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ISSN 2684-0626

 

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Libros Tucumán es una librería especializada en literatura de Tucumán ubicada en Lola Mora 73, Yerba Buena – Tucumán.

 

 

 

 

 

Poemas de Leopoldo Silva

Palabras de presentación

-Gabriel Gómez Saavedra-

Como una sentencia venida de un tiempo desconocido, resuena uno de los versos de Leopoldo Silva: “que el movimiento sea al centro”, y con él queda marcado el sitio desde donde el lector recibirá estos poemas. Porque ellos dibujan una cuerda en tensión ubicada en el preludio del trabajo de un cronista que, antes de ofrecernos el objeto de su caza, echa mano a la poesía para atestiguar cómo ronda a su presa, define su medida y absorbe el halo que la evidencia; antes de caerle encima y confundirse con ella, para que ya no sepamos dónde empieza la presa y termina el cazador.

taxidermista

por el balcón entra al living una luz

todas las declamaciones grises plata

del mundo

se oye manso el ruido de la ducha

porque madre se baña

de a ratos se confunde con el de la lluvia

esta mañana conocí un taxidermista de aves

abrimos cajones    vimos chorlos, búhos, águilas

sus favoritos son los loros

llegué preguntando por palomas

le grito a madre

si conoce alguien de la facultad de biología

duda

responde que sí, pero que es un paciente

le pregunto

pero para contarle

del taxidermista

hablamos a los gritos

ella escucha apenas

y contesta 

quisiera contarle del cuarto refrigerado

de la piel de las aves

de las manos del taxidermista mostrándome

ese búho que surcó vientos 

la forma en que acostado

liviano y bajo llaves compartía armarios con miles de pájaros

pero el poema no está en las palabras

sino en la ilusión que las precede

y me conformo con mirar por el balcón

decirle después te cuento  

la casa es una semana vacía 

afuera cae viento

una cortina de agua lo envuelve todo.

a veces mejor replegarse

que el movimiento sea al centro

no hacia adelante

de todos los gustos

elegir el más concentrado

si al té de la merienda dos cucharadas de azúcar

salir a masticar entonces

lo salvaje de una caña de azúcar

en días de vientos

a la montaña conviene mirarla desde el centro

que de ahí salga

lo que precede la palabra

el primer árbol del bosque

ese que ahora se estira

todavía no amanece

y desde temprano espero

rayos prematuros de luz.

por la tarde caminé hasta avenida corrientes

-siempre corro o camino cuando estoy por perderme-

y por lo que sale uno nuevo

compré cinco libros usados

es el invierno 

que me pone nostálgico

pero a la noche    

después de cenar 

la calefacción estará rozando la cama

leeré un poco de cada uno

un cuento, un par de poemas, un capítulo de esa novela

entre líneas iré enredando la vigilia

es el invierno

y el no tener trabajo

este flotar con frío

pero ahora río soñando 

sé que sueño algo lindo

en este calor de colcha y calefacción

acostado entre libros

no pienso apagar la luz

que quede prendida

está bien así

río con una novela en el pecho.

nacer es salir

como los pájaros

dice mientras fuma

le digo que bueno

entonces hacemos un pozo en el jardín

cavamos al costado de la pileta

después esperamos la lluvia

él no cree en santos

pero hace estas cosas

la lluvia llega en la tarde

meto los pies descalzos

en el pozo 

los tapo con tierra 

comienza a llover más

y ahora la tierra que presiona 

hace ruido de succión

cada vez más rápido 

el agua corre por el empeine

los dedos

como ríos 

raíces que se tuercen

hasta que tantas gotas   

crean un charco   

y en ese reflejo de agua algo concede 

él mira desde la cocina

esa mirada de animal salvaje domesticado a medias

se le siente

olor a hoja de coca y pepsi.

la yunga

es yunga por el contorno

espeso      el silencio

pero liviano lo que se corta

del aire 

el nudo que tensa es  deseo

esta evocación,

nostalgia y alivio 

llevo unas líneas

líneas de perfume a sombra

un tatuaje en el talón 

son recuerdos  

a destiempo.


Leopoldo Silva nació en Tucumán en 1998, es Licenciado en Comunicación Social (UNSTA) y Diplomado en Fotografía Documental (UBA). Cuando escribe narrativa flashea Juan Forn y escucha temas de El mató a un policía motorizado. Sostiene que la literatura es un milagro. Le gustan los gatos y la crónica periodística. Toma mate y duerme la siesta en el Parque Avellaneda. A veces se le pudren las naranjas en el canastito de la cocina. Ah y también es fotógrafo, ponele.

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