Un proyecto fundamental
Por Fabián Soberón |
Guitarra, piano, percusión, contrabajo y voz componen el Proyecto Pato, un conjunto de canciones con letras de distintos poetas del norte argentino y con música, en todos los casos, del insustituible Luis “Pato” Gentillini. Los intérpretes que grabaron las nuevas versiones son Lucas Pierro (piano), Patricio Gómez Saavedra (guitarra), Nicolás Fernández (contrabajo) y Gustavo Chenu (batería y percusión), junto a la voz de Nadia Larcher.
Se podría decir que las piezas de Proyecto Pato hacen dos cosas: un homenaje y una interpretación contemporánea de una música con décadas de tradición y modernidad a cuestas. Las composiciones de Gentillini traen esa combinación que la hace sonar como el recuerdo de algo fundamental y como el sonido de lo que vendrá. Las canciones del Proyecto Pato recrean esas melodías del pasado con un toque que combina las atmósferas folclóricas con algunas progresiones jazzísticas, disonancias y toques que endulzan la amargura de ciertos sonidos. También hay melancolía y reclamo en algunas letras. La voz de Nadia Larcher reproduce y reafirma –con sus escalas y sus «estiramientos» sonoros– la doble cara del mundo injusto, el dolor y la alegría de los campesinos, los trabajadores rurales; aunque también suenan “los bailes”, como en Gato para el Nene, La calladita o en Trunca para la gente. Y suenan con las texturas, las alteraciones rítmicas y las disonancias que evocan el pasado e interpretan el presente desde los colores y los arreglos del hoy.
Quiero citar un ejemplo como referencia breve de las joyas sonoras que contiene este disco inusual. El tema 12 es una versión contemporánea (¿blusera?) del Lamento del peón curtido (con la letra compuesta por José Moreno). La pista se inicia con la recreación sonora del mundo campesino: los sonidos pertenecen a la película El camino hacia la muerte del viejo Reales (del director tucumano Gerardo Vallejo). Justamente esta canción original formó parte de la banda de sonido. En la larga introducción “ruidista” (piensen en el elogio futurista del ruido) las voces y el ajetreo rural crean una atmosfera verosímil y que funciona como preparación ideal para el ingreso desnudo de una voz, esa voz que es un verdadero lamento, el registro oscilante y virtuoso que va de los agudos a los tonos más graves y que nos hace evocar (por la transmisión de la letra y por la melodía) el universo musical que inventa la canción. A su vez, el piano propone intervenciones precisas y el arreglo en la guitarra que interpreta Patricio Gómez Saavedra podría escucharse como un riff blusero. ¿El bombo repite y replica el dolor mientras el contrabajo hace una especie de solo? En medio del trayecto, el ajetreo y las voces campesinas retoman el mundo evocado y la guitarra vuelve con una especie de zapada (Frank Zappa dixit), como si el sonido surgiera en medio de cúmulos de pasto movidos por el viento en un viejo western tucumano y documental. Antes del cierre, escuchamos un crescendo musical y vocal (con un coro hecho a medida). El corte termina con el bombo y con la voz del viejo Reales, en su sentencia definitiva y tremenda: “Las cosas no han cambiao. Antes era a latigazos. Ahora no hay látigo pero lo mesmo es”.
A veces, aparecen discos cuyo centro es el mundo maravilloso de los arreglos (el piano se luce con sus toques minimalistas y con los notas disonantes y dramáticas), esos sonidos que llegan en el momento justo y que dan el matiz futuro, el que estábamos esperando y que no hubiéramos podido anticipar. Es el caso de Proyecto Pato. Al escuchar este disco extraordinario tuve la impresión de que es un exvoto y que, a la vez, no es otra cosa que un proyecto: una melodía múltiple lanzada hacia el futuro. Proyecto Pato es una recuperación del pasado y una escalada hacia el más allá.
Intérpretes de Proyecto Pato
Lucas Pierro (piano)
Patricio Gómez Saavedra (guitarra)
Nicolás Fernández (contrabajo)
Gustavo Chenu (batería y percusión)
Nadia Larcher (voz)
Nació en Tucumán, Argentina. Es Licenciado en Artes Plásticas y Técnico en Sonorización. Se desempeña como Profesor en Teoría y Estética del Cine y Comunicación Audiovisual en la UNT. En 2014 obtuvo la Beca Nacional de Creación otorgada por el Fondo Nacional de las Artes. Colaboraciones suyas se difunden en publicaciones nacionales e internacionales. Integra las antologías Poesía Joven del Noroeste Argentino (compilada por Santiago Sylvester, FNA, 2008), Narradores de Tucumán (compilada por Jorge Estrella, ET, 2015) y Nuestra última Navidad (compilada por Cristina Civale, Milena Caserola, 2017), así como el diccionario monográfico La cultura en el Tucumán del Bicentenario, de Roberto Espinosa (2017). Fue traducido parcialmente al portugués, al francés y al inglés. Libros publicados: la novela La conferencia de Einstein (1ª edición en 2006; 2ª edición en 2013); en el género relatos: Vidas breves (1° edición en 2007; 2° edición en 2019) y El instante (2011); en el género crónicas: Mamá. Vida breve de Soledad H. Rodríguez (2013), Ciudades escritas (2015) y Cosmópolis. Retratos de Nueva York (2017); y el volumen 30 entrevistas (2017). Como director de cine, realizó los documentales Hugo Foguet. El latido de una ausencia (2007), Ezequiel Linares (2008), Luna en llamas. Sobre la poeta Inés Aráoz (2018), Alas. Sobre el poeta Jacobo Regen (2019) y GROPPA. Un poeta en la ciudad (2020). Con los músicos Fito Soberón y Agustín Espinosa, editó el disco Pasillos azules (AERI Records, 2019).