Sobre Una lágrima por el cóndor, de Dardo Nofal
Por Fabián Soberón |
Una lágrima por el cóndor es una novela de ideas y una novela de iniciación en la que se recupera una ciudad de Tucumán que ya no existe, esa en la que persistían los debates y las conflictos, infranqueables: La cosechera, los intelectuales, el peronismo y el antiperonismo.
La novela tiene partes bien diferenciadas. Aunque recorre décadas diversas en la vida del narrador-protagonista, los sucesos forman bloques temporales y sentimentales, podría decir. Por un lado, el primer texto es una carta que el narrador le escribe al cóndor, un militar o paramilitar que envía a matar a un tercero. La carta, descarnada, pone sobre la mesa la perspectiva cínica del asesino y de su emisario, un curioso ejecutor.
La segunda parte narra la infancia rural de Oscar, uno de los trece hijos de un matrimonio que sobrevive en un pueblo de Santiago del Estero. Nofal se luce con la alfombra mágica hecha de metáforas que enriquecen la trama pletórica de historias: un perro extraño que escucha música y se pone melancólico, el sepulturero que se enamora de una mujer blanca y hermosa que lo traiciona, Luli, el dueño de un caballo que se enferma, como el dueño.
El tercer bloque está dedicado a la vida de esa familia en Leales, un pueblo de Tucumán. Con el rifle cargado de logros en el lenguaje, con el lirismo como herramienta de batalla, Nofal desgrana la tristeza frente al hermano que se enferma y muere y la búsqueda de la felicidad en un paraje alejado de la ciudad.
Un cuarto fragmento se refiere a la vida de la adolescencia. La relación de Oscar con Rubén, un linyera que lustra zapatos, ocupa el centro narrativo de este período. Oscar inicia su educación sentimental en su relación con la madre de Rubén y empieza a entender el funcionamiento de la ciudad de Tucumán.
El bloque siguiente narra la primera juventud de Oscar. Una escena memorable es el encuentro del narrador con Roby (Santucho) en el estudio de la radio LV 12. La conversación gira en torno a los recuerdos de infancia y funciona como una ciega anticipación de la muerte del revolucionario. Nofal no solo desmenuza ese encuentro sino que piensa la diferencia entre un ciudadano común y el destino de un militante que arriesga su vida por una idea.
Como si fuera un anticipo de los últimos años de la Argentina, el bloque final muestra, a través del personaje del Falcon, el enfrentamiento social y político entre peronistas y radicales en un ambiente caldeado, como si fuera el cielo que anuncia la tormenta, la tragedia.

Nació en Tucumán, Argentina. Es Licenciado en Artes Plásticas y Técnico en Sonorización. Se desempeña como Profesor en Teoría y Estética del Cine y Comunicación Audiovisual en la UNT. En 2014 obtuvo la Beca Nacional de Creación otorgada por el Fondo Nacional de las Artes. Colaboraciones suyas se difunden en publicaciones nacionales e internacionales. Integra las antologías Poesía Joven del Noroeste Argentino (compilada por Santiago Sylvester, FNA, 2008), Narradores de Tucumán (compilada por Jorge Estrella, ET, 2015) y Nuestra última Navidad (compilada por Cristina Civale, Milena Caserola, 2017), así como el diccionario monográfico La cultura en el Tucumán del Bicentenario, de Roberto Espinosa (2017). Fue traducido parcialmente al portugués, al francés y al inglés. Libros publicados: la novela La conferencia de Einstein (1ª edición en 2006; 2ª edición en 2013); en el género relatos: Vidas breves (1° edición en 2007; 2° edición en 2019) y El instante (2011); en el género crónicas: Mamá. Vida breve de Soledad H. Rodríguez (2013), Ciudades escritas (2015) y Cosmópolis. Retratos de Nueva York (2017); y el volumen 30 entrevistas (2017). Como director de cine, realizó los documentales Hugo Foguet. El latido de una ausencia (2007), Ezequiel Linares (2008), Luna en llamas. Sobre la poeta Inés Aráoz (2018), Alas. Sobre el poeta Jacobo Regen (2019) y GROPPA. Un poeta en la ciudad (2020). Con los músicos Fito Soberón y Agustín Espinosa, editó el disco Pasillos azules (AERI Records, 2019).