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ISSN 2684-0626

 

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«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

Libros Tucumán es una librería especializada en literatura de Tucumán ubicada en Lola Mora 73, Yerba Buena – Tucumán.

 

 

 

 

 

“Los cánones son cosas de los centros, no de las periferias”

Conversamos con la poeta e investigadora, Guadalupe Valdez, a propósito del taller que brindará sobre escritores del Noroeste argentino y que comienza el 7 de marzo de 2024.

Por Pablo Donzelli |

—¿Cómo se te ocurrió trabajar con autores del Noa? ¿Crees que son lo suficientemente conocidos aquí, en el mismo Noa?

Comencé trabajando autoras tucumanas del siglo XX, gracias a una beca doctoral CONICET. Estudio a Elvira Orphée, María Eugenia Valentié y Lucía Piossek Prebisch que son mujeres no siempre valoradas ni leídas.

Aquí hay muchísimos escritorxs talentosísimxs, yo misma a muchxs no los conocía, y eso me pareció una alienación grande. El mes pasado estuvimos en Amaicha, en la primera Feria del Libro organizada por vos Pablo, por la Librería Amauta y por la comuna. Ahí compartí con grandes personas, re mil laburadorxs y talentosos, como Andy Acunha y Brian Hock de Funga, una editorial chaqueña disidente federal y ecologista, la Zai Kassab y Daniel Ocaranza, editores de Falta Envido y Puerta Roja que además organizan todos los años el FIDEO. A Josefina Sidan que publicó un libro autogestionado precioso sobre ser norteña que es “Changuitas norteñas”. A Lulú Jiménez que tiene una librería muy linda, la Libre Hada y además es poeta. Al poeta salteño Mario Flores, y más.

Entonces, me dieron ganas de armar el club al que no pienso desde una posición regionalista cerrada, sino más como una forma de construir territorio como dice Rita Segato. No podemos vivir tan alienados de nuestros cuerpos, y del territorio en el que vivimos y eso incluye conocer y leer a nuestrxs autorxs. Con alienadxs quiero decir, por ejemplo, que no sos poeta, escritora o lectora simplemente, sos tucumana, madre, hija, amiga de tus amigues, trabajás en el sector privado o público, te gusta el sanguche de milanesa, y sos todas esas cosas que te constituyen. 

—¿Hay un campo literario en el Noa? ¿En Tucumán? ¿Qué define, según vos, la existencia o ausencia de un campo literario?

No sé mucho de este tema, vengo de la Filosofía. Pero hay gente re mil seria y estudiosa aquí que se dedica a esto como Guillermo Siles, Soledad Martínez Zuccardi, Liliana Massara, Fabiola Orquera, Vero Juliano, Pablo Toblli con tu tesis sobre poetas tucumanxs que publicaron entre 2000/2020. Algunos de ellos viven del CONICET, y lo subrayo porque los trabajadorxs de CONICET fuimos duramente estigmatizados por Milei. E incluso (aunque parezca increíble), por algunos escritores tucumanos. El trabajo académico, que requiere muchísimos años de formación, es un trabajo que hace territorio. En un país que sigue atravesado por el conflicto entre unitarios y federales, hoy más que nunca, con las amenazas de quitarnos fondos a las provincias, la academia puede darnos una mano a nosotrxs como tucumanes, para construirnos de una forma que nos guste, que nos sirva, que nos represente… Lo enfatizo porque algunos creen que sólo importa escribir sobre el amor y los sentimientos, como si los afectos fueran algo universal, y si algo aprendimos con el feminismo es justamente cuán configurados están los sentimientos por el territorio y por el género, sobre todo el amor… Es muy interesante el laburo de Majo Bovi de Monoambiente Editorial, por ejemplo, que trabaja estas cuestiones y la escritura desde el cuerpo, en su taller Marea Emocional. 

—¿Quiénes conforman el corpus de textos que trabajarán en el taller y cuál fue tu criterio al momento de definirlo?

Vamos a arrancar con una novela que me gustó mucho del escritor riojano Martín Alanís. Se llama Las dueñas del drama publicada por Falta Envido Ediciones.

—¿Cómo es la dinámica de trabajo con los textos?

La idea es sumergirnos en una novela o libro de cuentos al mes que está incluido en la inscripción, así que además te lo llevas al libro a tu casa. También vamos a leer un poema por encuentro para conocer a lxs poetas que son muchisimxs y muy buenos. Y además, la idea es sobre todo, juntarnos a leer. Compartir la lectura con otres es un acto de resistencia ahora. Además, siento que estamos necesitando más que nunca los lugares de encuentro. Esto sucederá en el corazón de Barrio sur. Más adelante voy a darlo virtual también, para personas que vivan en otras provincias y quieran conocer nuestra literatura.

—¿Considerás que existe algo así como un canon literario del NOA? ¿Quiénes lo integrarían?

De nuevo, no sé mucho de esto porque vengo de la filosofía. Sí les podría decir desde la teoría de centro y periferia que los cánones son cosas de los centros, no de las periferias, donde las preocupaciones y los deseos son otros. Claro que siempre hay grupos que se autoatribuyen esos lugares pero eso a mí no me interesa particularmente.

En la feria de Amaicha, hicimos un fogón en la plaza una noche y una mujer de ahí contó sobre su infancia, sobre cómo los mayores le enseñaban a escuchar y a prestar atención al fuego, al viento, a los pájaros. También  había un hombre de Los Sazos que contó cómo lo persiguieron y lo quisieron matar durante la dictadura militar para quitarle sus tierras, porque era hijo de un Cacique. Hermosos relatos, a pesar de ser muy duro el segundo. Y te hace pensar qué importante es recuperar los relatos orales, lo popular, esas instancias de encuentro. Mucho más que cualquier canon. 

—Nombranos tres escritores contemporáneos del NOA que sean tus favoritos.

Uf muchísimxs más que tres les podría decir. Posta me quedo cortísima. A Gloria Lisé la leí hace unos meses y es una escritora descomunal que la quiero dar en el Club. María Lobo que se pelea constantemente con esa imagen sobre Tucumán que nos quieren imponer desde afuera, y que acaba de ganar un premio del FNA, es una escritora que me gusta mucho. También tenés un Roberto Reynoso, un gran poeta famaillense y gran persona. Su último poemario Decurso con esos paisajes de seducción, y esos cuerpos frágiles y sedientos de amor. Un Diego Puig que te muestra un Yerba Buena divertidísimo de divas en decadencia a la vez que te tira un “la corrupción en Argentina es un sistema de distribución más que de saqueo”. Vicky Daona que contando su historia de vida se pregunta si se puede elegir una familia desde el deseo, y eso está buenísimo. Y su Mandarinas al sol, un taller de escritura que da con su compañero Pedro Noli con la idea de que todos y todas podemos escribir, y que todas las vidas son interesantes. Nacho Jurao, editor de Gerania, prolífico. Marco Rossi Peralta su Diario del desempleo y el trabajo, y su espacio de talleres Escriva que son de gran calidad. Gabriela Agüero muy buena poeta y también gran gestora cultural… Les menciono sólo a lxs que conozco personalmente, pero hay muchxs más por conocer…

Por inscripciones al taller: https://www.facebook.com/guada.valdez


Guadalupe Valdez Fenik nació en Tucumán en 1992. Es licenciada en Filosofía y becaria doctoral de CONICET. Investiga la obra de la escritora Elvira Orphée. Cursa la maestría en Estudios Literarios de la UBA y el doctorado en Cs. Sociales de IDES-UNGS. Drogas y un libro de poesía a la moda es su primer libro.

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