUC, se titula Voces del Nuevo Horizonte publicada por Ediciones Haravicus en 1987. El prólogo estuvo a cargo del escritor Roberto Espinosa en cuyo texto ya se evidencia el afán de suturar las heridas de la dictadura, entonces, advertimos una necesidad de reconstruir la voz vedada por los años de represión, por lo que el sujeto de algunos de estos poemas se desdobla para volverse un sujeto colectivo capaz de redimir a otros atrapados en las trampas de la represión.

Espinosa escribe: “Hay urgencias estremecidas tal vez que los impulsan a salir a la calle con este libro, en momento en que la poesía es casi un animal herido que agoniza como el hombre contemporáneo.” Este sentir se evidencia claramente en el poema Agujeros de Alejandro Carrizo:

en el alar de la casa de mi hermano lelo

hicieron un agujero (para que algún día

crezca un pino / y nada lo detenga.

En famaillá -tucumán- hicieron

agujeros en la tierra (para los compas

desaparecidos y asesinados.

en el techo de mi habitación hay un agujero

y entre la lluvia -a veces-

la tortuga apareció en el fondo

                                             /después

de ocho inviernos de agujeros

– un niño hizo un agujero en una tabla

y (mira pasar la gente).

Los huesos de paco urondo están en un agujero

en buenos aires/ y ninguna placa dice

“el poeta”

                                             -pero el pino está creciendo

La antología cuenta además con dibujos de tapa e interiores de Marcos Figueroa y fue presentada en Tucumán, en el Centro Cultural Eugenio Flavio Virla, por el escritor Eduardo Rozsenvaig, y en la Feria Internacional del Libro del año 1987, en Buenos Aires, con apoyo económico de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán.  

En conversación con la poeta Alejandra Díaz, ella sostiene que JOETUC le legó “el compromiso de no olvidar la memoria porque había una búsqueda de desentrañar lo que no pudo una generación desaparecida”. Es por eso que se advierten en los poemas de JOETUC resonancias de algunos escritores que se encolumnaron en recuperar y denunciar años de represión y que Alejandra Díaz confirma: Juan Gelman, Roque Dalton, Ernesto Cardenal, Eduardo Galeano, Octavio Paz, Walter Addet (de Salta), Jacobo Regen, Osvaldo Fassolo, etc. Asimismo, aclara que a las poetas mujeres de generaciones anteriores “lograron leerlas, pero no participaron de reuniones con ellas”, es decir, con Inés Aráoz, Ariadna Chavez, Lucía Carmona, Mirta Suárez Porto, Teresita Guardia, Marta Acosta, que eran las autoras renombradas de entonces.

A continuación, ofrecemos una pequeña muestra de aquellos poemas surgidos en JOETUC:

A los de siempre

Entre el humo de oscuros cigarrillos

en una esquina inerte

descubrí un invierno

tus ojos clausurados de sueños.

Aprendí tu mirada,

cobardemente ausente de emociones.

Acaricié tu soledad.

pero eras viento,

mortal aguijón

hecho de vino y luna,

y como todos los inexistentes seres de la noche

un día te fugaste

en la simplicidad de la muerte cotidiana

Mónica Aquino

con sudor

riegas ese surco

con machete

cortas la esperanza

golondrina

sin tiempo, sin tierra

caña dulce

amarga es tu cosecha

Mónica mercado

Camino de nostalgia

Hay un secreto temor

oculto entre las sábanas,

sueña la espera dormida

en una lágrima:

                  una página de vida

                  escrita con tu mirada

María Alejandra Díaz

Poema para la esperanza

Raptaré el cárcamo

de entre las fugitivas

ausencias de la piedra.

La luz acrílica de mis sueños

moverá sedimentos

del lúgubre retoño.

Yo no permitiré la osadía

de manos enguantadas

ordenando la seda

y la muselina.

Enfrentaré mi rostro

con la espada,

mi voz y la muralla.

Haré un recuento

de las mieses perdidas

y volveré a sembrar.

Gabriel Kreibohm

Poética III

el disparo de un beso

a mitad de la noche /

                        el chirriar

de la uña de un preso

que escribe sobre el muro

                        la palabra

                                        “pájaros”

Alejandro Carrizo

Te vas

por una calle larga

entre fusiles propios y robados

el pelo de cañatacuara

la frente a quemarropa

puños duros de hombre

quedé en la esquina

mujer punta a punta

María Alejandra Prados

Deriva

Aturdimiento de silencios

que agoto de desprotección

haciendo sentir

la impotencia del desarraigo

en un atropello

de angustias ahogadas.

Adriana E. Alderete

Libertad

Se te nombra,

cuando en la última batalla

nace la esperanza,

cuando detrás del horizonte

hay otro horizonte,

(miles de pechos te descifran)

cuando las venas estallan en las barreras

urdiendo la mañana.

Entonces, tu nombre tiembla

en los labios

desafiándonos al destino

invitándonos a la aurora

hasta llegar a esos ojos muertos

que nos miran

nos llaman.

Piden que los liberemos.

Oscar Barrionuevo

Urgencia

A veces la palabra

no nos sirve,

es preciso

tomar la mano del otro

ponerla en la herida

para que sepa:

                            sangraduele.

Alejandra Díaz

II

Ayer te veía…

Comenzó la tarde en vidrio y gris

Y hoy te escapás

A los jardines del agua

Ayer te veía…

en los ómnibus

no imaginaba los ojos negros

con café azules

y platos de madera que se amontonan

Creo que ayer te veía…

Claudia Infante

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