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ISSN 2684-0626

 

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«está comprobado que una comunidad que apoya su literatura tira menos papeles en el piso»

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Una agrupación única en el Noroeste argentino

Entrevista a Espacio de Composición Tucumán

Por Fabián Soberón |

   El Espacio de Composición Tucumán es una agrupación única en su tipo en el Noroeste argentino. Reúne a compositores de música de concierto y hacedores de la cultura. Surgió en 2017 en la ciudad de San Miguel de Tucumán y lleva estrenadas múltiples obras en los escenarios locales. Es un colectivo independiente que no profesa una estética común. Es para festejar que exista una agrupación que difunda las composiciones de jóvenes músicos y de artistas con una trayectoria mayor y con formaciones diversas.

   En esta entrevista, los integrantes de la agrupación proponen reflexiones sobre las influencias de músicos consagrados, sobre cómo se relaciona la música de concierto con la posibilidad de convocar unas músicas desligadas del mero  consumo y el rol que tienen estas músicas en el capitalismo del siglo XXI.

¿Por qué crearon el Espacio de Composición Tucumán?

Hugo Zamorano: El espacio de composición fue creado por varios motivos. A mi parecer, los motivos pilares son:

1- Crear y favorecer un espacio para la divulgación de obras inéditas de cada compositor; en técnicas contemporáneas musicales.

2- Crear un vínculo, entre los compositores, artistas y público en general, dentro de un marco cultural.

3-Aportar y sumar, dentro de las nuevas expresiones musicales, al patrimonio artístico tucumano.

Patricio García: Ya estaba creado cuando me invitaron.

Daniel Albarracin: Ya existía cuando me invitaron, pero creo que una de las razones es que es un espacio necesario y vital para los compositores e intérpretes, y que de alguna manera el espacio cobija éstas músicas.

Pablo Santi: Fue creado porque existían personas interesadas en hacer experiencias compositivas en músicas actuales de concierto que no contaban con un espacio para escuchar aquello que se componía. Creado como, también, como una búsqueda de organización colectivas alrededor de este ámbito de lo musical.

Gabriela Agüero: Cuando me incorporéal Espacio Composición Tucumán, que ya poseía dos años de creación, me fascinó la idea, y su praxis de crear música académica contemporánea, un ámbito que no existía de forma colectiva en la provincia. Si bien las composiciones son individuales y de cada integrante, generar grupalmente espacios de escucha, de apoyo, de consulta, es poco usual dentro de los ámbitos musicales, más allá del trabajo colectivo  que llevan a cabo los integrantes de grupos musicales. Por eso, la creación de dicho espacio, es muy interesante e importante, porque contiene, impulsa y visibiliza esa creación que da vueltas o que no se anima a salir fuera de las paredes de una habitación.

¿Cuáles son los objetivos del Espacio?

Hugo Zamorano: Creación del espacio; difusión de obras inéditas; ámbitos de aprendizaje; establecer vínculos con otros espacios de todo el país y fuera de él, relacionados al ámbito musical contemporáneo; contribuir al desarrollo de las nuevas músicas y ser un puente conector de diversos artistas y compositores.

Patricio García: Difundir la obra de compositores y compositoras nuevos, sobre todo pero no solamente tucumanos y crear un espacio donde podamos tocar nuestras obras al público. Facilitar la formación, la creación, la experimentación, la discusión. Hacer un registro de todo eso.

Mariano Paz: Me invitaron a formar parte del espacio muy recientemente. Podría decir que los objetivos que se propone son la difusión y promoción de producciones locales en música con una impronta mayormente contemporánea. Un espacio donde además se puede compartir, aprender, experimentar y articular con otros compositores y a la vez promoviendo espacios para socializar el trabajo con el público y la comunidad.

Christian Ruiz: Es un espacio donde compositores locales pueden compartir inquietudes, proyectos personales y colaborativos y desarrollarse en el ámbito de la composición el cual es, al menos localmente, muy limitada la oferta de lugares donde se pueden dar situaciones como estas. También está el objetivo de la difusión de música de nosotros los compositores tucumanos a través de conciertos con diferentes formatos y a su vez colaborar en proyectos de músicos de otros lugares y organizaciones.

Pablo Santi: Los objetivos son generar condiciones para la creación, producción y difusión de músicas actuales de concierto, prioritariamente, hechas en Tucumán.

Gabriela Agüero: Generar, desarrollar y visibilizar principalmente las producciones musicales contemporáneas de compositores tucumanos. Éste objetivo tiene otro implícito: crear un público oyente, que pueda conocer otras estéticas y ese público no son solamente adultos asiduos a los teatros o melómanos sino que ese público y esos futuros compositores  que puedan integrar el espacio, son los actuales estudiantes de música.

En la plataforma del Espacio mencionan la intención de difundir composiciones del siglo XX y del siglo XXI. ¿Se podría decir que están interesados en la música académica contemporánea? Si esto es así, ¿qué entienden por contemporáneo?

Hugo Zamorano: Es así. Nuestro espacio está interesado y orientado en las técnicas contemporáneas que surgen de las diversas exploraciones musicales del siglo XX y XXI. Estas nuevas expresiones, deben abrirse camino no solo en la audición, sino de manera activa e integral desde la perspectiva de composición.
Entiendo por contemporáneo, a todas aquellas técnicas y expresiones musicales que definen un camino de identidad propio del compositor y que no estén sujetas a ninguna herramienta compositiva de siglos pasados, sino más bien a las leyes y recursos vanguardistas.

Patricio García: Si, música académica contemporánea. Entiendo por contemporánea la música a partir de las vanguardias del siglo XX hasta nuestros días. No puedo dejar de mencionar que en el repertorio de nuestras orquestas oficiales este período de la música casi nunca se aborda, lo que las pone en gran desventaja con las orquestas del mundo.

Mariano Paz: Algo que comparte el espacio y sostiene es su interés por la composición musical académica del siglo XX en adelante. Esta música rompe con las bases sentadas en períodos anteriores y aborda nuevas tendencias completamente novedosas para su época. Se marca una ruptura con el gran edificio armónico-tonal que prevaleció hegemonizando el campo y que alcanzó sus máximos desarrollos en el período clásico y romántico.  Es así que se abre un horizonte de nuevas posibilidades con nuevas técnicas, nuevas sonoridades, libre de aquel sistema unívoco de reglas que se había sostenido previamente. Es complicado hablar de lo contemporáneo cuando hablamos de un período muy extenso y de una gran variedad de prácticas compositivas, pero en síntesis podría decirse que es eso lo que tienen en común, el avant-garde.

Pablo Santi: Entiendo por contemporáneo todo aquel fenómeno, en este caso musical, realizado en un determinado tiempo común. En nuestro caso, circunscrito a las músicas de concierto, las que comparadas con otras dimensiones de lo musical, presentaban una vacancia en sus espacios de difusión y promoción. Entendiendo, también, que el término lejos de estabilizarse en una definición, abre a la reflexión y está en debate constante, característica que también podría contarse como central a su núcleo de sentido.

Gabriela Agüero: El interés por la Música Académica de estos últimos siglos surge y se ve fuertemente influenciado por nuestra formación musical académica en primera medida, por otro lado, la propia escucha musical nos va llevando a otras dimensiones, cuyos contextos socio-históricos han marcado rupturas en la concepción de la composición, y del arte en sí, y a pesar de que estas vanguardias ya caducaron, siguen siendo rupturistas y extrañas en los repertorios de concierto. Su contemporaneidad sigue vigente, sigue generando sorpresa, rechazo, entusiasmo…la música contemporánea es todo lo que nos suena alrededor, ahora, la música académica contemporánea son raros mundos que el oído todavía desconoce, y queda mucho por descubrir.

En los conciertos que escuché se estrenaron obras de compositores tucumanos jóvenes. ¿Se podría decir que estas obras tienen una estética común?

Hugo Zamorano: Compartimos la estética propia de la música contemporánea pero definimos caminos bien diferentes en materia sonora, exploraciones y sensaciones musicales.

Patricio García: No noto una estética común, salvo la idea de exploración de nuevos sonidos y posibilidades. Más bien una búsqueda común.

Christian Ruiz: No sé si podría hablar de una estética en común pero si compartimos un espacio en común viviendo en una mismo “lugar” temporal y espacial por lo que alguna relación muy en el fondo se podría encontrar. Aunque haya un objetivo en común (el presentar un sonido contemporáneo de los compositores tucumanos) cada uno tiene su formación profesional y su propia forma de explotar la composición.

Pablo Santi: No considero que exista una estética común sino, tal vez, una ética en común: generar hechos musicales que abordan la problemática de lo nuevo en sus dimensiones creativas, de producción y expectación.

Gabriela Agüero: Más que estética es posible que se usen algunos recursos o técnicas compositivas en común, pero cada compositor mezcla las mismas de la forma que considere, en una creación única, lo interesante es el patrón de la libertad y lo creativo, usar la norma compositiva para destruir la norma en sí y eso hace que los conciertos sean dinámicos, atrevidos y que nos llenen de energía para impulsar otros espacios escénicos.

El rol de la música de tradición académica ha cambiado entre el siglo XlX y el siglo XXI. ¿Qué significado creen que tiene la música académica en el contexto de la sociedad capitalista actual?

Hugo Zamorano: Tiene un significado rampante e innovador. Las nuevas músicas ofrecen a la sociedad, una manera distinta de experimentar las ideas estilísticas construyendo el espacio necesario de los compositores y artistas independientes y rompiendo todos los estereotipos marcados.

Patricio García: Creo que en este momento es el ámbito más interesante de experimentación e innovación musical.

Mariano Paz: En la actualidad la música académica tiene cierta resistencia por sostenerse en un circuito de producción efímero y vertiginoso, sin embargo a la hora de componer el horizonte es más amplio que nunca, los siglos de desarrollo en este arte proveen infinidad de recursos y técnicas para explorar, experimentar y jugar con sonoridades distintas, con modelos nuevos. Quizás haya mucho que pensar en relación a la dimensión pedagógica de la música y la tradición académica, con enfoques con miras a incorporar estas improntas novedosas en el eje de producción musical.

Pablo Santi: Considero que estos modos de hacer música tienen como núcleo de significación la posibilidad de ampliar el horizonte de lo musical. Heterodoxos en sus mecánicas de producción, abiertos a las hibridaciones con otros ámbitos de lo musical, lo artístico, lo cultural y consciente de sus construcciones históricas, aún en la actualidad, pueden llevar adelante la actitud central de cuestionar e indagar lo real, desde la música.

Gabriela Agüero: La música académica se ha sostenido durante siglos en las salas de concierto y eso significa que es y será un lenguaje que no dejará de ser escuchado y que siempre sorprende y conmueve, últimamente ha surgido un efecto poderoso: ha llegado a más gente gracias a las nuevas tecnologías, ha roto su exclusividad clasista, y ha servido como elemento para proyectos de inclusión social, basados en transformar una sociedad a través de la ejecución del violín por ejemplo. De esa forma surgió el sistema de Orquestas en Venezuela o las Orquestas para el Bicentenario en Argentina, hubo una revalorización cultural una especie de «Renacimiento» pero además fue y es una herramienta poderosa de vínculos sociales.

¿Con qué músicos del pasado dialogan los compositores del Espacio de Composición Tucumán?

Hugo Zamorano: Condiversos compositores marcados en nuestra formación académica y personal. Influencias como John Cage, Philip Glass, Arvo Part entre varios más.

Patricio García: Creo que con todos. La cuestión que nos planteamos es cómo componer música en este momento en la historia, y en esta región geográfica y tenemos en cuenta para eso toda la historia de la música, «académica» y popular. Mi influencia principal, por ejemplo, son Lennon y McCartney.

Christian Ruiz: La respuesta a esa pregunta es bastante amplia y diversa. El grupo de compositores es bastante variado en edades y formación por lo que cada uno trae tanto de lo académico como de lo popular, y dentro de lo popular podemos hablar del folclore, música de afuera, rock de aquí, jazz, y etc.

Pablo Santi: En lo personal, por elección estética y ética, busco establecer diálogos  –tensos en algunos casos– con compositorxs latinoamericanxs; ello se debe a un posicionamiento político individual que busca sortear las barreras que la colonialidad establece con nuestros pasados, a poder conocer los modos de producción y las soluciones en estos temas que, en nuestros contextos, fueron encontrando anteriores generaciones de compositorxs y, en algunos casos, la admiración, sensibilización, estímulo y fruición que producen en mí estás músicas.

Gabriela Agüero: Creo que cada compositor se ve influenciado por distintos referentes, en mi caso, el cine ha cumplido un papel fundamental, compongo imágenes musicales, siempre  busco dibujar algo en un lienzo invisible… Por eso me han influenciado fuertemente: Michael Nyman, Michel Legrand, Nino Rota, Ennio Morricone, pero también, el piano de Michel Petrucciani, Bill Evans, Cuchi Leguizamón, Hugo Díaz, Arvo Part, Stravinsky, Ligetti, etc.

En el contexto de circulación de músicas de origen popular se escuchan músicas que dependen del rol de la imagen, de la idea del espectáculo y del artista como estrella, de la figura del manager, de la existencia de un mercado de consumo, etc. En este contexto pareciera que hacer música académica desligada del típico aparato de consumo capitalista es una forma de recuperar o de convocar una idea de música pura, en el sentido que le daban algunos teóricos y músicos bajo el amparo de la música absoluta. Me gustaría conocer la opinión de ustedes sobre este asunto.

Hugo Zamorano: Tal cual. El sentido de los conciertos presenta un vínculo puro, sensacional, emocional y totalmente innovador. Desarrolla en el espectador impactos sonoros tan grandes que le permiten saborear diversas experiencias o recuerdos en base a la expresión del compositor. 

Patricio García: Para mí es totalmente cierto. Soy originalmente un músico y compositor popular, y en ese ámbito la música es lo de menos, tienen más peso la imagen, la publicidad, y cosas ajenas a la música. Para mí el trabajo con el Espacio es un refugio de todo eso donde la música es absolutamente central.

Mariano Paz: Coincido en esta premisa. Sin embargo, no siento que se trate de algo tan lineal. Es una realidad que la música ha surgido una gran serie de transformaciones en el seno de una sociedad de consumo exacerbado, en la cual podríamos decir que el fin artístico queda subordinado al fin mercantil de realizar música para las masas, desde lo efímero y que tenga poco coste de producción. De todas formas, surgen actualmente algunos espacios intermedios de quiebre con este modelo, las discográficas ya no son el medio hegemónico de producción en tanto los recursos de producción fueron democratizados de alguna forma. Hoy en día cualquier persona en casa adquiere una interfaz de audio y descarga un software de edición en su computadora, esto es interesante en tanto permite que en esa vorágine de música “embutida” pueda nacer música desde la impronta personal y con el deseo de llevar a cabo proyectos con una substancia netamente artística. Por otro lado, hablar de música absoluta refiere a un movimiento un poco complejo, es una tendencia que tiene ciertos límites. Considero que muchas obras y fenómenos musicales no pueden desligarse de elementos extramusicales que también aportan a su riqueza, pero depende mucho del autor y de la obra, reforzando esta idea de que dentro del espacio de composición Tucumán se respeta mucho la libertad de que cada proceso de elaboración sea propio y único. En síntesis, rompería con esta idea de que se trata de algo lineal, no considero que los objetivos del espacio lo sitúen por fuera de aquel circuito hegemónico de la música en la actualidad, sino que intenta reapropiarse de su posición allí a partir de su apuesta por lo único, por lo local y por lo artesanal incluso dentro de la música.

Christian Ruiz: La palabra que se me viene a la mente podría ser “libertad” para poder expresarse, a través de la música, de la manera que uno considere sin tener que sujetarse a los estándares y cláusulas que sigue la música comercial/popular para poder cumplir su objetivo, que es vender. Si bien se pueden establecer ciertas pautas para los conciertos como para tener una temática en común, cada uno ve la forma compositiva y estilística de llegar a ello como considere que el o los instrumentos respondan a esa consigna.

Pablo Santi: Considero que sobre este aspecto, el formato es lo que marca la pauta general: casi con exclusividad ECT realiza músicas destinadas a la ejecución instrumental y a la audición en un tiempo espacio definido, el concierto. Este formato se encuentra cargado de sentido. Por su historia, sus códigos y prácticas, presenta vinculaciones con el concepto de música pura, como así también, indagado y abordado desde la contemporaneidad, puede abrir nuevos espacios «impuros» para lo musical. Tal vez uno de los aportes más significativos que el concierto brinda a la diversidad de posibilidades actuales de vivir la música es la de establecer un tiempo espacio que genera condiciones para intensificar el hecho musical.

Gabriela Agüero: Las expresiones artísticas de antes y las de ahora representan su tiempo… ¿qué es puro para el Dodecafonismo inmerso en la sangre de una Guerra Mundial? El mundo se ha roto en mil pedazos y esas músicas lo expresaban tal cual, la «pureza», en tal caso, podemos llamarle al acto creativo de lo que sea. Pensemos que el arte se ha dado vuelta, da tumbos hace un siglo por lo menos, si la música de hoy  representa fielmente al Capitalismo y al Consumo, es porque inevitablemente el arte habla de su pueblo y de su historia, como también lo hicieron los compositores académicos del momento, como aquellos que sirvieron al fascismo europeo con sus bellas melodías. Lo importante es que exista paralelamente de todo, y que sea posible expresarnos, siempre expresarnos.

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