Sobre Arden las estrellas, de Ana Coviello (La Papa Editorial, 2024) Por María Lobo | 1) Estoy aquí, en la página final de Arden las estrellas, la primera novela de Ana Coviello. Una pieza narrativa y poética, dice María José Bovi. Una voz que nos habla de una madre que ha muerto. Y, entonces, este es el instante en que pienso acerca de una relación: aquella que existe entre la
María Lobo

Alberdi entre los chinos
Sobre Alberdi, la noble igualdad, de Juan Pablo Lichtmajer Por María Lobo | 1) En algún lugar de Rosario, a orillas del río, existe un centro cultural llamado Parque España. Allí, durante un encuentro literario que llevaba por nombre “Excéntricas, lecturas y escrituras en los márgenes”, una voz en aplomo apareció una tarde entre las filas de un anfiteatro —de ladrillos a la vista, construido dentro de unos túneles ferroviarios

Las señoritas y los llanos
Por María Lobo | Dice Georges Didi-Huberman que en el acto de ver está implicada una paradoja: todo aquello que vemos es, al mismo tiempo, una imagen que nos mira. Porque nuestra visión se topa con un cuerpo. Más precisamente: ese volumen que vemos tiene la forma de una tumba que nos viene a recordar que un semejante ha muerto, que un cuerpo idéntico al nuestro ha sido vaciado. Por

Literatura regional de centro. Del eufemismo a la frontera, la civilización y la barbarie
Por María Lobo | Voy a tomar prestada una idea del tucumano Juan José Hernández para renombrar el concepto de literatura de capitales de Franco Moretti. En un hermoso prólogo a los cuentos reunidos de Daniel Moyano, Hernández narra la amistad que unía a ambos escritores. Dice: “Ni a Daniel ni a mí nos importaba demasiado esa clasificación que oponía la literatura urbana a la regional. Buenos Aires por un

Berlín, Lübeck, Tucumán y la literatura periférica
Por María Lobo | Nací en una provincia. Y vivo aquí, en Tucumán, lo mismo que tantos otros escritores de las infinitas periferias de este mundo. Digamos que, en Argentina, muchos autores abandonan su lugar de origen para instalarse en Buenos Aires. En mi caso, como tantos escritores de provincia que decidimos vivir allí donde sea que hayamos nacido, no me he mudado a ningún centro neurálgico. Aquellos que nos